+ En el
nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
Oración inicial
¡Oh Dios!, que has
puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir
tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
Del santo Evangelio según san Lucas 8, 19-21
En
aquel tiempo, fueron a ver a Jesús su madre y sus parientes, pero no podían
llegar hasta donde Él estaba porque había mucha gente. Entonces alguien le fue
a decir: "Tu madre y tus hermanos están allá afuera y quieren verte".
Pero
Él respondió: "Mi madre y mis hermanos son aquellos que escuchan la
palabra de Dios y la ponen en práctica". Palabra
del Señor.
Reflexión
El
evangelio de hoy nos habla del episodio en que los padres de Jesús, inclusive
su madre, quisieron conversar con él, pero Jesús no les presta atención.
Jesús ¿tuvo problemas con la
familia?
A veces, la familia ayuda a
vivir mejor y a participar en la comunidad. Otras veces, dificulta esa
convivencia. Así fue para Jesús, y así es para nosotros.
En el tiempo de Jesús, tanto
la coyuntura política, social y económica como la ideología religiosa, todo
conspiraba para el enflaquecimiento de los valores centrales del clan, de la
comunidad.
La preocupación con los
problemas de la propia familia impedía que las personas se uniesen en
comunidad.
Ahora, para que el Reino de
Dios pudiera manifestarse, de nuevo, en la convivencia comunitaria de la gente,
las personas tenían que superar los límites estrechos de la pequeña familia y
abrirse a la gran familia, a la Comunidad. Jesús dio el ejemplo. Cuando su
familia trató de apoderarse de él, reaccionó y ensanchó la familia, es decir: creó
comunidad.
Al meditar un
momento, piensa en quién has puesto tu confianza.
Para
la reflexión personal
La familia ¿ayuda
o dificulta tu participación en la comunidad cristiana?
¿Cómo asumes tu
compromiso en la comunidad cristiana sin perjudicar ni la familia ni la
comunidad?
Termina esta
oración rezándole a María.
¡Oh Señora mía, oh Madre mía!,
yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Madre de bondad!,
guárdame y protégeme como hijo tuyo.
Amén.
yo me entrego del todo a Ti,
y en prueba de mi filial afecto,
te consagro en este día
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser,
ya que soy todo tuyo,
¡oh Madre de bondad!,
guárdame y protégeme como hijo tuyo.
Amén.
+ En el
nombre del Padre y, del Hijo, y del Espíritu Santo: Amén.
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