viernes, 18 de septiembre de 2020

Jesús y las mujeres.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, te agradezco que hayas incorporado a la mujer a tu misión, a la construcción del Reino. En medio de un contexto totalmente machista, Tú optaste a favor del feminismo de una manera clara y contundente. No tuviste prejuicios contra ellas, las defendiste del tabú de la sangre, las elevaste a la categoría de seres libres, capaces de escuchar tu palabra, y sobre todo, siempre las miraste con la mirada del corazón.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 8, 1-3


En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades. Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.

Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

Hoy, nos fijamos en el Evangelio en lo que sería una jornada corriente de los tres años de vida pública de Jesús. San Lucas nos lo narra con pocas palabras: «Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva». Es lo que contemplamos en el tercer misterio de Luz del Santo Rosario.

Jesús continúa pasando cerca de nosotros ofreciéndonos sus bienes sobrenaturales: cuando hacemos oración, cuando leemos y meditamos el Evangelio para conocerlo y amarlo más e imitar su vida, cuando recibimos algún sacramento, especialmente la Eucaristía y la Penitencia, cuando nos dedicamos con esfuerzo y constancia al trabajo de cada día, cuando tratamos con la familia, los amigos o los vecinos, cuando ayudamos a aquella persona necesitada material o espiritualmente, cuando descansamos o nos divertimos... En todas estas circunstancias podemos encontrar a Jesús y seguirlo como aquellos doce y aquellas santas mujeres.

Pero, además, cada uno de nosotros es llamado por Dios a ser también “Jesús que pasa”, para hablar —con nuestras obras y nuestras palabras— a quienes tratamos acerca de la fe que llena de sentido nuestra existencia, de la esperanza que nos mueve a seguir adelante por los caminos de la vida fiados del Señor, y de la caridad que guía todo nuestro actuar.

La primera en seguir a Jesús y en “ser Jesús” es María. ¡Que Ella con su ejemplo y su intercesión nos ayude!

 

Para la reflexión personal

 

a)   Si miramos nuestro camino de seguimiento, ¿cuál es nuestra experiencia de haber sido curados por Jesús?

 

b)   Además, las mujeres que iban con él también le servían. ¿Cómo es nuestro servicio a favor del Reino? ¿Qué otros servicios podemos prestar a Jesús y a los hermanos?

 

c)   ¿Qué bienes podríamos aportar?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/qdq08

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María su maternal ayuda.

 

Madre mía: tú te quieres seguir mostrando madre con todos tus hijos, y lo haces no sólo a través de tu poderosa intercesión en el cielo, sino a través de las madres en la tierra.

De manera especial lo haces con tus hijos sacerdotes, tus predilectos, porque estamos configurados con tu Hijo, y experimentaste fuertemente, al pie de la Cruz, la necesidad que tiene un hijo de la presencia de su madre, cuando Dios pide una entrega total.

Por eso quieres que haya muchas mujeres con corazón de madre que sigan tu modelo, y puedan servir a tus Cristos, ayudándonos a cumplir con nuestra misión.

Cuando se habla de la importancia del papel de la mujer en la Iglesia no se puede omitir la maternidad espiritual para sacerdotes, que es una misión única y necesaria, que sólo ellas pueden cumplir, asegurando tu continua presencia entre nosotros.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

No hay comentarios.:

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....