+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Te
pido, Señor, que me concedas la luz de tu Espíritu para que me ilumine y
acompañe en este momento de oración. Ayúdame a ser humilde y sencillo de
corazón para poder entender e interiorizar tu Palabra.
Del santo Evangelio según san Lucas: 17, 5-10
En aquel tiempo, los apóstoles
dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El Señor les contestó: "Si
tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían
decirle a ese árbol frondoso: Arráncate de raíz y plántate en el mar’, y los
obedecería.
¿Quién de ustedes, si tiene un
siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa
del campo: ‘Entra en seguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame
de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y
beberás tú’? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste
cumplió con su obligación? Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo
que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que
teníamos que hacer’ ".
Palabra del Señor.
Reflexión
En
nuestro “camino hacia Jerusalén” junto a Jesús (liturgia de estos domingos),
hoy se nos plantea un tema vital: la necesidad de APRENDER A CREER. Se las
trae, porque al ser humano le cuesta mucho creer, sea en un sistema económico,
político y -cómo no- en una convicción profunda cualquiera. Está desengañado o
desencantado. Lo que le ofrecen las Instituciones, la familia, la misma Iglesia
es puesto en tela de juicio. Es, pues, difícil creer. Hoy, todo parece
estar en crisis: los valores, los compromisos, los sistemas…
Pero
el ser humano sigue necesitando “SER SALVADO”. Esto es: ¿dónde encontrar
razones válidas para enfrentarse a la vida? ¿Cómo vivir de una manera
verdaderamente humana? ¿Qué sentido tienen los trabajos y luchas de nuestra
existencia?
Los
creyentes tenemos que aprender a CREER en este horizonte de crisis general,
porque sólo aquello que nos ayuda a vivir más humanamente será considerado
válido: si nuestra experiencia personal en Jesús da más hondura, más sentido,
más esperanza a la vida, entonces nuestra fe será aceptada y considerada válida.
Hoy,
pues, podemos hacer nuestra la súplica de los apóstoles: “auméntanos la fe”, porque necesitamos creer con más convicción,
más realismo y con más gozo; creer en la fuerza salvadora y liberadora del
Evangelio.
Así
haremos más humana la vida.
Para la
reflexión personal
a) ¿Tienes
fe?
b) ¿Haces
lo que te toca, o dejas de hacerlo para hacer lo que quieres?
Medita y piensa en San
Francisco, el menor, entre los menores.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María con la oración
de San Francisco a nuestra Madre.
Salve, Reina de los cielos
y Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
y Señora de los ángeles;
salve, raíz; salve, puerta,
que dio paso a nuestra luz.
Alégrate, virgen gloriosa,
entre todas la más bella;
salve, oh hermosa doncella,
ruega a Cristo por nosotros.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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