sábado, 31 de octubre de 2020

Estaban espiando a Jesús.

 + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, hoy quiero profundizar en la virtud de la gratuidad. Quiero dejar de ser un eterno pedigüeño y dedicarme a darte gracias por tantas gracias que inmerecidamente he recibido y sigo recibiendo de Ti. Dame también la gracia de ver a mis hermanos como “un regalo” que tú me das y no como un obstáculo. Que me sienta siempre como un “don” tuyo y pueda hacer de mi vida “un don para los demás”.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 1, 7-11


Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola: "Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido".

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h Los fariseos, le estaban observando. Y Jesús también observa: «Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos». ¡Qué manera tan diferente de observar!

La observación, como todas las acciones internas y externas, es muy diferente según la motivación que la provoca, según los móviles internos, según lo que hay en el corazón del observador. Los fariseos —como nos dice el Evangelio en diversos pasajes— observan a Jesús para acusarlo. Y Jesús observa para ayudar, para servir, para hacer el bien. Y, como una madre solícita, aconseja: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto».

Jesús dice con palabras lo que Él es y lo que lleva en su corazón: no busca ser honrado, sino honrar; no piensa en su honor, sino en el honor del Padre. No piensa en Él sino en los demás. Toda la vida de Jesús es una revelación de quién es Dios: “Dios es amor”.

Por eso, en Jesús se hace realidad —más que en nadie— su enseñanza: «Se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres (…). Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre que está por encima de todo nombre» (Flp 2,7.9).

Jesús es el Maestro en obras y palabras. Los cristianos queremos ser sus discípulos. Solamente podemos tener la conducta del Maestro si dentro de nuestro corazón tenemos lo que Él tenía, si tenemos su Espíritu, el Espíritu de amor. Trabajemos para abrirnos totalmente a su Espíritu y para dejarnos tomar y poseer completamente por Él.

 

Para la reflexión personal

 

a)    ¿Cómo entendemos cada uno la llamada de Jesús a ocupar los últimos puestos?

 

b)   «Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado». ¿En qué medida es esta sentencia de Jesús una Buena Noticia para los más pobres, para la gente sencilla y humilde?

 

Medita la oración hecha canción.

 

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ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

 

Madre mía: enséñame a humillarme haciéndome último, para vivir al servicio del Señor.

Enséñame a ver el mundo no desde mis ojos, sintiéndome grande, viendo la creación bajo mis pies, el universo entero conquistado por el hombre, riqueza y placer, visión científica, ambición humana, gloria terrena, poder finito, felicidad falsa, pasión pasajera, cuerpo corrupto, ilusión, visión en tinieblas, y al final sólo muerte; sino desde los ojos de los santos, contemplando el universo, las estrellas, la naturaleza, las maravillas de la creación, sintiéndome tan pequeño, tan poca cosa, tan nada, en retrospectiva, del todo a la nada, del creador al creado, del todopoderoso al necesitado, del omnipotente al impotente, de la providencia al mendigo, de la misericordia a la miseria, del Rey al cautivo, de la perfección al pecado, de la gratuidad a la ingratitud, de la verdad al engaño, de la luz a la obscuridad, del cielo a la tierra, del Padre al hijo pequeño, que descubre el amor, la deidad, la gracia, el don, la vida.

Enséñame Madre, a ser como tú, esclavo del Señor, para que se haga en mí según su palabra.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

viernes, 30 de octubre de 2020

¿Está permitido curar en sábado?

 + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, de nuevo los testarudos fariseos a la carga. ¡Cuánta paciencia tuviste con ellos! Les dijiste una y otra vez que el amor es lo primero, que todo lo que se hace sin amor no sirve; que el obrar con amor nos llena de gozo y que el mero cumplimiento de la ley nos lleva a la tristeza. Se lo dijiste mil veces a ellos y también nos lo dices a nosotros.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 1-6


Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Había allí, frente a Él, un enfermo de hidropesía, y Jesús, dirigiéndose a los escribas y fariseos, les preguntó: "¿Está permitido curar en sábado o no?" Ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tocó con la mano al enfermo, lo curó y le dijo que se fuera. Y dirigiéndose a ellos les preguntó: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su burro o su buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?" Y ellos no supieron qué contestarle.

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h Hoy podemos admirar la firmeza de Jesús en el cumplimiento de la misión que le ha encomendado el Padre del cielo. Él no se va a detener por nada: «Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana». Con esta actitud, el Señor marcó la pauta de conducta que a lo largo de los siglos seguirían los mensajeros del Evangelio ante las persecuciones: no doblegarse ante el poder temporal. San Agustín dice que, en tiempo de persecuciones, los pastores no deben abandonar a los fieles: ni a los que sufrirán el martirio ni a los que sobrevivirán, como el Buen Pastor, que al ver venir al lobo, no abandona el rebaño, sino que lo defiende. Pero visto el fervor con que todos los pastores de la Iglesia se disponían a derramar su sangre, indica que lo mejor será echar a suertes quiénes de los clérigos se entregarán al martirio y quiénes se pondrán a salvo para luego cuidarse de los supervivientes.

En nuestra época, con desgraciada frecuencia, nos llegan noticias de persecuciones religiosas, violencias tribales o revueltas étnicas en países del Tercer Mundo. Las embajadas occidentales aconsejan a sus conciudadanos que abandonen la región y repatríen su personal. Los únicos que permanecen son los misioneros y las organizaciones de voluntarios, porque les parecería una traición abandonar a los “suyos” en momentos difíciles.

«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. Este lamento del Señor produce en nosotros, los cristianos del siglo XXI, una tristeza especial, debida al sangrante conflicto entre judíos y palestinos. Para nosotros, esa región del Próximo Oriente es la Tierra Santa, la tierra de Jesús y de María. Y el clamor por la paz en todos los países debe ser más intenso y sentido por la paz en Israel y Palestina.

 

Para la reflexión personal

Jesús realiza la curación en presencia de un grupo de maestros de la ley, para mostrar que lo primero y más importante es la sanación de una persona.

 

a)    Jesús no tiene miedo a entrar en cualquier casa y dialogar con quien sea. ¿En qué medida somos también capaces nosotros de ir más allá de los prejuicios sociales?

 

b)   ¿En qué momentos nuestras actuaciones están motivadas o influidas por lo que los demás puedan decir o pensar de nosotros?

 

c)   ¿Qué mensaje de esperanza descubrimos en el evangelio de hoy para aquellos que sufren por cualquier causa?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

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ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

 

Madre mía: tú eres Madre de misericordia porque eres la Madre de Jesús, y porque aprendiste de Él a entregar tu vida en servicio de Dios y de los hombres, de nosotros, tus hijos recibidos al pie de la Cruz de Cristo.

Meditando todas las cosas en tu corazón aprendiste que amor con amor se paga, y por eso tus pensamientos, tus miradas, tus afectos, toda tu vida se volcó en ayudar a tu Hijo a cumplir con su misión, y también a sus amigos, a quienes se nos pide seguir los pasos del Maestro.

Ayúdanos, Madre, a vencer nuestras miserias, y a olvidarnos de nosotros mismos y amar con obras a Dios y a los demás.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

jueves, 29 de octubre de 2020

He querido reunir, como la gallina a sus pollitos.

 + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, hoy me impresiona mucho esa admiración sobre la ciudad santa: ¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Cuántas historias de fe, cuantos salmos recitados con alegría en el templo, cuantas experiencias vividas, cuánto anhelo, cuánto mimo, cuánto ensueño! Y ahora Jerusalén, la esposa amada, se vuelve en contra de Jesús para matarle. ¡Qué abismo de maldad por parte del hombre y qué abismo de bondad por parte de Dios!

 

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: "Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte". Él les contestó: "Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!

Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ ".

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h Hoy podemos admirar la firmeza de Jesús en el cumplimiento de la misión que le ha encomendado el Padre del cielo. Él no se va a detener por nada: «Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana». Con esta actitud, el Señor marcó la pauta de conducta que a lo largo de los siglos seguirían los mensajeros del Evangelio ante las persecuciones: no doblegarse ante el poder temporal. San Agustín dice que, en tiempo de persecuciones, los pastores no deben abandonar a los fieles: ni a los que sufrirán el martirio ni a los que sobrevivirán, como el Buen Pastor, que al ver venir al lobo, no abandona el rebaño, sino que lo defiende. Pero visto el fervor con que todos los pastores de la Iglesia se disponían a derramar su sangre, indica que lo mejor será echar a suertes quiénes de los clérigos se entregarán al martirio y quiénes se pondrán a salvo para luego cuidarse de los supervivientes.

En nuestra época, con desgraciada frecuencia, nos llegan noticias de persecuciones religiosas, violencias tribales o revueltas étnicas en países del Tercer Mundo. Las embajadas occidentales aconsejan a sus conciudadanos que abandonen la región y repatríen su personal. Los únicos que permanecen son los misioneros y las organizaciones de voluntarios, porque les parecería una traición abandonar a los “suyos” en momentos difíciles.

«¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. Este lamento del Señor produce en nosotros, los cristianos del siglo XXI, una tristeza especial, debida al sangrante conflicto entre judíos y palestinos. Para nosotros, esa región del Próximo Oriente es la Tierra Santa, la tierra de Jesús y de María. Y el clamor por la paz en todos los países debe ser más intenso y sentido por la paz en Israel y Palestina.

 

Para la reflexión personal

Jesús ha venido a salvar a todos los hombres, e insta al esfuerzo por la salvación, a la responsabilidad, a la conversión personal hacia él.

 

a)    ¿Qué idea tenemos de la salvación?

 

b)   «No sé de dónde son». ¿Cómo podemos interpretar esta respuesta dura y desconcertante de Jesús?

 

c)   ¿Cuál es esa puerta estrecha, ese esfuerzo de cambio y conversión personal que nos está pidiendo el Señor?

 

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

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ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

 

Madre nuestra: te imagino el día de tu asunción al cielo con tu vestido blanco y un enorme manto azul. Elevada por muchísimos ángeles, que cantan alabanzas llevándote a ti, como un regalo al cielo.

Después, eres coronada en oro y piedras preciosas, y llevas tu manto de reina. Un manto que permanece abierto por tus brazos levantados, abrazando bajo tus pies al mundo.

Tú proteges a todos tus hijos bajo tus alas, y pienso que nos cuidas más a tus hijos predilectos, tus sacerdotes, porque sabes que somos pastores, y debemos reunir a todo el rebaño. Ayúdanos, Madre.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

miércoles, 28 de octubre de 2020

Jesús pasó la noche en oración.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, que bonita lección me das en el evangelio de hoy. Antes de llamar a tus discípulos, te has pasado una noche rezando en la montaña. En el silencio de la noche, escuchabas mejor la palabra del Padre. A todos llamabas por su nombre. A todos los querías con un amor particular y a todos los presentabas ante el Padre para que quedaran envueltos en su ternura. Haz, Señor, que yo no haga absolutamente nada sin antes contar contigo.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.


Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h Hoy contemplamos un día entero de la vida de Jesús. Una vida que tiene dos claras vertientes: la oración y la acción. Si la vida del cristiano ha de imitar la vida de Jesús, no podemos prescindir de ambas dimensiones. Todos los cristianos, incluso aquellos que se han consagrado a la vida contemplativa, hemos de dedicar unos momentos a la oración y otros a la acción, aunque varíe el tiempo que dediquemos a cada una. Hasta los monjes y las monjas de clausura dedican bastante tiempo de su jornada a un trabajo. Como contrapartida, los que somos más “seculares”, si deseamos imitar a Jesús, no deberíamos movernos en una acción desenfrenada sin ungirla con la oración. Nos enseña san Jerónimo: «Aunque el Apóstol nos mandó que oráramos siempre, (…) conviene que destinemos unas horas determinadas a este ejercicio».

¿Es que Jesús necesitaba de largos ratos de oración en solitario cuando todos dormían? Los teólogos estudian cuál era la psicología de Jesús hombre: hasta qué punto tenía acceso directo a la divinidad y hasta qué punto era «hombre semejante en todo a nosotros, menos en el pecado» (He 4,5). En la medida que lo consideremos más cercano, su “práctica” de oración será un ejemplo evidente para nosotros.

Asegurada ya la oración, sólo nos queda imitarlo en la acción. En el fragmento de hoy, lo vemos “organizando la Iglesia”, es decir, escogiendo a los que serán los futuros evangelizadores, llamados a continuar su misión en el mundo. «Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles». Después lo encontramos curando toda clase de enfermedad. «Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos», nos dice el evangelista. Para que nuestra identificación con Él sea total, únicamente nos falta que también de nosotros salga una fuerza que sane a todos, lo cual sólo será posible si estamos injertados en Él, para que demos mucho fruto.

 

Para la reflexión personal

Jesús pasó la noche entera en oración para saber qué escoger, y escogió a estos doce. ¿Cuál es la lección que sacas de aquí?

Los primeros cristianos recordaban los nombres de los doce apóstoles que estaban en el origen de sus comunidades. Y tú ¿recuerdas los nombres de las personas que están en el origen de la comunidad a la que perteneces?

Recuerda el nombre de algún/a catequista o profesor/a que fue significativa para tu formación cristiana. ¿Qué es lo que más recuerdas de ellas: el contenido de lo que te enseñaron o el testimonio que dieron?

 

Medita la oración hecha canción.

 

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ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

 

Madre nuestra: tú trataste mucho a los Apóstoles durante la vida pública de Jesús, acompañada de las santas mujeres. Me imagino que los tratabas como hijos, incluso llamándoles así. Y ellos te trataban como madre. Para ti eran unos niños, y los mirabas con ternura y con mucho cariño, y les ayudabas y confortabas para que cumplieran bien con su ministerio.

Madre: yo también soy tu hijo, y siento esa misma compañía. Ayúdame a ser como niño.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

martes, 27 de octubre de 2020

¿A qué se parece el Reino de Dios?

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, leyendo hoy el evangelio, me dan ganas de decirte: hazme pequeño, como ese granito de mostaza. No quiero presumir de saber mucho, de tener mucho, de valer mucho. Quiero presumir de mi pequeñez. Y eso es lo que te ofrezco: “eso poquito que hay en mí”. Tú, Dios Padre, sabrás que vas a edificar “con lo poco que soy”.

 

Del santo Evangelio según san Juan 13, 18-21


En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas".

Y dijo de nuevo: "¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa".

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h Hoy, los textos de la liturgia, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: es algo que crece lentamente —como un grano de mostaza— pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer cobijo a las aves del cielo. Así lo manifestaba Tertuliano: «¡Somos de ayer y lo llenamos todo!».

Con esta parábola, Nuestro Señor exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias a quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios.

Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad —fecundidad— contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra; es también la Eucaristía, que se siembra en nosotros mediante la comunión. Nuestro Señor Jesucristo se comparó a sí mismo con el «grano de trigo [que cuando] cae en tierra y muere (...) da mucho fruto».

El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante «a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo». También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con “el resto de Israel” de que se habla en el Antiguo Testamento: el “resto” habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo. Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento. También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.

Parábolas que animan a la paciencia y la segura esperanza; parábolas que se refieren al Reino de Dios y a la Iglesia, y que se aplican también al crecimiento de este mismo Reino en cada uno de nosotros.

 

Para la reflexión personal

El Señor puede realizar cosas grandes con cada uno de nosotros si dejamos que sea Él quien vaya marcando el ritmo de nuestra vida.

 

a)    ¿En qué se nota que somos levadura en medio del mundo?

 

b)   ¿Qué cosas nos permiten tomar conciencia de que el Reino de Dios está presente en medio de nosotros y que crece de manera misteriosa en la historia de cada persona y de la Iglesia?

 

Medita la oración hecha canción.

 

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ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

 

Madre nuestra: me cuesta subir a la Cruz de tu Hijo, pero me doy cuenta de que, si no lo hago, no puedo identificarme plenamente con Él.

Mi vocación de sacerdote, configurado con Cristo, me exige seguir sus pasos, vivir su vida, hacerme una sola cosa con Él.

Te pido tu intercesión para que no sólo lo tenga presente, sino para que tenga la valentía de decir que sí a la cruz, aunque me cueste.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....