+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor
Jesús, sé que tú estás presente a través de la Palabra y en esta oración
quieres que a través de ella me convierta. Ayúdame a vivir intensamente el
proceso de adhesión a tus enseñanzas y que imite el heroísmo de quienes han
entregado la vida por Ti.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Te
pido perdón Señor por mi pecado, porque me descubro frágil al caer en el mal.
Pero confío en tu misericordia y amor que me levanta de mis caídas y me muestra
el horizonte de la santidad.
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le
contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces Él les dijo:
"Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco".
Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para
comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado
y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los
poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando
Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se
compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a
enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Reflexión
El
detalle de convivencia entre el Señor y los discípulos de este evangelio puede
servirnos para nuestra propia relación con Cristo: Reunidos con Él, le contaban
lo que habían hecho y descansaban pacíficamente. Los momentos de oración pueden
ser también momentos de reposo con el Señor, de trato amistoso con él, como
hacemos con tantos otros amigos
Lo mismo que el ave regresa al hogar y encuentra su descanso en su nido, así mi alma descansa en ti, Señor. Porque tú eres el gozo de nuestra alma, la abertura siempre abierta, la puerta de la esperanza, en ti nos confiamos en el descanso. Cuando llega la tormenta, cuando el frío arrecia tras los cristales, cuando todo parece que va a concluir en tragedia.
Lo mismo que el ave regresa al hogar y encuentra su descanso en su nido, así mi alma descansa en ti, Señor. Porque tú eres el gozo de nuestra alma, la abertura siempre abierta, la puerta de la esperanza, en ti nos confiamos en el descanso. Cuando llega la tormenta, cuando el frío arrecia tras los cristales, cuando todo parece que va a concluir en tragedia.
Tú eres
el descanso, la plenitud sin fin, el infinito que se puede tocar, el que
cierras nuestros ojos con tus delicadas manos. Aunque a veces me duermo
enseguida, pensar en ti me hace sentirme mejor, me brota una paz inexplicable,
y al punto me duermo en paz. Aunque mis padres me abandonaran, aunque el sol no
calentase, yo descansaría seguro en el Señor, estaría muy a gusto con mi Dios.
Amén.
Estar
con el Señor tiene un efecto sobre el corazón: lo hace atento a los otros, lo
hace compasivo.
Recibir y dar. Ese debería ser el movimiento
ordinario y contagioso de un cristiano: atento a los múltiples dones de Dios y
de los otros, los acoge con alegría y los comparte. Y se crea entonces un
efecto multiplicador, de acción más que de palabras, que genera una atmósfera
de paz, de serenidad, de comprensión mutua. Recibir y dar.
Para la reflexión
personal
a) ¿Somos
sensibles a las necesidades de los demás?
b) ¿Eso
nos hace más disponibles, nos da iniciativa, nos hace adelantarnos al servicio
de los hermanos?
c) ¿Nuestra
compasión alcanza todo el mundo, hasta los problemas acuciantes de tantos
países?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué
le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Gracias
Jesús por tu amor tan grande, porque has venido a salvarme, porque me señalas
el camino de la vida constantemente y te ofreces para sostenerme en este
peregrinar. Ayúdame a cumplir con generosidad mis compromisos, para que así
toda mi vida sea una manifestación de mi amor hacia Ti.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
María,
tú fuiste saludada
y
mirada por el Amor de Dios,
el
que obró en ti maravillas,
porque
nada es imposible para El.
María,
tú fuiste bendecida por la comunidad cristiana
por
haber creído en la Promesa de Dios.
María,
tú fuiste guiada por el Espíritu Santo
para
ser Madre de la Humanidad.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
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