+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor, yo vengo a la
oración “con hambre”. No con hambre material ya que he desayunado bien, sino
con hambre de Ti; hambre que llene mis aspiraciones más hondas, mis deseos más
profundos. Y, junto al hambre de Ti, hambre de justicia; hambre de que se acabe
el hambre en el mundo; hambre de que, en pleno siglo XXI, ya nadie muera de
hambre.
Del santo
Evangelio según san Juan 6, 35-40
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen. Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y
la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que Él me ha dado,
sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que
todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el
último día".
Palabra del Señor.
Reflexión
h «Tienen que nacer de lo alto», dice el Señor con claridad; es necesaria una nueva vida para poder entrar en la vida eterna. No es suficiente con un ir tirando para llegar al Reino del Cielo, se necesita una vida nueva regenerada por la acción del Espíritu de Dios. Nuestra vida profesional, familiar, deportiva, cultural, lúdica y, sobre todo, de piedad tiene que ser transformada por el sentido cristiano y por la acción de Dios. Todo, transversalmente, ha de ser impregnado por su Espíritu. Nada, absolutamente nada, debiera quedar fuera de la renovación que Dios realiza en nosotros con su Espíritu.
Una
transformación que tiene a Jesucristo como catalizador. Él, que antes había de
ser elevado en la Cruz y que también tenía que resucitar, es quien puede hacer
que el Espíritu de Dios nos sea enviado. Él que ha venido de lo alto. Él que ha
mostrado con muchos milagros su poder y su bondad. Él que en todo hace la
voluntad del Padre. Él que ha sufrido hasta derramar la última gota de sangre
por nosotros. Gracias al Espíritu que nos enviará, nosotros «podemos subir al
Reino de los Cielos, por Él obtenemos la adopción filial, por Él se nos da la
confianza de nombrar a Dios con el nombre de “Padre”, la participación de la
gracia de Cristo y el derecho a participar de la gloria eterna».
Hagamos
que la acción del Espíritu tenga acogida en nosotros, escuchémosle, y
apliquemos sus inspiraciones para que cada uno sea —en su lugar habitual— un
buen ejemplo elevado que irradie la luz de Cristo.
Para la reflexión
personal
a) ¿Qué imagen de Jesús presenta este pasaje
evangélico?
b) ¿Cómo descubrimos a Jesús como pan de vida?
c) «Su voluntad es que yo no pierda a ninguno de los
que él me ha dado, sino que los resucite en el último día». ¿Qué mensaje de
esperanza transmite el evangelio de hoy?
Medita la oración
hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo
a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro,
un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María,
nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: ese deseo de vida eterna que todos tenemos
se puede encontrar con el peligro de buscar en esta vida una felicidad falsa,
engañosa, fruto de la mentira. Es el diablo el que no quiere que nos vayamos al
cielo y nos tienta.
Madre
de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: ayúdame a vencer esas tentaciones, a
cumplir siempre la voluntad de Dios, para poder también mirarte a ti en la vida
eterna. Déjame entrar a tu corazón, y modela mi alma conforme a tu Hijo
Jesucristo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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