sábado, 5 de octubre de 2019

Domingo con Cristo: Dame, Señor, ¡más fe!


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Te pido, Señor, que me concedas la luz de tu Espíritu para que me ilumine y acompañe en este momento de oración. Ayúdame a ser humilde y sencillo de corazón para poder entender e interiorizar tu Palabra.


Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 5-10

En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a ese árbol frondoso: Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los obedecería.
¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra en seguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ ".
Palabra del Señor.

Reflexión

En nuestro “camino hacia Jerusalén” junto a Jesús (liturgia de estos domingos), hoy se nos plantea un tema vital: la necesidad de APRENDER A CREER. Se las trae, porque al ser humano le cuesta mucho creer, sea en un sistema económico, político y -cómo no- en una convicción profunda cualquiera. Está desengañado o desencantado. Lo que le ofrecen las Instituciones, la familia, la misma Iglesia es puesto en tela de juicio. Es, pues, difícil creer. Hoy, todo parece estar en crisis: los valores, los compromisos, los sistemas…

Pero el ser humano sigue necesitando “SER SALVADO”. Esto es: ¿dónde encontrar razones válidas para enfrentarse a la vida? ¿Cómo vivir de una manera verdaderamente humana? ¿Qué sentido tienen los trabajos y luchas de nuestra existencia?
Los creyentes tenemos que aprender a CREER en este horizonte de crisis general, porque sólo aquello que nos ayuda a vivir más humanamente será considerado válido: si nuestra experiencia personal en Jesús da más hondura, más sentido, más esperanza a la vida, entonces nuestra fe será aceptada y considerada válida.

Hoy, pues, podemos hacer nuestra la súplica de los apóstoles: “auméntanos la fe”, porque necesitamos creer con más convicción, más realismo y con más gozo; creer en la fuerza salvadora y liberadora del Evangelio.
Así haremos más humana la vida.


Para la reflexión personal

a)   ¿Tienes fe?

b)  ¿Haces lo que te toca, o dejas de hacerlo para hacer lo que quieres?


Medita y piensa en San Francisco, el menor, entre los menores.


Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María con la oración de San Francisco a nuestra Madre.

Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta,
que dio paso a nuestra luz.

Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella,
ruega a Cristo por nosotros.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.



Padre José Luis Romero Landeros IJS

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