martes, 19 de noviembre de 2019

¿Soy buen administrador, Señor?


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Gracias Señor por este nuevo momento de oración para estar Contigo. Te pido que me ayudes a disponer mi interior para escuchar tus palabras con reverencia, y así pueda dejar que ellas se hagan vida en mí.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Te pido perdón Señor por todas mis faltas, pecados y omisiones. Sé que tú eres Bueno y Misericordioso. Por eso, te pido que me ayudes Señor a no volver a faltar más contra Ti, y siga tus palabras con coherencia y fidelidad.


Del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28

En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, Él les dijo esta parábola:
"Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’.
Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: ‘No queremos que éste sea nuestro rey’.
Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno.
Se presentó el primero y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas’. Él le contestó: ‘Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades’.
Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú serás gobernador de cinco ciudades’.
Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’ Después les dijo a los presentes: ‘Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez’. Le respondieron: `Señor, ya tiene diez monedas’. Él les dijo: ‘Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia’ ".
Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.
Palabra del Señor.


Reflexión

Dios nos ha dado a todos muchos talentos. Algunos talentos son más vistosos, más valorados por nosotros mismos, por la familia, por la Iglesia, por la sociedad. Otros son más discretos, menos visibles, menos valorados y, normalmente, más importantes.
A veces no nos damos cuenta ni valoramos los talentos de los demás. Y, por consiguiente, no les ayudamos a desarrollar lo que han recibido. Hay personas que se sienten sin talentos, sin capacidades... El miedo y la falta de confianza las arrincona, van perdiendo lo poco que tienen. En ellos se hacen realidad las palabras de Jesús: “al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene".
La enseñanza de la parábola es clara: tenemos que trabajar los talentos recibidos. Los tenemos que multiplicar. Y no por miedo a Dios, sino porque cuando desarrollamos las capacidades recibidas nos enriquecemos, enriquecemos a nuestra comunidad y a la sociedad en que vivimos.

Para la reflexión personal

a)   ¿Cuáles son mis talentos?

b)   ¿cuáles son los que más valoro?

c)   ¿cuáles son los que menos?

d)   ¿Qué talentos tendría que desarrollar más?

e)   ¿cómo?

Medita la oración hecha canción.


ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Señor, sé que no he sido el mejor administrador de tus bienes, reconozco mi debilidad y mis miedos, pues sé que eres un Dios exigente, ayúdame a no tener reservas para el engrandecimiento de tu reino y que sea capaz de donarme a los demás sin límites, para que algún día puede entregarte más de eso mucho o poco que mes has confiando.
Amén.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

¡QUIERO SER COMO TÚ, MARÍA!
Alegre, para que los que viven junto a mí sean más felices
Prudente, para que mis palabras no causen heridas
Orante, para escuchar la voz del Señor
Sencillo, para no dejarme engañar por el escaparate de la sociedad
Valiente, para no acobardarme ante las dificultades
Con las manos abiertas, para dar aquello que otros necesiten
Afable, para tratar a los demás con respeto y cariño
Limpio, para no juzgar por las apariencias
Con esperanza, para huir del pesimismo
Oyente, para conducirme por la Palabra de Dios
Te ofrezco, María, mi DEBILIDAD
Que Tú la transformes en algo agradable a Dios
Amén.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.



Padre José Luis Romero Landeros IJS

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