+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
me encanta que ya en tu época nos hablaras tan claro de la importancia de los
“signos de los tiempos”, de esa manera de hablar tan suave y penetrante, de
modo que tu palabra siempre sea actual. No es hora de remiendos, sino de sacar
del arca del Evangelio un vestido nuevo. Dame la gracia de una conversión
radical al evangelio.
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 54-59
En
aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Cuando ustedes ven que una nube
se va levantando por el poniente, enseguida dicen que va a llover, y en efecto,
llueve. Cuando el viento sopla del sur, dicen que hará calor, y así sucede. ¡Hipócritas!
Si saben interpretar el aspecto que tienen el cielo y la tierra, ¿por qué no interpretan entonces los signos del tiempo presente? ¿Por qué, pues, no juzgan por ustedes mismos lo que les conviene hacer ahora? Cuando vayas con tu adversario a presentarte ante la autoridad, haz todo lo posible por llegar a un acuerdo con él en el camino, para que no te lleve ante el juez, el juez te entregue a la policía, y la policía te meta en la cárcel. Yo te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo".
Palabra del Señor.
Reflexión
h Jesús
quiere que levantemos nuestra mirada hacia el cielo. Esta mañana, después de
tres días de lluvia persistente, el cielo ha aparecido luminoso y claro en uno
de los días más espléndidos de este otoño. Vamos entendiendo en el tema de cambios
de tiempo, ya que ahora los meteorólogos son casi como de la familia. En
cambio, nos cuesta más entender en qué tiempo estamos o vivimos: «Sabéis
explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este
tiempo?». Muchos de los que escuchaban a Jesús dejaron perder una ocasión única
en la historia de toda la Humanidad. No vieron en Jesús al Hijo de Dios. No
captaron el tiempo, la hora de la salvación.
El
Concilio Vaticano II, en la Constitución Gaudium
et Spes (n. 4), actualiza el Evangelio de hoy: «Pesa sobre la Iglesia el
deber permanente de escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos
a la luz del Evangelio (…). Es necesario, por tanto, conocer y comprender el
mundo en que vivimos y sus esperanzas, sus aspiraciones, su modo de ser,
frecuentemente dramático».
Cuando
observamos la historia, no nos cuesta mucho señalar las ocasiones perdidas por
la Iglesia por no haber descubierto el momento entonces vivido. Pero, Señor:
¿cuántas ocasiones no habremos perdido ahora por no descubrir los signos de los
tiempos o, lo que es lo mismo, por no vivir e iluminar la problemática actual
con la luz del Evangelio? «¿Por qué no juzgan por ustedes mismos lo que es
justo?», nos vuelve a recordar hoy Jesús.
Para la reflexión personal
Al igual que la gente tiene un gran ojo clínico para
averiguar los fenómenos meteorológicos que van a suceder, así es preciso saber
descifrar lo que Dios quiere de nosotros.
a)
¿Cómo interpretamos a la luz de la fe el tiempo presente?
b)
¿En qué medida descubrimos que la fe cristiana nos llama a estar
atentos a lo que ocurre en nuestro mundo y saber ver ahí la presencia de Dios?
c)
¿Cuáles son los signos del Reino que vemos a nuestro alrededor?
d)
¿Cómo vivimos la experiencia del perdón y la reconciliación con
los demás?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: Jesús
pregunta a la multitud por qué no juzgan por ellos mismos lo que les conviene
hacer. Y también recomienda hacer todo lo posible por arreglarse con el
adversario antes de llegar al juez.
Esos
consejos me hacen pensar en la importancia del examen de conciencia personal,
para revisar la propia vida, preparándonos para el Juicio particular. Es mejor
juzgarnos con frecuencia y con sinceridad, para arreglar nuestra vida y así
presentarnos dignamente ante el Juez supremo.
Madre:
ayúdame a saber convertirme cada día un poco.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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