+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
sabemos que todos los días no son iguales. Los hay nublos, los hay claros, los
hay fríos, los hay calurosos. Lo mismo ocurre con tu palabra. La palabra de hoy
es de día de fiesta, es de día de sol sin ocaso. Y el tema no puede ser otro
que el tema del amor. Ya sabíamos que nos querías, pero no sabíamos que nos
quisieras tanto. Nos llamas amigos, y nos dices que tu amor a nosotros llegó a
tal extremo que fuiste capaz de dar la vida para expresar así mejor el amor que
nos tenías. Gracias, Señor, por querernos tanto.
Del santo
Evangelio según san Juan 15, 9-17
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Como el Padre me ama, así los
amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi
amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea
plena.
Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No
son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha
destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el
Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que
se amen los unos a los otros".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, la Iglesia recuerda el día
en el que los Apóstoles escogieron a aquel discípulo de Jesús que tenía que
sustituir a Judas Iscariote. Como nos dice acertadamente san Juan Crisóstomo en
una de sus homilías, a la hora de elegir personas que gozarán de una cierta
responsabilidad se pueden dar ciertas rivalidades o discusiones. Por esto, san
Pedro «se desentiende de la envidia que habría podido surgir», lo deja a la
suerte, a la inspiración divina y evita así tal posibilidad. Continúa diciendo
este Padre de la Iglesia: «Y es que las decisiones importantes muchas veces
suelen engendrar disgustos».
En
el Evangelio del día, el Señor habla a los Apóstoles acerca de la alegría que
han de tener: «Que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea colmado». En efecto,
el cristiano, como Matías, vivirá feliz y con una serena alegría si asume los
diversos acontecimientos de la vida desde la gracia de la filiación divina. De
otro modo, acabaría dejándose llevar por falsos disgustos, por necias envidias
o por prejuicios de cualquier tipo. La alegría y la paz son siempre frutos de
la exuberancia de la entrega apostólica y de la lucha para llegar a ser santos.
Es el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu de
servicio al prójimo.
Romano
Guardini escribía: «La fuente de la alegría se encuentra en lo más profundo del
interior de la persona (...). Ahí reside Dios. Entonces, la alegría se dilata y
nos hace luminosos. Y todo aquello que es bello es percibido con todo su
resplandor». Cuando no estemos contentos hemos de saber rezar como santo Tomás
Moro: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en
la vida y pueda transmitirla a los otros». No olvidemos aquello que santa
Teresa de Jesús también pedía: «Dios, líbrame de los santos con cara triste, ya
que un santo triste es un triste santo».
Para la reflexión
personal
Los discípulos no entienden las palabras de Jesús. Esta misma situación
se describe en diversos pasajes de los evangelios.
a) ¿Qué significado tiene esta frase para nuestra
vida: «Su tristeza se convertirá en gozo»?
Medita la oración
hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo
a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro,
un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María,
nuestra Madre, su ayuda.
Madre mía: enciende mi
corazón con el fuego del amor, que me lleve a no desear otra cosa que cumplir
la voluntad de mi Señor, como hiciste tú.
Madre de Cristo,
Sumo y Eterno Sacerdote: déjame entrar a tu corazón, y modela mi alma conforme
a tu Hijo Jesucristo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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