domingo, 26 de septiembre de 2021

S es ocasión de pecado.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

A pesar de que Jesús les acaba de decir que el que quiera ser de los suyos tiene que cargar con la cruz, a pesar de que les ha dicho que el que quiera ser primero sea el último y el servidor, los apóstoles siguen sin entender. Una vez más, Jesús tiene que corregir su afán de superioridad. Siguen empeñados en ser ellos los que controlen el naciente movimiento en torno a Jesús. Con el pretexto de celo, buscan afianzar privilegios. Seguramente se trata de problemas planteados en la comunidad donde se escribe el evangelio.

 

 

Del santo Evangelio según san Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

En aquel tiempo, Juan le dijo a Jesús: "Hemos visto a uno que expulsaba a los demonios en tu nombre, y como no es de los nuestros, se lo prohibimos". Pero Jesús le respondió: "No se lo prohíban, porque no hay ninguno que haga milagros en mi nombre, que luego sea capaz de hablar mal de mí. Todo aquel que no está contra nosotros, está a nuestro favor.


Todo aquel que les dé a beber un vaso de agua por el hecho de que son de Cristo, les aseguro que no se quedará sin recompensa.

Al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mí, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar.

Si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela; pues más te vale entrar manco en la vida eterna, que ir con tus dos manos al lugar de castigo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo; pues más te vale entrar cojo en la vida eterna, que con tus dos pies ser arrojado al lugar de castigo. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo; pues más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al lugar de castigo, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy, según el modelo del realizador de televisión más actual, contemplamos a Jesús poniendo gusanos y fuego allí donde debemos evitar ir: el infierno, «donde el gusano no muere y el fuego no se apaga». Es una descripción del estado en el que puede quedar una persona cuando su vida no la ha llevado allí adonde quería ir. Podríamos compararlo al momento en que, conduciendo nuestro automóvil, tomamos una carretera por otra, pensando que vamos bien y vamos a parar a un lugar desconocido, sin saber dónde estamos y adónde no queríamos ir. Hay que evitar ir, sea como sea, aunque tengamos que desprendernos de cosas aparentemente irrenunciables: sin manos, sin pies, sin ojos. Es necesario querer entrar en la vida o en el Reino de Dios, aunque sea sin algo de nosotros mismos.

Posiblemente, este Evangelio nos lleva a reflexionar para descubrir qué tenemos, por muy nuestro que sea, que no nos permite ir hacia Dios, —y todavía más— qué nos aleja de Él.

El mismo Jesús nos orienta para saber cuál es el pecado en el que nos hacen caer nuestras cosas (manos, pies y ojos). Jesús habla de los que escandalizan a los pequeños que creen en Él. “Escandalizar” es alejar a alguien del Señor. Por lo tanto, valoremos en cada persona su proximidad con Jesús, la fe que tiene.

Jesús nos enseña que no hace falta ser de los Doce o de los discípulos más íntimos para estar con Él: «El que no está contra nosotros, está por nosotros». Podemos entender que Jesús lo salva todo. Es una lección del Evangelio de hoy: hay muchos que están más cerca del Reino de Dios de lo que pensamos, porque hacen milagros en nombre de Jesús. Como confesó santa Teresita del Niño Jesús: «El Señor no me podrá premiar según mis obras (...). Pues bien, yo confío en que me premiará según las suyas».

 

 

Para la reflexión personal

 

Las imágenes usadas en el evangelio para explicar los tipos de escándalos nos advierten de la gravedad del pecado frente a la felicidad del Reino. Las manos manchadas, los pies que andan caminos que alejan de Jesús y los ojos altaneros o soberbios son incompatibles con el Reino de Dios.

 

a)   ¿En qué situaciones hemos escandalizado a los que creen en Jesús?

 

b)    ¿Cómo podemos evitar escándalos en nuestra vida o en la de los demás?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/kt9a

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre mía, Asiento de la Sabiduría: sé que mi formación me debe conducir a parecerme cada vez más a tu Hijo, porque el sacerdote es Cristo.

Yo te pido que me lleves de la mano al encuentro de Jesús y, contemplándolo a Él, aprenda cómo debe ser mi vida sacerdotal.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

sábado, 25 de septiembre de 2021

El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, ¡qué difícil nos lo has puesto! El camino de la cruz nos repugna, nos tira hacia atrás, no lo podemos entender. No lo entendía Pedro, ni los apóstoles, ni tampoco nosotros. Pero Tú, Señor, ya has pasado por él, has ido por delante, no te has echado atrás a pesar de que tu carne se resistía. Señor, si Tú no nos ayudas, no podemos aceptar la cruz. Es demasiado pesada para nosotros. Si no somos capaces de llevarla, haznos, al menos, tus Cireneos.

 

 

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 43-45


En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: "Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".

Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy, más de dos mil años después, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega a manos de aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. Se podría decir que no era necesario, que fue una exageración. Olvidamos, una y otra vez, el peso que abruma el corazón de Cristo, nuestro pecado, el más radical de los males, la causa y el efecto de ponernos en el lugar de Dios. Más aún, de no dejarnos amar por Dios, y de empeñarnos en permanecer dentro de nuestras cortas categorías y de la inmediatez de la vida presente. Se nos hace tan necesario reconocer que somos pecadores como necesario es admitir que Dios nos ama en su Hijo Jesucristo. Al fin y al cabo, somos como los discípulos, «ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto».

Por decirlo con una imagen: podremos encontrar en el Cielo todos los vicios y pecados, menos la soberbia, puesto que el soberbio no reconoce nunca su pecado y no se deja perdonar por un Dios que ama hasta el punto de morir por nosotros. Y en el infierno podremos encontrar todas las virtudes, menos la humildad, pues el humilde se conoce tal como es y sabe muy bien que sin la gracia de Dios no puede dejar de ofenderlo, así como tampoco puede corresponder a su Bondad.

Una de las claves de la sabiduría cristiana es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez y la vileza de nuestro pecado. ¡Somos tan tardos en entenderlo! El día que descubramos que tenemos el Amor de Dios tan al alcance, aquel día diremos como san Agustín, con lágrimas de Amor: «¡Tarde te amé, Dios mío!». Aquel día puede ser hoy. Puede ser hoy. Puede ser.

 

 

Para la reflexión personal

 

Al igual que los discípulos, nosotros también nos unimos fácilmente al aplauso, pero nos cuesta aceptar los momentos de dolor o de dificultad.

 

a)   ¿Qué rostro de Dios se nos revela en esas situaciones dolorosas?

 

b)  ¿Qué es lo que más nos asusta en el seguimiento de Jesús?

 

c)   ¿Qué le preguntaríamos a Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/1savh

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre mía: tú eres Reina de la humildad y Madre de la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, tu Hijo.

Por esa razón te preocupas de nosotros, tus hijos, miembros de la Iglesia y, por eso, parte del cuerpo de tu Hijo; nos proteges de las asechanzas del demonio, y nos cuidas.

Te interesa especialmente que luchemos para ser humildes, porque sólo así vamos a poder servir a tu Hijo eficazmente. Intercedes por nosotros, y sabes muy bien qué es lo que nos conviene.

¡Ayúdanos a ser miembros vivos y fuertes!

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

jueves, 23 de septiembre de 2021

Herodes tenía curiosidad de ver a Jesús.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, tus palabras son demasiado claras como para querer tergiversarlas. Nos pides desprendimiento total y confianza en las personas a quienes vamos a evangelizar. Los sacerdotes amigos del dinero y de las dignidades humanas, normalmente son criticados por la gente. ¿Acaso les ha faltado algo a los sacerdotes desprendidos, sencillos, que se dan gratuitamente al pueblo? Señor, hazme saber que el evangelio siempre tiene razón.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9


En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.

Pero Herodes decía: "A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?". Y tenía curiosidad de ver a Jesús.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús. Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión. Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes como corrupto y depravado.

Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo, contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.

En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.

Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!

 

 

Para la reflexión personal

 

Resulta paradójico el personaje de Herodes. Por un lado estaba interesado en conocer a Jesús y buscaba una ocasión para encontrarlo, y por otro aparecerá en la pasión aliado con Pilato para crucificarlo. Es un interés, el de Herodes, que acaba mal.

 

a)   ¿Qué imagen de Jesús tiene la gente en la actualidad?

 

b)  ¿Qué nos gustaría a nosotros conocer más profundamente de la persona de Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/3d5xc

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre mía: mi configuración con Cristo me obliga a buscar parecerme cada vez más a Él. Debo renovarme cada día caminando detrás del Señor.

Tú eres modelo de todo. Durante la vida de Jesús estuviste todo el tiempo junto a Él, aprendiendo y muy atenta a lo que Dios te pedía. Ayúdame a mí, para saber qué pasos debo dar.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Les dio poder para curar enfermedades: salvemos las 2 vidas.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, tus palabras son demasiado claras como para querer tergiversarlas. Nos pides desprendimiento total y confianza en las personas a quienes vamos a evangelizar. Los sacerdotes amigos del dinero y de las dignidades humanas, normalmente son criticados por la gente. ¿Acaso les ha faltado algo a los sacerdotes desprendidos, sencillos, que se dan gratuitamente al pueblo? Señor, hazme saber que el evangelio siempre tiene razón.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.


Y les dijo: "No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación".

Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy vivimos unos tiempos en que nuevas enfermedades mentales alcanzan difusiones insospechadas, como nunca había habido en el curso de la historia. El ritmo de vida actual impone estrés a las personas, carrera para consumir y aparentar más que el vecino, todo ello aliñado con unas fuertes dosis de individualismo, que construyen una persona aislada del resto de los mortales. Esta soledad a la que muchos se ven obligados por conveniencias sociales, por la presión laboral, por convenciones esclavizantes, hace que muchos sucumban a la depresión, las neurosis, las histerias, las esquizofrenias u otros desequilibrios que marcan profundamente el futuro de aquella persona.

«Convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades». Males, éstos, que podemos identificar en el mismo Evangelio como enfermedades mentales.

El encuentro con Cristo, que es la Persona completa y realizada, aporta un equilibrio y una paz que son capaces de serenar los ánimos y de hacer reencontrar a la persona con ella misma, aportándole claridad y luz en su vida, bueno para instruir y enseñar, educar a los jóvenes y a los mayores, y encaminar a las personas por el camino de la vida, aquella que nunca se ha de marchitar.

Los Apóstoles «recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva». Es ésta también nuestra misión: vivir y meditar el Evangelio, la misma palabra de Jesús, a fin de dejarla penetrar en nuestro interior. Así, poco a poco, podremos encontrar el camino a seguir y la libertad a realizar. Como escribió san Juan Pablo II, «la paz ha de realizarse en la verdad (...); ha de hacerse en la libertad».

Que sea el mismo Jesucristo, que nos ha llamado a la fe y a la felicidad eterna, quien nos llene de su esperanza y amor, Él que nos ha dado una nueva vida y un futuro inagotable.

 

 

Para la reflexión personal

 

Los doce son investidos de la autoridad de Jesús y son enviados a cumplir su misma misión en la tierra: predicar y curar. Sin nada en que apoyarse, sino en la fuerza de Dios, van de casa en casa anunciando el Evangelio.

 

a)   ¿Cómo nos sentimos enviados por Jesús a predicar la Buena Noticia?

 

b)  ¿Qué gestos de acogida y qué gestos de rechazo recibimos en esta misión?

 

c)   ¿Cómo afrontamos la acogida y el rechazo desde la fe?

 

d)  ¿A qué aldeas y a qué gentes nos envía Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/58l73s

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre mía: la compañía que ofrecías a Jesús y a sus discípulos, junto con las santas mujeres, resultaba especialmente valiosa para la misión apostólica. Yo me imagino que a los discípulos les costaría mucho separarse de ti cuando tu Hijo los enviaba a predicar el Reino de Dios. Pero tú eres una buena Madre, y les darías alguna prenda tuya que les asegurara tu presencia constante.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

lunes, 20 de septiembre de 2021

La vela se enciende no para esconderla.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Hoy, Señor, te pido en esta oración, que mi vida esté iluminada por tu luz. Tú eres la “luz del mundo”. Tú quieres que este mundo esté iluminado por tu luz. Todo pecado es oscuridad. Y Tú me mandas ir a quitar del mundo las sombras de la mentira, del egoísmo y de la ambición.  Pero yo no puedo iluminar si antes no he sido iluminado por Ti. Señor, que tu luz me haga ver la luz,

 

Del santo Evangelio según san Lucas 8, 16-18


En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Nadie enciende una vela y la tapa con alguna vasija o la esconde debajo de la cama, sino que la pone en un candelero, para que los que entren puedan ver la luz. Porque nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. Fíjense, pues, si están entendiendo bien, porque al que tiene se le dará más; pero al que no tiene se le quitará aun aquello que cree tener".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy, este Evangelio tan breve es rico en temas que atraen nuestra atención. En primer lugar, “dar luz”: ¡todo es patente ante los ojos de Dios! Segundo gran tema: las Gracias están engarzadas, la fidelidad a una atrae a otras: «Gratiam pro gratia». En fin, es un lenguaje humano para cosas divinas y perdurables.

¡Luz para los que entran en la Iglesia! Desde siglos, las madres cristianas han enseñado en la intimidad a sus hijos con palabras expresivas, pero sobre todo con la “luz” de su buen ejemplo. También han sembrado con la típica cordura popular y evangélica, comprimida en muchos refranes, llenos de sabiduría y de fe a la vez. Uno de ellos es éste: «Iluminar y no difuminar». San Mateo nos dice: «(...) para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres para que, al ver vuestras buenas obras, den gloria a su Padre que está en los cielos».

Nuestro examen de conciencia al final del día puede compararse al tendero que repasa la caja para ver el fruto de su trabajo. No empieza preguntando: —¿Cuánto he perdido? Sino más bien: —¿Qué he ganado? Y acto seguido: —¿Cómo podré ganar más mañana, qué puedo hacer para mejorar? El repaso de nuestra jornada acaba con acción de gracias y, por contraste, con un acto de dolor amoroso. —Me duele no haber amado más y espero lleno de ilusión, estrenar mañana el nuevo día para agradar más a Nuestro Señor, que siempre me ve, me acompaña y me ama tanto. —Quiero proporcionar más luz y disminuir el humo del fuego de mi amor.

En las veladas familiares, los padres y abuelos han forjado —y forjan— la personalidad y la piedad de los niños de hoy y hombres de mañana. ¡Merece la pena! ¡Es urgente! María, Estrella de la mañana, Virgen del amanecer que precede a la Luz del Sol-Jesús, nos guía y da la mano.

 

 

Para la reflexión personal

 

a)   Si nos detenemos a contemplar nuestra lámpara, ¿cómo la encontramos: apagada, llameante, con fuerza?

b)  ¿Qué hacemos con la luz de la fe: la escondemos, la colocamos para que alumbre?

c)   ¿Cómo se alimenta nuestra lámpara de la luz que es Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/m2v0i

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre nuestra: a ti se te invoca muchas veces como Madre de la Luz. Y es que en tu vientre brilla la luz de Cristo, que ilumina a todos los hombres. Él mismo dijo que es la luz del mundo, y el que lo sigue no caminará en tinieblas.

Nosotros, tus sacerdotes, estamos configurados con Cristo. Por tanto, se nos aplica más que a nadie lo que hoy nos dice tu Hijo. El día de nuestra ordenación sacerdotal se encendió esa luz en nuestro corazón, y se nos confirmó la misión de alumbrar a todos los de la casa, la santa Iglesia, y que brille nuestra luz ante todos los hombres.

Ayúdanos, Madre, a cumplir con nuestra misión de ser otros Cristos, y para que nunca escondamos esa luz debajo de la olla, sino que nuestra vida esté llena de buenas obras, poniendo, con nuestra vida, la luz de Cristo en el candelero.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....