miércoles, 22 de septiembre de 2021

Les dio poder para curar enfermedades: salvemos las 2 vidas.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, tus palabras son demasiado claras como para querer tergiversarlas. Nos pides desprendimiento total y confianza en las personas a quienes vamos a evangelizar. Los sacerdotes amigos del dinero y de las dignidades humanas, normalmente son criticados por la gente. ¿Acaso les ha faltado algo a los sacerdotes desprendidos, sencillos, que se dan gratuitamente al pueblo? Señor, hazme saber que el evangelio siempre tiene razón.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 1-6

En aquel tiempo, Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Luego los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos.


Y les dijo: "No lleven nada para el camino: ni bastón, ni morral, ni comida, ni dinero, ni dos túnicas. Quédense en la casa donde se alojen, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si en algún pueblo no los reciben, salgan de ahí y sacúdanse el polvo de los pies en señal de acusación".

Ellos se pusieron en camino y fueron de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio y curando en todas partes.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy vivimos unos tiempos en que nuevas enfermedades mentales alcanzan difusiones insospechadas, como nunca había habido en el curso de la historia. El ritmo de vida actual impone estrés a las personas, carrera para consumir y aparentar más que el vecino, todo ello aliñado con unas fuertes dosis de individualismo, que construyen una persona aislada del resto de los mortales. Esta soledad a la que muchos se ven obligados por conveniencias sociales, por la presión laboral, por convenciones esclavizantes, hace que muchos sucumban a la depresión, las neurosis, las histerias, las esquizofrenias u otros desequilibrios que marcan profundamente el futuro de aquella persona.

«Convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades». Males, éstos, que podemos identificar en el mismo Evangelio como enfermedades mentales.

El encuentro con Cristo, que es la Persona completa y realizada, aporta un equilibrio y una paz que son capaces de serenar los ánimos y de hacer reencontrar a la persona con ella misma, aportándole claridad y luz en su vida, bueno para instruir y enseñar, educar a los jóvenes y a los mayores, y encaminar a las personas por el camino de la vida, aquella que nunca se ha de marchitar.

Los Apóstoles «recorrían los pueblos, anunciando la Buena Nueva». Es ésta también nuestra misión: vivir y meditar el Evangelio, la misma palabra de Jesús, a fin de dejarla penetrar en nuestro interior. Así, poco a poco, podremos encontrar el camino a seguir y la libertad a realizar. Como escribió san Juan Pablo II, «la paz ha de realizarse en la verdad (...); ha de hacerse en la libertad».

Que sea el mismo Jesucristo, que nos ha llamado a la fe y a la felicidad eterna, quien nos llene de su esperanza y amor, Él que nos ha dado una nueva vida y un futuro inagotable.

 

 

Para la reflexión personal

 

Los doce son investidos de la autoridad de Jesús y son enviados a cumplir su misma misión en la tierra: predicar y curar. Sin nada en que apoyarse, sino en la fuerza de Dios, van de casa en casa anunciando el Evangelio.

 

a)   ¿Cómo nos sentimos enviados por Jesús a predicar la Buena Noticia?

 

b)  ¿Qué gestos de acogida y qué gestos de rechazo recibimos en esta misión?

 

c)   ¿Cómo afrontamos la acogida y el rechazo desde la fe?

 

d)  ¿A qué aldeas y a qué gentes nos envía Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/58l73s

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre mía: la compañía que ofrecías a Jesús y a sus discípulos, junto con las santas mujeres, resultaba especialmente valiosa para la misión apostólica. Yo me imagino que a los discípulos les costaría mucho separarse de ti cuando tu Hijo los enviaba a predicar el Reino de Dios. Pero tú eres una buena Madre, y les darías alguna prenda tuya que les asegurara tu presencia constante.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

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