+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor
Jesús, permite que hoy una mi oración a la tuya y diga contigo al Padre: ¡Te
doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por este momento que me
concedes para dialogar contigo! ¡Gracias, porque me revelas los misterios de tu
Reino! Gracias porque te manifiestas a los pobres y sencillos. Te amo,
Señor. Ayúdame a ser hoy sencillo, manso y humilde de corazón.
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24
En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Volviéndose
a sus discípulos, les dijo aparte: "Dichosos los ojos que ven lo que
ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo
que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy leemos un extracto del
capítulo 10 del Evangelio según san Lucas. El Señor ha enviado a setenta y dos
discípulos a los lugares adonde Él mismo ha de ir. Y regresan exultantes.
Oyéndoles contar sus hechos y gestas, «Jesús se llenó del gozo del Espíritu Santo
y dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra’».
La
gratitud es una de las facetas de la humildad. El arrogante considera que no
debe nada a nadie. Pero para estar agradecido, primero, hay que ser capaz de
descubrir nuestra pequeñez. “Gracias” es una de las primeras palabras que
enseñamos a los niños. «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has ocultado estas cosas a los sabios e inteligentes, y se las has
revelado a los pequeños».
Benedicto
XVI, al hablar de la actitud de adoración, afirma que ella presupone un
«reconocimiento de la presencia de Dios, Creador y Señor del universo. Es un
reconocimiento lleno de gratitud, que brota desde lo más hondo del corazón y
abarca todo el ser, porque el hombre sólo puede realizarse plenamente a sí
mismo adorando y amando a Dios por encima de todas las cosas».
Para la reflexión personal
a) ¿Qué
acciones de Dios nos descubren que él está al lado de los pequeños?
b) ¿Qué
personas sencillas conocemos que nos llevan a Dios?
c) ¿Qué
tenemos que hacer para contarnos entre las personas pequeñas de las que habla
Jesús en el evangelio?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: en
ti se cumplen mejor que nadie las palabras de Jesús que hoy meditamos. Tú te
reconociste pequeña ante el anuncio del ángel, y ese día la verdad se hizo
carne de tu carne.
Tú
fuiste dichosa en la tierra por lo que tus ojos veían y tus oídos oían. Veías
al Verbo hecho hombre, y escuchabas su divina palabra, guardando esos tesoros
en tu corazón.
Y
tu corazón fue traspasado de dolor cuando viste a tu Hijo clavado en la Cruz, y
escuchaste sus palabras antes de exhalar su último aliento.
El
día de la encarnación del Hijo de Dios en tus benditas entrañas tú dijiste sí,
y mantuviste ese fiat
toda tu vida, sin saber bien lo que se te pediría, para que se cumpliera el
plan de Dios.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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