+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor
Jesús, puesto en tu presencia te pido humildemente que me ayudes a disponer mi
mente y corazón para convertirme más a Ti y, progresar así, tanto en el
conocimiento como en la vivencia de tu palabra de vida.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Señor,
reconozco que soy un pecador y he faltado contra Ti. Te pido perdón y me acojo
a tu misericordia. Ayúdame a confiar en tu corazón benévolo que siempre perdona
a quien en verdad se arrepiente. Y así pueda renovarme en la lucha por alcanzar
la santidad.
Del santo Evangelio según san Lucas 25, 31-46
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Hijo del
hombre, rodeado de su gloria, acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su
trono de gloria. Entonces serán congregadas ante él todas las naciones, y él
apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los
cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a los cabritos a su izquierda.
Entonces
dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión
del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve
hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y
me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron,
encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor,
¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo
te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá: ‘Yo les
aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos,
conmigo lo hicieron’.
Entonces
dirá también a los de la izquierda: ‘Apártense de mí, malditos; vayan al fuego
eterno, preparado para el diablo y sus ángeles; porque estuve hambriento y no
me dieron de comer, sediento y no me dieron de beber, era forastero y no me
hospedaron, estuve desnudo y no me vistieron, enfermo y encarcelado y no me
visitaron’.
Entonces
ellos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de
forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no te asistimos?’. Y él les
replicará: ‘Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron con uno de aquellos más
insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’. Entonces irán éstos al castigo
eterno y los justos a la vida eterna".
Palabra del Señor.
Reflexión
En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a:
- Descubrirle en los
pobres, enfermos, hambrientos y sedientos... en definitiva en todas las
personas, porque todos somos pobres. Hay pobres de dinero, de compañía, de
esperanza, de fe, de amigos, de salud, de libertad, de cariño... Y hay pobres
de todo. Éstos eran los preferidos de Jesús y deben ser nuestros preferidos.
- A dar a cada uno lo
que necesita. Y a darlo con amor. Porque dándolo a los hermanos, a Cristo mismo
lo ofrecemos.
- A valorar a las
personas por su capacidad de amor, de entrega... Y no por otros criterios tan
importantes como la inteligencia, el aspecto físico, el dinero, el poder...
Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed, dame
alguien que precise agua;
Cuando sienta frío, dame
alguien que necesite calor.
Cuando sufra, dame alguien
que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca
pesada, déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre, pon a mi
lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame
alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado, dame
alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros
me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de
que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo,
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de
servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras
manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro amor misericordioso, imagen
del tuyo.
Madre Teresa de Calcuta
Para la reflexión
personal
a) Párate
y piensa: si el Juicio final fuera hoy, ¿tú estarías del lado de las ovejas o
de los cabritos?
Medita
la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Señor
Jesús, te agradezco por esta oración. Te pido que me conviertas a Ti, Señor
mío, para que pueda verte en los que sufren y están necesitados de tu amor. No
dejes que mi corazón sea indiferente ante el hermano en necesidad, para que
cuando llegue el momento del juicio, tu puedas decirme “Ven bendito de mi Padre
y recibe la herencia del Reino”.
Reza un Padre
Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a
María su maternal ayuda.
Madre
mía, Madre de Misericordia: me gusta imaginarme que tú
estarás presente en ese Juicio Final, de pie a la derecha de tu Hijo
Jesucristo. Verte a ti, junto a Jesús, ya será parte de la bienaventuranza
eterna para los justos.
Yo quiero luchar con todas mis
fuerzas para alcanzar esa eterna gloria, y gozar para siempre de Dios. Él mismo
nos muestra el camino, hay que vivir el mandamiento de la caridad. Amar al
prójimo, como nos enseñó Jesús.
Tú siempre nos proteges y nos
acoges bajo tu manto. Sé que no me faltará tu compañía ante mis propias
necesidades, pero enséñame a mí a amar al prójimo, como lo hiciste tú.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario