domingo, 3 de noviembre de 2019

Invitación: gesto de generosidad.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Jesús, creo profundamente en Ti y sé que eres la luz que ilumina mi existir. Te pido al iniciar esta oración, que me ayudes a tener el silencio interior para escuchar tu voz de amigo verdadero y así, pueda caminar tus caminos que me llevarán a la felicidad eterna.

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos".
Palabra del Señor.


Reflexión

Jesús manda romper el círculo cerrado y pide que invitemos a los excluidos: a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos. No era la costumbre y nadie hace esto, ni siquiera hoy. Pero Jesús insiste: “¡Convida a esas personas!” ¿Por qué? Porqué en la invitación desinteresada, dirigida a personas excluidas y marginadas, existe una fuente de felicidad: “y serás dichoso, porque no te pueden corresponder”. ¡Felicidad extraña, diferente! Tú serás feliz porque ellos no pueden corresponderte. Es la felicidad que nace del hecho de haber hecho un gesto de total gratuidad. Un gesto de amor que quiere el bien del otro y para el otro, sin esperar nada en cambio. Es la felicidad de aquel que haces las cosas gratuitamente, sin querer ninguna retribución. Jesús dice que esta felicidad es semilla de la felicidad que Dios dará en la resurrección. Resurrección no sólo al final de la historia, sino ya desde ahora. Actuar así es ya una resurrección.

Para la reflexión personal

a)   ¿Cuáles son las pobrezas que vemos, sólo las materiales?
b)   ¿Cuál es mi actitud ante los pobres; dar, sino tengo mucho quizás dar un poco de lo que tengo o ayudarle buscando en otros lados o al menos en oración pedir al Señor por ellos, por nosotros?,
c)   Lo que doy o hago por ellos, ¿Verdaderamente me nace con profundo amor?,
d)   ¿En mis oraciones pongo a los pobres?

Medita la oración hecha canción.



ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Algún día,
cualquier día,
doblarás otra vez el recodo del camino;
te veré acercarte,
ligero el paso,
con el corazón en vilo;
oiré tu voz llamándome,
veré tus ojos mirándome,
sentiré tus brazos abrazándome;
y sabré que tu amor es más fuerte
que mis dudas, cansancios y necedades.
Algún día,
cualquier día...
¡quizá sea ahora!
Amén.


Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Oh Virgen María! Ayuda a aprender todo
Aquello que sea útil en la vida y procura
Siempre el cariño de mis padres, de mis
Amigos y de mi familia para que
No me encuentre solo y, con tu luz,
Pueda yo desenvolverme en la gracia
Del Señor.
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.



Padre José Luis Romero Landeros IJS

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