+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Buen
Jesús, Tú has venido a salvarnos y llevarnos de regreso a tu redil. Te pido
Señor que me ayudes a abrir mis oídos y mi corazón para que reconozca tu voz de
pastor en esta oración y pueda seguirte coherentemente.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Señor,
yo sé que peco muchas veces contra Ti. Te ruego, Señor, que me obtengas tu
misericordia para que junto a Ti, pueda ponerme de pie y no pecar más.
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece? Si un hombre
tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los
montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les
aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le
perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo
de estos pequeños".
Palabra del Señor.
Reflexión
Una
parábola no es una enseñanza que recibir de forma pasiva o que relegar en la
memoria, sino que es una invitación para participar en el descubrimiento de la
verdad. Jesús empieza diciendo: “¿Qué les parece?” Una parábola es una pregunta
con una respuesta no definida. La respuesta depende de nuestra reacción y de la
participación de los oyentes. Tratemos de buscar la respuesta a esta parábola
de la oveja perdida.
Jesús
cuenta una historia muy breve y muy sencilla: un pastor tiene 100 ovejas,
pierde una, deja las otras 99 y va en busca de la oveja perdida. Y Jesús
pregunta: “¿Qué les parece?” Es decir: “¿Ustedes harían lo mismo?” ¿Cuál será
la respuesta de los pastores y de las demás personas que escuchaban a Jesús que
cuenta esta historia? ¿Harían lo mismo? ¿Cual es mi respuesta a la pregunta de
Jesús? Pensémoslo bien antes de contestar.
Si
tú tuvieses 100 ovejas y pierdes una de ellas, ¿qué harías? No hay que olvidar
que los montes son lugares de difícil acceso, con simas profundas, habitados
por animales peligrosos y donde se esconden los ladrones. Y no puedes olvidar
que has perdido una oveja, una sola, por consiguiente todavía ¡tienes 99
ovejas! ¡Has perdido poco! ¿Abandonarías a las demás 99 por el monte? Quizás
solamente una persona con poco sentido común haría lo que hace el pastor de la
parábola de Jesús. ¡Piénsatelo bien!
Los
pastores que escucharon la historia de Jesús, habrán pensado y comentado:
“¡Solamente un pastor sin fundamento actúa de este modo!” Seguramente le habrán
preguntado a Jesús: “Perdona, pero ¿quién es ese pastor del que estás hablando?
Hacer lo que él hizo, es pura locura”
Jesús
contesta: “Este pastor es Dios, nuestro Padre, y la oveja perdida eres tú”.
Dicho con otras palabras, aquel que actúa así es Dios movido por su gran amor
hacia los pequeños, los pobres, los excluidos. Solamente un amor así de grande
es capaz de hacer una locura de este tipo. El amor con que Dios nos ama supera
la prudencia y el sentido común. El amor de Dios hace locuras. ¡Gracias a Dios!
Si así no fuera, ¡estaríamos perdidos!
Para la reflexión
personal
a) Y
en este momento de mi vida, ¿cómo estoy?
b) ¿en
qué me he alejado de Dios?
c) ¿en
qué estoy perdido?
d) Quizá
a través del Evangelio de hoy el Señor ha salido a buscarme. ¿quiero
encontrarme con él?
e) ¿qué
me dice Dios?
f) ¿qué
le digo?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Gracias mi Buen Pastor.
A pesar de que muchas veces con mis faltas y pecados me alejo de tu redil, Tú
has salido en búsqueda de esta oveja perdida. Ayúdame Señor a ser una persona
fiel a tu Palabra y que mis obras reflejen para los demás la gloria de tu venida.
Amén.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
Virgen María Madre de
Jesús y de todos nosotros,
madre de hombres, adultos,
ancianos y niños.
Reina y Patrona de un pueblo
entero
devoto a tus enseñanzas,
haz que podamos ver,
que pueda ver, el reino de
Cristo.
Inmaculada Patrona
que todo lo logras,
tú que para ti todo es posible,
protectora de los desolados y de
los niños,
Santísima Madre, te ruego
escuches mis suplicas
en que con mucho desespero y
amor hago,
te pido por favor me acompañes
en todo momento y no me
abandones.
A ti Madre quiero pedirte me
brindes fuerzas,
sabiduría, paciencia, amor,
prudencia, respeto, valentía y entusiasmo
para poder vivir la vida plena
que necesito y merezco
y que necesitan y merecen mis hijos,
y que necesita y merecen mis
allegados en general.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario