+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor
Jesús, Tú me has llamado a la felicidad y al hacerte hombre pasaste por el
mundo llevando esperanza y alegría, curando, sanando, perdonando. Al ver el
amor tan grande que tienes por todos nosotros, quiero decirte que quiero vivir
cada día más cerca de Ti. Te pido que esta oración me ayude a tener un corazón
cada vez más como el Tuyo y que estando en tu presencia, pueda acoger todas las
gracias que quieres derramar sobre mí con generosidad.
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-43
En
aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la muchedumbre: "El Reino de
los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero
mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña
entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar
la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces
los trabajadores fueron a decirle al amo: `Señor, ¿qué no sembraste buena
semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’ El amo les respondió:
`De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: `¿Quieres que vayamos a
arrancarla?’ Pero él les contestó: `No. No sea que al arrancar la cizaña,
arranquen también el trigo.
Dejen
que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha,
diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para
quemarla, y luego almacenen el trigo en mi granero’ ".
Luego les propuso esta otra parábola: "El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les
dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de
levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la
masa acabó por fermentar".
Jesús
decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada
les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les
hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del
mundo.
Luego
despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus
discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en
el campo".
Jesús
les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre, el
campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del Reino, la cizaña son
los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, el tiempo
de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.
Y
así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del
mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino
a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen
en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los
justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que
oiga".
Palabra del Señor.
Reflexión
El
trigo y la cizaña conviven en el mismo campo, en la misma espiga, y a veces
hasta en el mismo grano. En esta tierra nadie es trigo puro o pura cizaña. Por
eso, no conviene actuar con precipitación, no sea que queriendo arrancar la
cizaña, arranquemos también el trigo. Pero no todo da lo mismo. Al final la
cizaña se quemará y el trigo se recogerá en el granero.
Nosotros,
cada uno de nosotros somos ese campo en el que Dios siempre la semilla y el
enemigo la cizaña. El campo nada puede hacer para librarse de la cizaña,
nosotros, en cambio, podemos acercarnos al sembrador de trigo o al de cizaña.
A
veces somos cizaña, sembradores de cizaña en nuestros ambientes. Y estamos
llamados a ser trigo, el trigo que Dios siembra en el campo del mundo.
A
los discípulos más cercanos les cuesta entender a Jesús. Cuando se van a casa
preguntan las dudas y Jesús les explica con paciencia.
Es
normal que también nosotros tengamos dudas a la hora de entender algunas
páginas del Evangelio y tenemos que buscar los medios para poder aclararlas.
Para la reflexión
personal
a) De
frente al mal que ves en el mundo y en ti mismo ¿cuál es tu reacción, la de los
siervos o la del amo?
b) ¿Cuáles
son los signos de la presencia de Dios que consigues vislumbrar en el mundo y
en tu vida?
c) ¿Qué
imagen de Dios emerge de estas tres parábolas? ¿Es ésta tu imagen de Dios?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María, nuestra Madre,
su maternal ayuda.
Virgen
santa: al explicar Jesús la parábola
del trigo y la cizaña dice que Él es el sembrador y la buena semilla son los
ciudadanos del Reino.
Y me doy
cuenta de que yo he sido arrojado al mundo, que es el campo en donde debo dar
fruto, pero no me faltarán dificultades, sembradas por el demonio.
Quiero
ser muy fiel a esa misión encomendada, pero necesito de tus cuidados, porque tú
pisas la cabeza de la serpiente, para que no me haga daño.
El
demonio no puede nada contra ti, ya ha sido vencido. Por eso acudir a ti da
mucha seguridad para vencer en la batalla, por tu intercesión poderosa. Pero sé
que yo debo también poner de mi parte, evitando las ocasiones de pecado,
conociendo bien los peligros para mi alma, alejándome cuando aparecen las
tentaciones…
Dime,
Madre, qué medios debo poner en esta lucha.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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