lunes, 9 de diciembre de 2019

Un reto nuevo: ¿Qué les parece?


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Buen Jesús, Tú has venido a salvarnos y llevarnos de regreso a tu redil. Te pido Señor que me ayudes a abrir mis oídos y mi corazón para que reconozca tu voz de pastor en esta oración y pueda seguirte coherentemente.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Señor, yo sé que peco muchas veces contra Ti. Te ruego, Señor, que me obtengas tu misericordia para que junto a Ti, pueda ponerme de pie y no pecar más.

Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños".
Palabra del Señor.

Reflexión

Una parábola no es una enseñanza que recibir de forma pasiva o que relegar en la memoria, sino que es una invitación para participar en el descubrimiento de la verdad. Jesús empieza diciendo: “¿Qué les parece?” Una parábola es una pregunta con una respuesta no definida. La respuesta depende de nuestra reacción y de la participación de los oyentes. Tratemos de buscar la respuesta a esta parábola de la oveja perdida.

Jesús cuenta una historia muy breve y muy sencilla: un pastor tiene 100 ovejas, pierde una, deja las otras 99 y va en busca de la oveja perdida. Y Jesús pregunta: “¿Qué les parece?” Es decir: “¿Ustedes harían lo mismo?” ¿Cuál será la respuesta de los pastores y de las demás personas que escuchaban a Jesús que cuenta esta historia? ¿Harían lo mismo? ¿Cual es mi respuesta a la pregunta de Jesús? Pensémoslo bien antes de contestar.
Si tú tuvieses 100 ovejas y pierdes una de ellas, ¿qué harías? No hay que olvidar que los montes son lugares de difícil acceso, con simas profundas, habitados por animales peligrosos y donde se esconden los ladrones. Y no puedes olvidar que has perdido una oveja, una sola, por consiguiente todavía ¡tienes 99 ovejas! ¡Has perdido poco! ¿Abandonarías a las demás 99 por el monte? Quizás solamente una persona con poco sentido común haría lo que hace el pastor de la parábola de Jesús. ¡Piénsatelo bien!
Los pastores que escucharon la historia de Jesús, habrán pensado y comentado: “¡Solamente un pastor sin fundamento actúa de este modo!” Seguramente le habrán preguntado a Jesús: “Perdona, pero ¿quién es ese pastor del que estás hablando? Hacer lo que él hizo, es pura locura”
Jesús contesta: “Este pastor es Dios, nuestro Padre, y la oveja perdida eres tú”. Dicho con otras palabras, aquel que actúa así es Dios movido por su gran amor hacia los pequeños, los pobres, los excluidos. Solamente un amor así de grande es capaz de hacer una locura de este tipo. El amor con que Dios nos ama supera la prudencia y el sentido común. El amor de Dios hace locuras. ¡Gracias a Dios! Si así no fuera, ¡estaríamos perdidos!


Para la reflexión personal

a)   Y en este momento de mi vida, ¿cómo estoy?

b)   ¿en qué me he alejado de Dios?

c)   ¿en qué estoy perdido?

d)   Quizá a través del Evangelio de hoy el Señor ha salido a buscarme. ¿quiero encontrarme con él?

e)   ¿qué me dice Dios?

f)     ¿qué le digo?

Medita la oración hecha canción.


ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias mi Buen Pastor. A pesar de que muchas veces con mis faltas y pecados me alejo de tu redil, Tú has salido en búsqueda de esta oveja perdida. Ayúdame Señor a ser una persona fiel a tu Palabra y que mis obras reflejen para los demás la gloria de tu venida.
Amén.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Virgen María Madre de Jesús y de todos nosotros,
madre de hombres, adultos, ancianos y niños.
Reina y Patrona de un pueblo entero
devoto a tus enseñanzas,
haz que podamos ver,
que pueda ver, el reino de Cristo.
Inmaculada Patrona
que todo lo logras,
tú que para ti todo es posible,
protectora de los desolados y de los niños,
Santísima Madre, te ruego
escuches mis suplicas
en que con mucho desespero y amor hago,
te pido por favor me acompañes
en todo momento y no me abandones.
A ti Madre quiero pedirte me brindes fuerzas,
sabiduría, paciencia, amor, prudencia, respeto, valentía y entusiasmo
para poder vivir la vida plena
que necesito y merezco
y que necesitan y merecen mis hijos,
y que necesita y merecen mis allegados en general.
Amén.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.



Padre José Luis Romero Landeros IJS

No hay comentarios.:

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....