+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Buen Jesús, hoy
nuevamente me pongo en tu presencia, porque deseo dialogar contigo. Tengo un
gran anhelo de estar Contigo. Sé que la amistad hay que construirla día a día.
Por eso, te pido que me ayudes a buscarte siempre y que mi corazón no se deje
llevar por las distracciones del mundo y seas Tú siempre el centro de mi vida.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 18-22
Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido a un
lugar solitario para orar, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy
yo?" Ellos contestaron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros,
que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas, que ha
resucitado".
Él les dijo:
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Respondió Pedro: "El
Mesías de Dios". Él les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie.
Después les dijo:
"Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por
los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la
muerte y que resucite al tercer día".
Palabra del Señor.
Reflexión
El evangelio
de hoy retoma el mismo asunto del evangelio de ayer: la opinión de la gente
sobre Jesús. Ayer, era a partir de Herodes. Hoy es el mismo Jesús quien
pregunta qué dice la opinión pública, y los apóstoles responden dando la misma
opinión que ayer. En seguida viene el primer anuncio de la pasión, de la muerte
y de la resurrección de Jesús.
Al igual que
Herodes, muchos pensaban que Juan Bautista hubiera resucitado en Jesús. Era
creencia común que el profeta Elías tenía que volver. Y todos alimentaban la
esperanza de la venida del profeta prometido por Moisés. Son éstas respuestas
insuficientes.
Pedro reconoce
que Jesús es aquel que la gente está esperando y que viene a realizar las
promesas. Lucas omite la reacción de Pedro tentando de disuadir a Jesús a que
siguiera por el camino de la cruz y omite también la dura crítica de Jesús a
Pedro (Mc 8,32-33; Mt 16,22-23).
“Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie”. Les está prohibido el que revelen a la gente que Jesús es el Mesías de
Dios. ¿Por qué Jesús lo prohibió? Es que en aquel tiempo, todos
esperaban la venida del Mesías, pero cada uno a su manera: unos como rey, otros
como sacerdote, otros como doctor, guerrero, juez, o ¡profeta! Nadie parecía
estar esperando al mesías siervo, anunciado por Isaías (Is 42,1-9). Quien
insiste en mantener la idea de Pedro, esto es, del Mesías glorioso sin la cruz,
no va a entender nada y nunca llegará a tomar la actitud del verdadero discípulo.
Pues sin la cruz es imposible entender quién es Jesús y qué significa seguir a
Jesús. Por esto, Jesús insiste de nuevo en la Cruz
Para la
reflexión personal
a. Creemos todos en Jesús. Pero algunos
entienden a Jesús de una manera y otros de otra. Hoy ¿cuál es el Jesús más
común en la manera de pensar de la gente?
b. La propaganda ¿cómo interfiere en mi
modo de ver a Jesús? ¿Qué hago para no dejarme embaucar por la propaganda? ¿Qué
nos impide hoy reconocer y asumir el proyecto de Jesús?
Medita con este canto
Pidámosle a María que nos ayude a vivir el perdón en nuestra vida
rezando esta oración:
Madre
del Redentor, Virgen fecunda
puerta del Cielo
siempre abierta,
estrella del mar
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
puerta del Cielo
siempre abierta,
estrella del mar
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permaneces siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores.
de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador,
y permaneces siempre Virgen,
recibe el saludo del ángel Gabriel
y ten piedad de nosotros pecadores.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
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