domingo, 17 de octubre de 2021

¿Qué es lo que desean?

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

El texto de Marcos muestra bien a las claras las dificultades que tenían los discípulos para entender a Jesús. Seguían pensando en un Mesías político, buscaban carteras ministeriales, querían triunfar por el poder, el prestigio… se habían arrimado al carro del que pensaban que iba a ganar.

Esta situación se prolonga dramáticamente durante toda la vida de Jesús, y los evangelistas la reflejan muchas veces (Mateo 18, Mateo 23, Marcos 9, Lucas 9, Lucas 22).

La respuesta de Jesús es siempre la misma: «el que sea el mayor, que sirva al más pequeño” … Todo esto culmina de forma espectacular en la escena que se ha considerado como «el testamento» de Jesús, narrado por Juan (13,1-17), cuando al principio de la última cena Jesús lava los pies a los discípulos, como un esclavo

 

 

Del santo Evangelio según san Marcos 10, 35-45


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte". Él les dijo: "Qué es lo que desean?". Le respondieron: "Concede que nos sentemos uno a tu derecha y otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". Jesús les replicó: "No saben lo que piden. ¿Podrán pasar la prueba que yo voy a pasar y recibir el bautismo con el que yo seré bautizado?". Le respondieron: "Sí podemos". Y Jesús les dijo: "Ciertamente pasarán la prueba que yo voy a pasar y recibirán el bautismo con el que yo seré bautizado; pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; eso es para quienes está reservado".

Cuando los otros diez apóstoles oyeron esto, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús los reunió entonces a los Doce y les dijo: "Ya saben que los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños y los poderosos las oprimen. Pero no debe ser así entre ustedes. Al contrario: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser el primero, que sea el esclavo de todos, así como el Hijo del hombre, que no ha venido a que lo sirvan, sino a servir y a dar su vida por la redención de todos".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy, nuevamente, Jesús trastoca nuestros esquemas. Provocadas por Santiago y Juan, han llegado hasta nosotros estas palabras llenas de autenticidad: «Tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida».

¡Cómo nos gusta estar bien servidos! Pensemos, por ejemplo, en lo agradable que nos resulta la eficacia, puntualidad y pulcritud de los servicios públicos; o nuestras quejas cuando, después de haber pagado un servicio, no recibimos lo que esperábamos. Jesucristo nos enseña con su ejemplo. Él no sólo es servidor de la voluntad del Padre, que incluye nuestra redención, ¡sino que además paga! Y el precio de nuestro rescate es su Sangre, en la que hemos recibido la salvación de nuestros pecados. ¡Gran paradoja ésta, que nunca llegaremos a entender! Él, el gran rey, el Hijo de David, el que había de venir en nombre del Señor, «se despojó de su grandeza, tomó la condición de esclavo y se hizo semejante a los hombres (…) haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz». ¡Qué expresivas son las representaciones de Cristo vestido como un Rey clavado en cruz! En España tenemos muchas y reciben el nombre de “Santa Majestad”. A modo de catequesis, contemplamos cómo servir es reinar, y cómo el ejercicio de cualquier autoridad ha de ser siempre un servicio.

Jesús trastoca de tal manera las categorías de este mundo que también resitúa el sentido de la actividad humana. No es mejor el encargo que más brilla, sino el que realizamos más identificados con Jesucristo-siervo, con mayor Amor a Dios y a los hermanos. Si de veras creemos que «nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos», entonces también nos esforzaremos en ofrecer un servicio de calidad humana y de competencia profesional con nuestro trabajo, lleno de un profundo sentido cristiano de servicio. Como decía Santa Teresa de Calcuta: «El fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz».

 

 

Para la reflexión personal

 

a)   ¿Qué dice Jesús de sí mismo en el evangelio de hoy?

 

b)  «¿Qué quieren que haga por ustedes?». Si Jesús nos preguntara hoy esto a nosotros, ¿Qué responderíamos?

 

c)   ¿Cómo vivimos nuestro cristianismo? ¿Desde el poder, los privilegios... o desde el servicio a los demás?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/ie2f4

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.

Madre mía, esclava del Señor: tú también quieres lo mejor para mí, y se lo pides a tu Hijo, como madre buena. Lo mejor para mí es parecerme a Jesús en todo. Él se anonadó tomando la forma de siervo.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

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