+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Jesús,
creo profundamente en Ti y sé que eres la luz que ilumina mi existir. Te pido
al iniciar esta oración, que acompañes siempre mis pasos, para que caminando
seguro a tu lado, sepa escoger siempre el camino que lleva a la vida verdadera.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Soy
consciente también Buen Jesús de mis pecados y faltas de amor. A veces escojo
mal y tomó el rumbo de la oscuridad del pecado. Te pido perdón de corazón
porque confío en tu amor misericordioso, sé que siempre estás dispuesto al
perdón y a ayudarme a levantarme cada vez que caigo.
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
En
aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo
y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días
vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando;
todo será destruido".
Entonces
le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal
de que ya está a punto de suceder?"
Él
les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán
usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no
les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los
domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el
fin".
Luego
les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En
diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán
en el cielo señales prodigiosas y terribles".
Palabra del Señor.
Reflexión
Las
viudas de aquel tiempo normalmente eran pobres de solemnidad y estaban
totalmente desprotegidas. Sin embargo, echó todo lo que tenía para vivir. Los
cristianos estamos llamados a compartirlo todo, a dar incluso la vida. Pero en
la realidad cada uno conocerá sus razones particulares, pero hay dos que nos
afectan a casi todos.
Por
un lado, confiamos poco en Dios.
Si
confiáramos más en Dios, no nos apoyaríamos tanto en las seguridades
materiales. Por otro, somos poco conscientes de todo lo que Dios ha compartido
con nosotros, de todo lo que Dios cada día nos regala. “Todo lo mío es
tuyo" dice el padre de la parábola del hijo pródigo, nos dice Dios a cada
uno (Lc 15,32). Si fuéramos fuésemos más conscientes, compartir no sería un
castigo, sería una necesidad que nace de un corazón agradecido.
Para la reflexión personal
a) ¿cuánto
tiempo, cuánto dinero, cuanta vida compartimos?
b) ¿No
se nos habrá pegado demasiado el polvo de la sociedad individualista y
consumista en la que vivimos.
c) ¿Por
qué nos cuesta tanto compartir?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Señor
que no esté yo distraído, ni deslumbrado. Ayúdame a descubrirte en cada
acontecimiento, y en todo lo que permites en cada uno de mis días. Regálame la
sensibilidad para descubrirte y el compromiso para permanecer unido a Ti,
haciendo caso omiso a las voces que quieran seducirme y apartarme. Amén.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
Señora, tú te encuentras en la encrucijada de todos mis
caminos;
camina conmigo las horas que me quedan.
Enséñame a vivir con ánimo transparente, guarda mi corazón limpio de toda falta.
Enséñame a hacer el don total de mí mismo a Cristo Jesús,
sin cálculos, sin rodeos,
sin reparos burdos o sutiles,
sin espíritu ventajista.
Enséñame el significado fresco y limpio del servicio.
camina conmigo las horas que me quedan.
Enséñame a vivir con ánimo transparente, guarda mi corazón limpio de toda falta.
Enséñame a hacer el don total de mí mismo a Cristo Jesús,
sin cálculos, sin rodeos,
sin reparos burdos o sutiles,
sin espíritu ventajista.
Enséñame el significado fresco y limpio del servicio.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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