domingo, 16 de febrero de 2020

¿Por qué la gente busca una señal?


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Te doy gracias Jesús porque me permites tener este momento de oración. Quiero conocerte cada vez más, profundizar en tu Palabra, escucharte y seguirte. Dame la luz y la gracia que necesito para poder hacerlo.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Aunque me cueste tengo que reconocer que soy frágil y pecador. ¡Cuántas veces me dejo llevar por las ocasiones y soy negligente en el rechazo de las tentaciones! Sin embargo, Tú siempre estás esperándome con los brazos abiertos para perdonarme y devolverme a la vida. En ti confío, Señor, y sé que eres todo amor y misericordia.

Del santo Evangelio según san Marcos 8, 11-13

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con Él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: "¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal". Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.

Reflexión

También hoy día se piden señales a Jesús: que haga notar su presencia en el mundo o que nos diga de una manera evidente cómo hemos de actuar nosotros. El Papa nos hace ver que la negativa de Jesucristo a dar una señal a los judíos —y, por tanto, también a nosotros— se debe a que quiere «cambiar la lógica del mundo, orientada a buscar signos que confirmen el deseo de autoafirmación y de poder del hombre». Los judíos no querían un signo cualquiera, sino aquel que indicara que Jesús era el tipo de mesías que ellos esperaban. No aguardaban al que venía para salvarlos, sino el que venía a dar seguridad a su visión de cómo se tenían que hacer las cosas.
En definitiva, cuando los judíos del tiempo de Jesús como también los cristianos de ahora pedimos —de una manera u otra— una señal, lo que hacemos es pedir a Dios que actúe según nuestra manera, la que nosotros creemos más acertada y que de hecho apoye a nuestro modo de pensar. Y Dios, que sabe y puede más (y por eso pedimos en el Padrenuestro que se haga “su” voluntad), tiene sus caminos, aunque a nosotros no nos sea fácil comprenderlos. Pero Él, que se deja encontrar por todos los que le buscan, también, si le pedimos discernimiento, nos hará comprender cuál es su manera de obrar y cómo podemos distinguir hoy sus signos.

Para la reflexión personal

Ante la alternativa: tener fe en Jesús o pedir un signo del cielo, los fariseos querían un signo del cielo. No fueron capaces de creer en Jesús. ¿Me ocurrió algo así a mí también? ¿Qué escogí?

Medita la oración hecha canción.




ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias, Jesús, por este momento de encuentro contigo. Gracias por el don de la fe. Te pido que me ayudes a crecer cada vez más en confianza en Ti y que me fortalezcas con la gracia de tu Resurrección. 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre mía: tú eres un faro resplandeciente, una señal segura para nuestros naufragios, ayúdanos a estar siempre bien y dispuestos y preparados para la venida de tu Hijo.
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre José Luis Romero Landeros IJS


Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

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