+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
en el Evangelio de este día nos pides que vivamos en verdad, que nunca
aparentemos lo que no somos, que vivamos una espiritualidad del corazón y no de
ritos externos. Dame esa coherencia, esa transparencia, esa sinceridad contigo,
con los demás y conmigo mismo.
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 37-41
En
aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del
fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera
cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer.
Pero el Señor le dijo: "Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio, el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, el evangelista sitúa a
Jesús en un banquete: «Un fariseo le rogó que fuera a comer con él». ¡En buena
hora tuvo tal ocurrencia! ¡Qué cara debió poner el anfitrión cuando el invitado
se saltó la norma ritual de lavarse (que no era un precepto de la Ley, sino de
la tradición de los antiguos rabinos) y además les censuró contundentemente a
él y a su grupo social! El fariseo no acertó en el día, y el comportamiento de
Jesús, como diríamos hoy, no fue “políticamente correcto”.
Los
evangelios nos muestran que al Señor le importaba poco el “qué dirán” y lo
“políticamente correcto”; por eso, pese a quien pese, ambas cosas no deben ser
norma de actuación de quien se considere cristiano. Jesús condena claramente la
actuación propia de la doble moral, la hipocresía que busca la conveniencia o
el engaño: «Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato,
mientras por dentro están llenos de rapiña y maldad» (Lc 11,39). Como siempre,
la Palabra de Dios nos interpela sobre usos y costumbres de nuestra vida
cotidiana, en la que acabamos convirtiendo en “valores” patrañas que intentan
disimular los pecados de soberbia, egoísmo y orgullo, en un intento de
“globalizar” la moral en lo políticamente correcto, para no desentonar y no
quedar marginados, sin que importe el precio a pagar, ni como ennegrezcamos
nuestra alma, pues, a fin de cuentas, todo el mundo lo hace.
Para la reflexión personal
a)
¿Qué nos parece el modo de comportarse de Jesús ante el fariseo
que le invita a comer?
b)
¿Cómo entendemos nuestra religión cristiana? ¿Qué papel hay que
conceder al cumplimiento de normas y preceptos?
c)
¿Cómo es nuestro compromiso cristiano? ¿De dónde brota y cuál es
su meta?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, su maternal ayuda.
Madre
mía: a
Jesús le dolía mucho ver la hipocresía y soberbia de los escribas y fariseos.
Enséñame a mí a ver en la Sagrada Eucaristía la más grande muestra de amor de
tu Hijo, la más grande humillación.
Humildad
de Jesús que permite que lo abandonen sus discípulos, que lo dejen solo en el
Calvario; igual que permite ese abandono en algunos sagrarios, cuando falta
amor.
Ayúdame,
Madre, a no dejar solo a tu Hijo, a acompañarlo siempre, como lo haces tú.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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