Lectura del Lunes XXIV del
tiempo ordinario
16 de septiembre de 2019
Santos Cornelio (Papa) y
Cipriano (Obispo), mártires
Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 1-10
En aquel tiempo, cuando
Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial
romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le
dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de
los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a
Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: “Merece que le concedas ese favor,
pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga".
Jesús se puso en marcha con ellos.
Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial
romano envió unos amigos a decirle: “Señor, no te molestes, porque yo no soy
digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir
personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará
sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le
digo a uno: ‘ve, y va; a otro: ¡Ven!’, y viene; y a mi criado: ‘haz esto!’, y
lo hace".
Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y
volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: “Yo les aseguro que ni en
Israel he hallado una fe tan grande". Los enviados regresaron a la casa y
encontraron al criado perfectamente sano.
Palabra del Señor.
La fe, sana.
1) Centurión: Es un hombre
con cargo, pero es humano. Se compadece, sufre en el sufrimiento del otro, del
hermano. Manda a pedir que traigan a Jesús para que lo sane. Ese Centurión tienes
que ser tú, una persona que piensa en el otro, y cuanto más poder tengas con
más razón tienes que acercarte a aquel que está a tu disposición. Todos somos
iguales ante Dios, de eso no te olvides. Cuando veas a un hermano necesitado haz
lo posible por ayudar.
2) La humildad: Es
reconocerte cómo eres ante Dios. Saber que a Él no le puedes exigir nada sino
más bien es asumir que Dios obra en ti porque quiere. No tengas miedo… la
humildad es saber que eres nada ante Dios pero que con Él es todo.
3) La fe: Hoy tenemos que
tener fe, es la fe lo que cura y alivia. Vamos, sigue adelante, tú eres un
soldado de Dios. El que cree no se tiene que dar por vencido nunca.
¡Vamos! que tú sabes que Dios
todo lo transforma. Hoy tu fe va a sanarte, tu fe aliviará tu familia. Tu fe
tiene que ser fuerte. Una palabra suya bastará para sanarte.
Escucha y medita un poco
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