+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor
Jesús, tengo un gran deseo de tener un diálogo íntimo contigo. Quisiera ponerme
en tu presencia y escuchar lo que quieres decirme en este día, acrecentar
nuestra amistad y conocerte cada vez más. Aquí me encuentro Señor dispuesto a
vivir según tu Palabra.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Sé que mi vida muchas
veces no corresponde a mi deseo de seguirte y que he dejado entrar el pecado en
mi vida. Te quiero decir que esto me duele enormemente y no quisiera ofenderte
ni una vez más. Confió firmemente en tu misericordia que siempre me perdona y
me permite empezar de nuevo.
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 20-25
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando vean a Jerusalén
sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los
que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se
alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque
esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Pobres
de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días!
Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se
descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados
cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta
que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.
Habrá
señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las
naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del
mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que
vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán
venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas
cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se
acerca la hora de su liberación".
Palabra del Señor.
Reflexión
Otra
vez Jesús utiliza un lenguaje simbólico, difícil de comprender para nosotros.
El panorama que dibuja es desolador: destrucción, venganza, signos en los astros...
Sin embargo, a pesar de todo, las últimas palabras de Jesús son esperanzadoras:
“levanten, alcen la cabeza, se acerca su liberación". Aunque a veces no lo
parezca, hasta en las situaciones más dolorosas, Dios está presente y busca
nuestra liberación, nuestra felicidad.
Podemos
pensar en situaciones difíciles que hemos vivido. Y recordar cómo a pesar de
todas las apariencias negativas, Dios se ha hecho paso y nos ha ido salvando
poco a poco. Damos gracias. Si no hemos descubierto la presencia de Dios en los
momentos dolorosos de la vida, le pedimos que nos conceda luz para saber
descubrirlo.
Dios
nos pone a veces en camino de personas que sufren mucho, que no tienen un
futuro esperanzador. Y nos pide que les ayudemos a levantarse, a caminar, a
disfrutar de la salvación (del amor de Dios y de los hermanos).
Para la reflexión
personal
a) Persecución
de las comunidades. Destrucción de Jerusalén. Desesperación. Ante los
acontecimientos que hoy hacen sufrir a la gente ¿me desespero?
b) ¿Cuál
es la fuente de mi esperanza?
c) Hijo
de Hombre es el título que Jesús gustaba usar. Él quería humanizar la vida.
Cuanto más humano, más divino, decía el Papa León Magno.
d) En
mi relación con los demás, ¿soy humano?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es responderle
al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra
Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el
momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Gracias
Señor, porque por encima de todas las vicisitudes de nuestra zarandeada
historia, nos abre, la puerta definitiva de tu amor, difundido como semilla en
nosotros. Aumenta nuestra fe y fortalece nuestra esperanza para que nuestra
espera no sea pasiva, sino que mientras caminamos hacia la plenitud del Reino,
que ya ha despuntado entre nosotros con tu Encarnación, colaboremos, bajo la
acción del Espíritu Santo, en su construcción y extensión. Amén.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos,
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.
María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la
Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el
Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de
Dios.
Nosotros nos alegramos en ti,
tú eres nuestra defensa ante
Dios.
Extiende tu mano invencible y
aplasta a nuestros enemigos.
Manda a tus siervos el socorro
del cielo.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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