sábado, 29 de febrero de 2020

Domingo con el Señor, Las tentaciones y la victoria de Cristo.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Jesús, te agradezco por tener este momento de oración. Tú sales siempre a mi encuentro y buscas acercarme a tu Corazón. Ayúdame a que durante esta oración te abra mi mente y mi corazón, para que tu palabra me ayude a responder cada vez con más ardor y coherencia a tu amor.

Del santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le contestó: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás". Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.
Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús, después de la experiencia del Bautismo en el Jordán, lleno del Espíritu Santo, se deja guiar por Él. Y sorprendentemente, el Espíritu lo lleva al desierto, donde Jesús se encuentra consigo mismo, sin ningún privilegio, con la profundidad de su ser humano, y vive la tentación. El Espíritu no le hace esquivar las tentaciones, le da fuerza para superarlas.
Las tres tentaciones de Jesús, buscar soluciones mágicas a las necesidades básicas, el poder, y el éxito, sintetizan todas las tentaciones de la persona humana.
Las tentaciones no son algo que se pase una vez en la vida sino una realidad continua en nuestra existencia. Cristiano no es el que no tiene tentaciones, o vive como si no las tuviera, sino el que siguiendo el ejemplo de Jesús las descubre en toda su profundidad y las combate y supera cada día con la fuerza del Espíritu.

Para la reflexión personal

a)  ¿Cuáles son tus tentaciones?

b) ¿Las conoces?

c)  ¿Te conoces?

d) ¿Las aceptas?

e)  ¿Las rechazas?

f)   ¿Las evitas, o facilitas la ocasión para que la tentación se convierta para ti en pecado?

g)  ¿Reconoces tu debilidad y luchas, o pretendes ser tan fuerte y tu soberbia te vence?

Medita la oración hecha canción.


ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias porque nos invitas a reconocer las tentaciones y a no tener miedo a tus planes.
Gracias porque nos invitas a conocer tus planes, a tener tu Palabra para cada ocasión.
Gracias porque nos recuerdas que Tú también fuiste tentado, pero lo superaste.
Te pido que me des la gracia de que cada vez que yo sea tentado pueda encontrar en la Biblia la respuesta adecuada y tenga la valentía para cumplir lo que me pide.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María, nuestra Madre, su maternal ayuda.

Madre mía: yo sé que el demonio no puede nada contra ti. Bajo tu amparo nos acogemos.
A ti te escogió Dios para ser la Madre de su Hijo, no sólo para que lo engendraras y fuera el fruto bendito de tu vientre, sino para que cumplieras con Él el oficio de toda madre, para cuidarlo y protegerlo, y también para ayudarlo a vencer las tentaciones, a las que se sometió como verdadero hombre.
Y Jesús quiso que fueras también madre nuestra, sabiendo que íbamos a necesitar esa misma ayuda, y tu protección es omnipotente. Así podremos vencer todas las batallas, cumpliendo siempre y en todo la voluntad de Dios.
Consíguenos la humildad para reconocer nuestra fragilidad, y la valentía para huir con prontitud de las insidias del enemigo.
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre José Luis Romero Landeros IJS


No hay comentarios.:

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....