+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Gracias
Señor por este nuevo momento de oración para estar Contigo. Te pido que me
ayudes a disponer mi interior para escuchar tus palabras con reverencia, y así
pueda dejar que ellas se hagan vida en mí.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Te
pido perdón Señor por todas mis faltas, pecados y omisiones. Sé que tú eres
Bueno y Misericordioso. Por eso, te pido que me ayudes Señor a no volver a
faltar más contra Ti, y siga tus palabras con coherencia y fidelidad.
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 11-28
En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a
Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un
momento a otro, Él les dijo esta parábola:
"Había un hombre de la nobleza que se fue a un
país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó
llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno
y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’.
Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron
detrás de él a unos delegados que dijeran: ‘No queremos que éste sea nuestro
rey’.
Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país,
mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber
cuánto había ganado cada uno.
Se presentó el primero y le dijo: ‘Señor, tu moneda
ha producido otras diez monedas’. Él le contestó: ‘Muy bien. Eres un buen
empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de
diez ciudades’.
Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda
ha producido otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú serás
gobernador de cinco ciudades’.
Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está
tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres
un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha
sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal empleado. Por tu propia boca te
condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he
invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi
dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’
Después les dijo a los presentes: ‘Quítenle a éste la moneda y dénsela al que
tiene diez’. Le respondieron: `Señor, ya tiene diez monedas’. Él les dijo: ‘Les
aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga,
aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían
tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia’ ".
Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia
Jerusalén al frente de sus discípulos.
Palabra del Señor.
Reflexión
Dios nos ha dado a todos
muchos talentos. Algunos talentos son más vistosos, más valorados por nosotros
mismos, por la familia, por la Iglesia, por la sociedad. Otros son más
discretos, menos visibles, menos valorados y, normalmente, más importantes.
A veces no nos damos
cuenta ni valoramos los talentos de los demás. Y, por consiguiente, no les
ayudamos a desarrollar lo que han recibido. Hay personas que se sienten sin
talentos, sin capacidades... El miedo y la falta de confianza las arrincona,
van perdiendo lo poco que tienen. En ellos se hacen realidad las palabras de
Jesús: “al que no tiene se le quitará
hasta lo que tiene".
La enseñanza de la
parábola es clara: tenemos que trabajar los talentos recibidos. Los tenemos que
multiplicar. Y no por miedo a Dios, sino porque cuando desarrollamos las
capacidades recibidas nos enriquecemos, enriquecemos a nuestra comunidad y a la
sociedad en que vivimos.
Para la reflexión
personal
a) ¿Cuáles
son mis talentos?
b) ¿cuáles
son los que más valoro?
c) ¿cuáles
son los que menos?
d) ¿Qué
talentos tendría que desarrollar más?
e) ¿cómo?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Señor,
sé que no he sido el mejor administrador de tus bienes, reconozco mi debilidad
y mis miedos, pues sé que eres un Dios exigente, ayúdame a no tener reservas
para el engrandecimiento de tu reino y que sea capaz de donarme a los demás sin
límites, para que algún día puede entregarte más de eso mucho o poco que mes
has confiando.
Amén.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
¡QUIERO SER COMO TÚ, MARÍA!
Alegre, para que los que viven junto a mí sean más felices
Prudente, para que mis palabras no causen heridas
Orante, para escuchar la voz del Señor
Sencillo, para no dejarme engañar por el escaparate de la sociedad
Valiente, para no acobardarme ante las dificultades
Con las manos abiertas, para dar aquello que otros necesiten
Afable, para tratar a los demás con respeto y cariño
Limpio, para no juzgar por las apariencias
Con esperanza, para huir del pesimismo
Oyente, para conducirme por la Palabra de Dios
Te ofrezco, María, mi DEBILIDAD
Que Tú la transformes en algo agradable a Dios
Alegre, para que los que viven junto a mí sean más felices
Prudente, para que mis palabras no causen heridas
Orante, para escuchar la voz del Señor
Sencillo, para no dejarme engañar por el escaparate de la sociedad
Valiente, para no acobardarme ante las dificultades
Con las manos abiertas, para dar aquello que otros necesiten
Afable, para tratar a los demás con respeto y cariño
Limpio, para no juzgar por las apariencias
Con esperanza, para huir del pesimismo
Oyente, para conducirme por la Palabra de Dios
Te ofrezco, María, mi DEBILIDAD
Que Tú la transformes en algo agradable a Dios
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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