miércoles, 4 de marzo de 2020

Pidan, llamen, busquen.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor, vengo a tu encuentro necesitado de tu gracia, de la fuerza de tu amor. Me doy cuenta que no puedo caminar sin Ti y por eso al comenzar esta oración, pido el auxilio de tu gracia, para poder acoger tu palabra en este momento de oración.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Señor, soy consciente de mis debilidades. Por eso me acerco a Ti arrepentido por los errores cometidos y confiado en recibir tu perdón, confiado también en que con tu gracia podré salir adelante y caminar con más fuerza hacia la santidad.

Del santo Evangelio según san Mateo 7, 7-12

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre.
¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuánta mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas".
Palabra del Señor.

Reflexión

El Señor, nos manda “pedir”, “llamar”. “buscar”. San Mateo nos dice que debemos pedir cosas buenas, pero el evangelista Lucas matiza más y nos dice que debemos pedir lo mejor de todo: El Espíritu Santo. Sólo el Espíritu Santo puede convertir “la piedra en pan” y “la culebra en pescado”.
Nos dice que llamemos, pero ¿en qué puerta? Sólo podemos llamar en la puerta de Aquel que nos ha dicho: “Yo soy la puerta”. Las puertas humanas se nos cierran muchas veces y nos dan con la puerta en las narices. Tu puerta está siempre abierta y detrás de esa puerta “estás tú”. Tú que nos abres, nos acoges, nos sientas a tu mesa y nos invitas a cenar contigo. Nos dices que “busquemos”, pero ¿cómo debemos buscar? “Como busca la cierva corrientes de agua”.
Una cierva, con sus crías, atormentada por la sed, busca desesperadamente el agua. Para ella “beber es vivir” y “Dejar de beber es morir”. Sed ardiente, apasionada, visceral, “existencial” es lo que nuestro mundo necesita. Y, lamentablemente, ocurre lo contrario. “La acequia de Dios va llena de agua”.
Pero el hombre moderno ha perdido la sed. Por eso, hoy más que nunca, necesitamos “pedir”, “llamar”, “buscar”.

Para la reflexión personal

a)   Pedir, buscar, llamar a la puerta: ¿cómo rezas tú y cómo conversas con Dios?

b)   ¿Cómo vives la Regla de Oro?

Medita la oración hecha canción.




ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias, Señor, por este momento de oración. Yo sé que Tú lo sabes todo, Tú sabes lo que hay en mi corazón. Por eso te ruego que me ayudes a aprender a rezar con todo mi ser, para que constantemente pueda encontrarme contigo y así dejar que seas Tú quien viva en mí.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre mía: tú eres la omnipotencia suplicante, ¡enséñame a tratar a tu Hijo!, ¡enséñame a saber pedir!
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre José Luis Romero Landeros IJS


Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

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