+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Ven
Espíritu Santo, Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras
conciencias. Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que
el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo. Que tu Palabra
llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-37
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he venido a
abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud.
Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de
cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que
quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el
menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será
grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si su justicia no es mayor
que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino
de los cielos.
Han
oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el
tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado
también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado ante el
tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al fuego del lugar de
castigo.
Por
lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí
mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al
altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar
tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas con él por el
camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te metan a la
cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último
centavo. También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio.
Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió
adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión
de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de
tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano
derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque
más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al
lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su
mujer un certificado de divorcio. Pero yo les digo que el que se divorcia,
salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio,
y el que se casa con una divorciada comete adulterio. Han oído que se dijo a
los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas
prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por
el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde Él pone
los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey. Tampoco jures por tu
cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan
simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene
del maligno".
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy,
Jesús nos dice «No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). ¿Qué
es la Ley? ¿Qué son los Profetas? Por Ley y Profetas, se entienden dos
conjuntos diferentes de libros del Antiguo Testamento. La Ley se refiere a los
escritos atribuidos a Moisés; los Profetas, como el propio nombre lo indica,
son los escritos de los profetas y los libros sapienciales.
En el Evangelio de hoy,
Jesús hace referencia a aquello que consideramos el resumen del código moral
del Antiguo Testamento: los mandamientos de la Ley de Dios. Según el pensamiento
de Jesús, la Ley no consiste en principios meramente externos. No. La Ley no es
una imposición venida de fuera. Todo lo contrario. En verdad, la Ley de Dios
corresponde al ideal de perfección que está radicado en el corazón de cada
hombre. Esta es la razón por la cual el cumplidor de los mandamientos no
solamente se siente realizado en sus aspiraciones humanas, sino también alcanza
la perfección del cristianismo, o, en las palabras de Jesús, alcanza la
perfección del reino de Dios: «El que los observe y los enseñe, ése será grande
en el Reino de los Cielos» (Mt 5,19).
«Pues yo les digo» (Mt
5,22). El cumplimiento de la ley no se resume en la letra, visto que “la letra
mata, pero el espíritu vivifica” (2Cor 3,6). Es en este sentido que Jesús
empeña su autoridad para interpretar la Ley según su espíritu más auténtico. En
la interpretación de Jesús, la Ley es ampliada hasta las últimas consecuencias:
el respeto por la vida está unido a la erradicación del odio, de la venganza y
de la ofensa; la castidad del cuerpo pasa por la fidelidad y por la
indisolubilidad, la verdad de la palabra dada pasa por el respeto a los pactos.
Al cumplir la Ley, Jesús «manifiesta con plenitud el hombre al propio hombre, y
a la vez le muestra con claridad su altísima vocación» (Concilio Vaticano II).
El ejemplo de Jesús nos
invita a aquella perfección de la vida cristiana que realiza en acciones lo que
se predica con palabras.
Para la reflexión
personal
a) ¿Estoy
en la ley o en el Evangelio? ¿He descubierto el gozo de obrar por amor?
b) ¿Estoy
convencido de que, si no amo no cumplo ninguna ley cristiana?
c) Me
horroriza el aborto. ¿y los niños que vienen a la vida y los dejamos morir de
hambre?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Arranca
la mano de piedra,
que aprieta con saña
y apunta con odio,
cocina maldades
y pone cadenas…
Verás cómo crece
la mano de carne
que acuna y aquieta,
que quita cerrojos,
que escribe poemas
Arranca la pierna de piedra
que al pisar aplasta,
que avanza sin norte,
y, cerril, patea.
Verás cómo crece
la pierna de carne,
que baila ligera,
que te lleva, lejos,
donde Dios te llama,
donde el hombre espera.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
que aprieta con saña
y apunta con odio,
cocina maldades
y pone cadenas…
Verás cómo crece
la mano de carne
que acuna y aquieta,
que quita cerrojos,
que escribe poemas
Arranca la pierna de piedra
que al pisar aplasta,
que avanza sin norte,
y, cerril, patea.
Verás cómo crece
la pierna de carne,
que baila ligera,
que te lleva, lejos,
donde Dios te llama,
donde el hombre espera.
José Mª Rodríguez Olaizola, sj
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María, nuestra Madre,
su maternal ayuda.
Madre de
misericordia: las palabras de Jesús son fuertes y
comprometedoras. Plantea un programa de vida que implica renuncia, olvidarse de
uno mismo, pensar en los demás y servirlos, amar, perdonar, reconocer los
propios pecados, pedir perdón, convertirse… decir sí cuando es sí, y no cuando
es no.
Ayúdanos, Madre, a ser fuertes y
decididos, comprometiéndonos por la causa de Cristo, dando la vida, sirviendo a
los demás, y rectificando cuando sea necesario.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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