+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Jesús,
en Ti confío. Me pongo en tus manos en este momento de oración. Enséñame,
Señor, a creer en Ti en todo momento. Hasta en la duda y en las tribulaciones:
creer en Ti. Y enséñame, Señor, a saber colaborar en tu misión de dar el
alimento verdadero a todos los hombres y mujeres.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
“Creo,
Señor, pero acrecienta mi fe”. Reconozco mi fragilidad y te pido que me
ayudes a confiar más en Ti y a saber alimentarme de tu Palabra. No quiero,
Señor, contentarme con sucedáneos. Quiero que me des el único alimento
realmente capaz de saciar mi hambre de Dios.
Del santo Evangelio según san Marcos 8, 1-10
En
aquellos días, vio Jesús que lo seguía mucha gente y no tenían qué comer.
Entonces llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente: ya
llevan tres días conmigo y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en
ayunas, se van a desmayar en el camino. Además, algunos han venido de
lejos". Sus discípulos le respondieron: "¿Y dónde se puede conseguir
pan, aquí en despoblado, para que coma esta gente?" Él les preguntó:
"¿Cuántos panes tienen?" Ellos le contestaron: "Siete".
Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo; tomó los siete panes,
pronunció la acción de gracias, los partió y se los fue dando a sus discípulos,
para que los distribuyeran. Y ellos los fueron distribuyendo entre la gente.
Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que
los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se
recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y
luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy, el Evangelio nos
presenta un milagro de Jesús: hizo volver la escucha y destrabó la lengua a un sordo.
La gente se quedó admirada y decía: «Todo lo ha hecho bien» (Mc 7,37).
Ésta
es la biografía de Jesús hecha por sus contemporáneos. Una biografía corta y
completa. ¿Quién es Jesús? Es aquel que todo lo ha hecho bien. En el doble
sentido de la palabra: en el qué y en el cómo, en la sustancia y en la manera.
Es aquel que sólo ha hecho obras buenas, y el que ha realizado bien las obras
buenas, de una manera perfecta, acabada. Jesús es una persona que todo lo hace
bien, porque sólo hace acciones buenas, y aquello que hace, lo deja acabado. No
entrega nada a medias; y no espera a acabarlo después.
Procura
también tú dejar las cosas totalmente listas ahora: la oración; el trato con
los familiares y las otras personas; el trabajo; el apostolado; la diligencia
para formarte espiritual y profesionalmente; etc. Sé exigente contigo mismo, y
sé también exigente, suavemente, con quienes dependen de ti. No toleres
chapuzas. No gustan a Dios y molestan al prójimo. No tomes esta actitud
simplemente para quedar bien, ni porque este procedimiento es el que más rinde,
incluso humanamente; sino porque a Dios no le agradan las obras malas ni las
obras “buenas” mal hechas. La Sagrada Escritura afirma: «Las obras de Dios son
perfectas» (Dt 32,4). Y el Señor, a través de Moisés, manifiesta al Pueblo de
Israel: «No ofrezcáis nada defectuoso, pues no os sería aceptado» (Lev 22,20).
Pide la ayuda maternal de la Virgen María. Ella, como Jesús, también lo hizo
todo bien.
Para la reflexión
personal
a) ¿Soy
indiferente ante las demás personas?
b) ¿Veo
el rostro de Jesús en la necesidad de un hermano?
c) ¿Entrego
todo lo que tengo a Dios?
d) ¿Entrego
todo lo que tengo a un hermano necesitado?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Te
agradezco, Señor, por este momento de oración, y por tu presencia en mi vida.
Quiero vivir completamente entregado a Ti, y te pido la fuerza de tu gracia
para que así sea. Ayúdame a luchar contra las insidias del enemigo, y a ser
coherente con el camino que Tú me llamas a vivir, aceptando siempre las
alegrías y cruces que vendrán en el camino.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
Madre
mía: tú eres una buena madre, y sé
que no me va a faltar tu ayuda, tu protección, tu cercanía.
Yo te pido que siempre te
muestres madre, y me enseñes a mí a mostrarme hijo, para cumplir fielmente con
mi ministerio y así poder alimentar bien a mis ovejas.
No me dejes, madre mía.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
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