+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
En
esta fiesta celebramos la «bondad» se encuentre donde se encuentre. Es una
fiesta de optimismo, porque, a pesar de los telediarios, hay mucho bien en el
mundo si sabemos descubrirlo. Es cierto que mete más ruido uno tocando el
tambor que mil callando. Por eso nos abruma el ruido que hace el mal y no nos
queda espacio para descubrir el bien, que es mucho más fuerte y está más
extendido que el mal
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo: "Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos
los que lloran, porque serán consolados.
Dichosos
los sufridos, porque heredarán la tierra.
Dichosos
los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dichosos
los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Dichosos
los limpios de corazón, porque verán a Dios.
Dichosos
los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios.
Dichosos
los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
cielos.
Dichosos
serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes
por causa mía.
Alégrense
y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos".
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy es el día de todos los santos. No de los santos
de altar, de aquellos que necesitan milagros para ser reconocidos por el Papa.
Son los santos innominados que no necesitan reconocimiento oficial, pero que
están reconocidos por el Padre Dios “que ve lo que hay en el corazón de cada
uno”. ¿Cuáles son las características de estos santos? Veamos:
1.- Los santos son muchos
Algunas sectas interpretan los números al pie de la
letra y dicen que sólo se salvan los 144 .000 que dice la Biblia. Y no se dan
cuenta que es un número simbólico que resulta de multiplicar 12 (tribus de
Israel) por 12 (apóstoles) y añadir mil que indica plenitud. Por eso, el mismo
texto dice al final que era una multitud tan grande que nadie podía contar.
Esto, para nosotros, es muy importante en este día. Si son tantos los santos
que nadie puede contar… ¿No voy a estar yo entre ellos? ¿Y mi familia, y mis
amigos, y, sobre todo, todos los amigos que tiene Dios? Por eso hoy el pueblo
fiel se desplaza al cementerio a visitar y a rezar a “sus santos”. El templo
hoy se traslada al cementerio y cada sepultura queda convertida en un altar.
2.- Lo primero que se necesita para ser santo es
dejarse amar por Dios
¡Miren qué amor nos ha tenido el Padre!… En este mundo
hay cosas muy bellas que nos invitan a contemplarlas: las montañas nevadas, los
bosques, los mares, la sonrisa de los niños, etc. Pero nada tan bello y tan
digno de ser contemplado como “el amor que Dios Padre nos tiene”. Lo primero
para ser santo es “sentirse querido por Dios”. En este maravilloso texto de
Juan descubrimos un pasado, un presente y un futuro.
Pasado: Miren que amor nos ha tenido. El mejor comentario lo hace San
Pablo en la carta a los Efesios cuando dice: “Él nos eligió en Cristo antes
de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante Él por el
amor”.
En Cristo todos tenemos una pre-existencia. Antes
de la creación del mundo el Padre nos ha visto ya en Cristo. Desde toda la
eternidad todos hemos sido objeto de unos sueños eternos.
Presente. ¡Lo somos! Da la sensación de que el apóstol Juan no acabara
de creérselo. Es como esos papás que han estado años esperando un hijo y por
fin les llega. No caben de alegría y exclaman ¡Somos papás! ¡Lo somos!
Futuro. “Aún no se ha manifestado lo que seremos”. Para el apóstol el futuro va a ser mucho mejor que
el presente y el pasado. Si un Padre, ya en este mundo, nos trata de esa manera
¿Qué hará con nosotros cuando lleguemos al cielo? De un Padre inmensamente
poderoso e infinitamente bueno se puede esperar cualquier cosa. ¡Es tiempo
de soñar! Una eternidad se pasó Dios soñando en nosotros. ¿Es mucho que
nosotros nos pasemos este breve tiempo de la vida soñando en Él? Sabemos que
todos nuestros sueños se quedarán cortos.
3.– El santo es aquel que logra ser feliz ya en
este mundo.
Un Dios que tanto nos ama, no espera a que seamos
felices sólo después de la muerte. Quiere que seamos felices ya en este mundo,
y ya desde aquí, anticipemos la felicidad que nos espera. La causa de nuestra
felicidad es que Dios está de nuestra parte. Los pobres pueden ser felices no
porque carecen de medios sino porque tienen en su corazón a Dios como suprema
riqueza. Y cuando Dios está en el corazón, cambia la vida de las personas: se
pone la alegría no en acumular sino en compartir; no en dominar sino en servir;
no en ser más importante sino en hacerse humilde, imitando así a Jesús que,
cuando pronunciaba las bienaventuranzas, estaba expresando lo que Él estaba
viviendo por dentro.
Para la
reflexión personal
Jesús señala que ambos mandamientos son inseparables en la
vida de un seguidor suyo.
a)
¿Cómo es nuestra vivencia del amor a Dios y al prójimo en nuestra
vida cotidiana?
b)
¿En qué ocasiones hemos puesto otro mandamiento por encima de
estos de los que habla Jesús?
Medita la oración hecha
canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es
el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre
Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a María, nuestra Madre,
su maternal ayuda.
Madre
nuestra: tú
eres Reina de Todos los Santos, y quieres que todos tus hijos vayamos al cielo.
Me queda claro que yo me iré al cielo, seré santo, si soy fiel a lo que Dios me
pide, si cumplo su voluntad. Pero también sé que el cielo es un regalo
inmerecido, de modo que necesito la gracia de Dios para hacerme digno.
Consígueme
tú, Madre, esa gracia, y un deseo ferviente de alcanzar la santidad.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
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