Esta vida pasará rápido, no pelees con la gente, no critiques tanto tu cuerpo.
La propiedad y el patrimonio deben ser conquistados por cada uno, no te dediques a acumular herencia.
Esta vida pasará rápido, no pelees con la gente, no critiques tanto tu cuerpo.
Bendigo el día que llegaste a mi vida.
Bendigo tu ser Divino y tu alma.
Bendigo cada pensamiento que pasa por tu
mente.
Bendigo el camino que recorren tus pasos.
Bendigo la Luz que llevas en tu Corazón
para que puedas alumbrar a todo aquel que está en la obscuridad.
Bendigo la Luz del Amor que te cobija.
Bendigo el sol que llena de energía tu
alma.
Bendigo tu luz y tu pureza.
Bendigo tu esencia Divina.
Bendigo tu fuerza para que te levante
cuando estés caído.
Bendigo las oportunidades que descubres en
ti, al usar la sabiduría y la creatividad para la disolver las barreras.
Bendigo el Amor que llevas dentro para que
seas cada día más humilde.
Bendigo el aire que respiras, para que
puedas seguir avanzando.
Bendigo cada célula, cada órgano y cada
glándula de tu cuerpo para que disfrutes
de salud eterna.
Bendigo tu presente para que recuerdes que
solo existe el momento en el que estás ahora.
Bendigo tus días y tus noches.
Bendigo la luna que te observa en silencio.
Bendigo tus entradas y tus salidas.
Bendigo tu cuerpo donde habita tu alma.
Bendigo tus talentos y tus dones.
Bendigo tu libre albedrio para que siempre
escojas el camino correcto.
Bendigo todo de ti, para que solo lo bueno
te acompañe siempre. ️
Luz
Paz
Bien
Amor
Venga
a nosotros tu sabiduría,
para proteger y desarrollar la belleza
que se nos ha dado,
que está en la flor y el arcoíris,
en el agua y la fértil madre tierra,
en el cálido aliento del sol
y en la fresca oscuridad del descanso.
Hágase
Señor tu voluntad,
para que seamos los hombres
a tu imagen y semejanza
los que asumamos el reto,
de mantener el proceso vital de tu creación.
Danos
hoy el verdor de cada día,
en el prado y en el monte,
en el jardín y en la tierra que agoniza.
Perdona
nuestra irresponsabilidad,
al no cuidar de la tierra
que nos has dado.
Como
nosotros por tu amor,
perdonamos a los contaminadores,
y les instamos con vehemencia
que abandonen su trabajo de destrucción.
Y
no nos dejes caer en la desertización,
que a la muerte conduce,
que niega tu obra,
y aniquila la vida.
Y
líbranos del conformismo,
para que se transformen nuestras vidas,
en fuerza dinámica,
que reproduce la vida.
Amén
Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas «en orden». Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos de su última voluntad. Le dijo qué canciones quería que se cantaran en su funeral, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser enterrada.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor, hoy vengo a pedirte algo muy
pequeño: “un poquito de fe”, una fe pequeñita, “como un granito de
mostaza”. Pero una fe auténtica, firme,
capaz de mover montañas. Te pido una fe humilde, sencilla, viva, transparente y
contagiosa, como la de tu madre María. Haz que sepa fiarme de Ti como ella se fio.
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 1-6
Los apóstoles dijeron entonces al Señor: "Auméntanos la fe".
El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una
semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: ‘Arráncate de raíz y
plántate en el mar’, y los obedecería".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, el Evangelio nos habla de tres temas
importantes. En primer lugar, de nuestra actitud ante los niños. Si en otras
ocasiones se nos hizo el elogio de la infancia, en ésta se nos advierte del mal
que se les puede ocasionar.
Escandalizar no es alborotar o extrañar, como a veces
se entiende; la palabra griega usada por el evangelista fue “skandalon”, que
significa objeto que hace tropezar o resbalar, una piedra en el camino o una
piel de plátano, para entendernos. Al niño hay que tenerle mucho respeto, y ¡ay
de aquél que de cualquier manera le inicie en el pecado! (cf. Lc 17,1). Jesús
le anuncia un castigo tremendo y lo hace con una imagen muy elocuente. Todavía
se ven en Tierra Santa piedras de molino antiguas; son una especie de grandes
diávolos (se parecen también, en mayor tamaño, a los collares que se ponen en
el cuello a los traumatizados). Introducir la piedra en el escandalizador y
echarlo al agua expresa un terrible castigo. Jesús utiliza un lenguaje casi de
humor negro. ¡Pobres de nosotros si dañamos a los niños! ¡Pobres de nosotros si
les iniciamos en el pecado! Y hay muchas formas de perjudicarlos: mentir,
ambicionar, triunfar injustamente, dedicarse a menesteres que satisfarán su
vanidad...
En segundo lugar, el perdón. Jesús nos pide que
perdonemos tantas veces como sea necesario, y aún en el mismo día, si el otro
está arrepentido, aunque nos escueza el alma: «Si tu hermano peca, repréndele;
y si se arrepiente, perdónale» (Lc 17,3). El termómetro de la caridad es la
capacidad de perdonar.
En tercer lugar, la fe: más que una riqueza del
entendimiento (en sentido meramente humano), es un “estado de ánimo”, fruto de
la experiencia de Dios, de poder obrar contando con su confianza. «La fe es el
principio de la verdadera vida», dice san Ignacio de Antioquía. Quien actúa con
fe logra cosas asombrosas, así lo expresa el Señor al decir: «Si tuvieras fe
como un grano de mostaza, habrías dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate
en el mar’, y les habría obedecido» (Lc 17,6).
Para la reflexión personal
a)
¿Qué actitudes debemos desterrar de nuestra vida para no ser
motivo de escándalo para los demás?
b) ¿Qué nos cuesta más: perdonar o pedir
perdón?
c) Gracias a nuestra fe somos capaces de
realizar cosas que con nuestras propias fuerzas humanas no podríamos hacer. ¿Qué
ejemplos podríamos aducir?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.
Madre mía:
sé que mi formación me debe conducir a parecerme cada vez más a tu Hijo, quien
es el camino, la verdad y la vida, para poder, por mi parte, conducir a mis
ovejas a la vida eterna.
Es tan
grande la configuración con Cristo que tiene el sacerdote, que quizá no
acabamos de darnos cuenta de ese tesoro, y no lo aprovechamos suficientemente.
Me doy
cuenta de que necesito crecer en vida sobrenatural, para no dejarme llevar por
las cosas de este mundo y mantener mi mirada en el cielo, en el rostro de
Cristo, mi modelo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Solo cuando das lo último que te
queda, demuestras que confías absolutamente. El primer céntimo no indica nada;
el último lo expresa todo. Decía S. Ambrosio: “Dios no se fija tanto en lo que
damos, cuanto en lo que reservamos para nosotros”. “El que se pone a la
búsqueda de Dios y vende todo lo que posee excepto el último dinero, es un
loco, porque precisamente con el último dinero se compra a Dios” (Proverbio
chino).
Del santo Evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: "¡Cuidado
con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir
reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los
primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas
haciendo ostentación de largos rezos. Éstos recibirán un castigo muy
riguroso".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
“Estando Jesús sentado”. En el evangelio el
estar “sentado” significa que Jesús estaba “enseñando”. Y la enseñanza de Jesús
consiste en el contraste de la enseñanza de los escribas y la de la pobre
viuda. Con los maestros de Israel, Jesús es muy duro: “Ellos buscan ropajes
especiales, recompensas sociales, títulos de grandeza. afán por los lugares
destacados, y lo que es peor: el enriquecimiento a costa de las pobres viudas.
Frente a éstos está una viuda que sólo tiene dos moneditas de cobre y las
entrega sin quedarse nada. ¿Quién es el verdadero maestro? Y dice Jesús: esa pobre viuda, ella es la que
nos da la auténtica lección “desde la vida”. Jesús, como Maestro, se ve
reflejado en ella.
1.– La mirada de Dios se recrea en lo poco, en lo
pequeño.
En la viuda de Sarepta se habla de “un poco de agua”,
“un trozo de pan”, “un puñado de harina”, “un poco de aceite”, “un poco de
leña”. Dios creó a Adán, el primer hombre, con “un poco de barro”. Cuando Dios
quiere elegir rey para su pueblo, envía al profeta Samuel a casa de Isaí. Por
allí van pasando los hijos mayores, robustos, fornidos, pero no era ninguno de
ellos el elegido. Y pregunta Samuel: ¿Ya no te quedan más hijos? Sí, “el
pequeño, que está cuidando el ganado”. ¡Ése es! Y sigue el texto: «La mirada de
Dios no es como la del hombre. El hombre mira las apariencias, pero Dios mira
el corazón” (1Sam. 16,7). Y a la hora de elegirse una madre no se va a la sabia
Grecia o a la opulenta Roma, sino a Nazaret, un pueblo desconocido dentro de la
desconocida Palestina. Y ahí se fija en una sencilla y pobre doncella. ¿Qué ha
visto Dios en esta muchacha? “La pequeñez de su esclava”. Y en el evangelio de hoy se fija en “las dos
monedas de una pobre viuda”.
2.- ¡Qué a gusto trabaja Dios con lo pequeño! ¡Qué
cosas tan bellas y bonitas sabe hacer!
¿Qué hizo Dios con la viuda de Sarepta? ¿Acaso le
compensó después con grandes bienes? No. Pero le hizo una promesa: “La orza de
harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará”. Las riquezas de los
ricos, se acaban; la fama de los poderosos, se destruye; el corazón lleno de
grandezas y de vanidades, se vacía. Pero la vida de aquellos que “tienen alma
de pobre” siempre está regada por la “acequia de Dios”. De ahí brota un agua
subterránea y misteriosa de felicidad.
Allá en el Templo de Jerusalén, estaba “la cámara del tesoro” con 13
cajas o cepillos, a manera de embudos invertidos para que no los pudieran
robar. El número 13 estaba destinado a los holocaustos., donde se quemaba toda
la ofrenda. Allí depositó la viuda sus monedas. Podía haber entregado una
moneda y guardar la segunda para poder comer al día siguiente. Ella, al ofrecer
las dos monedas, ofrece a Dios el holocausto de su vida: con su presente y su futuro. Se abandona en
manos de Dios. Ella será modelo de fe en todos los tiempos. La esencia de la fe consiste en “fiarse de
Dios”. Como se fio Abrahán, como se fio María “La creyente”. Como se fio Pablo:
“Sé muy bien de quien me he fiado” (2Tim. 1,12).
3.– Y yo, ¿Qué le puedo ofrecer a Dios?
No ofrezcas “de lo que te sobra” pues estarías todavía
en el A.T. Tampoco te limites a dar
cosas sin darte a ti mismo. El Samaritano, si se hubiera limitado a dejarle
unas monedas a aquel que estaba medio muerto, se hubiera muerto con unas
monedas, pero se hubiera muerto. Necesitaba su persona, su cabalgadura para
llevarlo al posadero, su interés por hacerle un seguimiento. No te limites a
dar “de lo que tienes” sino “de lo que eres”. Durante la vida has de ir
desprendiéndote poco a poco de ti mismo..
Para la reflexión personal
a)
¿Cuándo voy a aprender a dar lecciones con la vida, no sólo con
las palabras?
b) Dios creó el mundo “de la nada”. ¿Le doy a
Dios mi nada, para que pueda seguir creando en mí cosas admirables?
c) Si soy un bonito regalo de Dios, ¿sé hacer de
mi vida un don para los demás?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.
Madre
nuestra: tú supiste desprenderte hasta de tu propio Hijo para colaborar en la
obra de la redención. Ofreciste tu sufrimiento como corredentora al pie de la
Cruz, sabiendo que era muy valioso a los ojos de Dios, como dulce ofrenda para
la salvación de todos los hombres.
Enséñanos,
Madre, a convertir el sufrimiento en oración, en ofrenda grata a Dios. A darle
sentido sobrenatural a todo lo que hacemos, sobre todo a todo lo que dejamos
por amor a tu Hijo, para sentir la alegría de la verdadera entrega, y que no
haya nada que nos ate a las cosas del mundo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
Esta vida pasará rápido, no pelees con la gente, no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....