+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor
Jesús, Amigo Fiel, gracias por este nuevo día de vida. Gracias también por este
momento de encuentro contigo en el que me das la ocasión de alimentarme con tu
Palabra de Verdad.
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 35-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén
listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los
criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en
cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre
en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y
él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra
en vela, dichosos ellos".
Palabra del Señor.
Reflexión
Esta llamada a la
vigilancia se funda en el hecho de que la hora del retorno de Jesús es
imprevisible.
Hoy la “vigilancia”
tiene especiales connotaciones sociales a las que no se refiere el texto del
evangelio, pero que vale la pena tener en cuenta. De hecho las “cámaras de
vigilancia” están a la orden del día para disuadir a ladrones y estafadores y
cualquier contravención de la ley en el tráfico y en cualquier otra actividad
social.
Jesús no nos habla así
del Padre. El santo temor de Dios no depende de cámaras de vigilancia sino que
brota de un amor tierno y filial y expresa una confianza absoluta en la
misericordia del Padre.
1) Ceñido
y lámpara encendida: Es saber que uno no puede aflojarse al
caminar de su vida, no te descuides de lo importante por atender lo urgente, es
necesario que tengas en claro que tu vida pasa por decisiones propiamente tuyas
y así como iniciaste tu vida, también tiene un fin; pero no lo sabes. Sé atento
con tu modo de vida y sé claro con lo que decidís en tu manera de vivir.
2) Abrirle:
Dios va a volver a tu vida y es bueno que estés con un corazón abierto para
abrirle. Deja de lado esa cerrazón de corazón que tienes y esa amargura de
vivir. Ábrete a lo nuevo y a los nuevos aires que Dios, a través del Espíritu
Santo, te quiere dar. Déjate tomar por el Espíritu de Dios y sana tus heridas
porque él hace nuevas todas las cosas.
3) Servirá:
Dios está atento a ti, es tan grande su amor que nunca te dejará solo. Qué
hermoso que puedas sentir el amor de Dios. Te propongo que en el día de hoy, le
pidas al Señor sentir su amor. En algún momentito del día que te ayude a tener
un momento de tranquilidad y soledad, y así puedas sentir esa brisa suave que
es la presencia de Dios en ti.
Para la reflexión
personal
a) Somos empleados de Dios.
Debemos estar ceñidos, preparados, atentos y vigilantes, veinte y cuatro horas
al día. ¿Lo consigues? ¿Cómo?
b) La promesa de felicidad
futura es al revés del presente. ¿Qué nos revela esto de cara a la bondad de
Dios para con nosotros, para conmigo?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Demos gracias
a Dios por lo material que nos da y en medida de lo posible compartirlo, y
particularmente con aquellos que lo necesitan
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
Madre, dame Tu mano y no me sueltes,
Déjame apoyarme en Ti al andar,
Enséñame el camino que sólo me conduzca
A Tu Hijo con quien anhelo un día estar.
Déjame apoyarme en Ti al andar,
Enséñame el camino que sólo me conduzca
A Tu Hijo con quien anhelo un día estar.
Pídele a El que perdone mis falencias,
Mi falta de paciencia, también de piedad,
Que me dé fuerzas para sobrellevar el peso
De las injusticias que me hacen a menudo llorar.
Mi falta de paciencia, también de piedad,
Que me dé fuerzas para sobrellevar el peso
De las injusticias que me hacen a menudo llorar.
Enjuga mis lágrimas con Tu dulzura de siempre,
Cubre con Tu manto mis penas y ansiedad,
Regálame la paz que de Tus ojos mana
Y muéstrame las huellas del amor y la humildad.
Cubre con Tu manto mis penas y ansiedad,
Regálame la paz que de Tus ojos mana
Y muéstrame las huellas del amor y la humildad.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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