jueves, 5 de agosto de 2021

Tú eres el Hijo de Dios.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, tu pregunta es directa, personal, intransferible. Hoy me preguntas a mí y debo dar una respuesta concreta. No basta una respuesta aprendida, meramente teórica. Necesitas saber lo que Tú supones en mi vida. Yo me identifico con la respuesta de Pedro, pero no con la que da hoy sino aquella que dio después del discurso sobre la Eucaristía. Todos te  abandonan cuando dices que debemos comer tu cuerpo y beber tu sangre. Pero Pedro, en nombre de todos, dijo: Señor ¿a quién iremos?  Es bonito sentirse uno totalmente perdido sin Jesús. ¿Qué sería de mí si Tú desaparecieras de mi vida? No lo quiero ni pensar.

 

Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23

En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".


Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿Quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".

Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.

A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: "No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti". Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: "¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy Jesús proclama afortunado a Pedro por su atinada declaración de fe: «Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’. Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos’». En esta felicitación Jesús promete a Pedro el primado en su Iglesia; pero poco después ha de hacerle una reconvención por haber manifestado una idea demasiado humana y equivocada del Mesías: «Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ‘¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!’. Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!’».

Hay que agradecer a los evangelistas que nos hayan presentado a los primeros discípulos de Jesús tal como eran: no como unos personajes idealizados, sino gente de carne y hueso, como nosotros, con sus virtudes y defectos; esta circunstancia los aproxima a nosotros y nos ayuda a ver que el perfeccionamiento en la vida cristiana es un camino que todos debemos hacer, pues nadie nace enseñado.

Dado que ya sabemos cómo fue la historia, aceptamos que Jesucristo haya sido el Mesías sufriente profetizado por Isaías y haya entregado su vida en la cruz. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros tengamos que continuar haciendo presente su obra a través del mismo camino de entrega, renuncia y sacrificio. Imbuidos como estamos en una sociedad que propugna el éxito rápido, aprender sin esfuerzo y de modo divertido, y conseguir el máximo provecho con el mínimo de labor, es fácil que acabemos viendo las cosas más como los hombres que como Dios. Una vez recibido el Espíritu Santo, Pedro aprendió por dónde pasaba el camino que debía seguir y vivió en la esperanza. «Las tribulaciones del mundo están llenas de pena y vacías de premio; pero las que se padecen por Dios se suavizan con la esperanza de un premio eterno» (San Efrén).

 

 

Para la reflexión personal

 

a)    ¿Quién es Jesús para la gente que nos rodea, nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo? Y para nosotros, ¿quién es en realidad Jesús?

 

b)   ¿Qué imagen de Jesús transmitimos a los demás con nuestro modo de vida cristiano?

 

c)   ¿Cómo integramos los momentos de dificultad, de dolor... en nuestro camino de seguimiento de Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/ym257

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre mía, Madre de la Iglesia: tú eres mi madre porque eres la madre de Cristo, y el sacerdote es Cristo. Pero también eres mi madre porque todos los bautizados formamos parte de la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo y está fundada sólidamente sobre la roca de Pedro.

Muestra que eres mi madre, y ayúdame a estar muy unido al Vicario de tu Hijo, y así poder cumplir muy bien con mi misión.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

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