domingo, 15 de diciembre de 2019

El Bautismo del Cielo, de allá venimos!


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, espero con gozo y ansias tu venida en la Navidad. Te pido que en este momento de oración me acompañes con tu presencia y me ayudes a crecer en mi amor por Ti.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Buen Jesús: sé que muchas veces le he dado la espalda a tu amor y he tomado opciones contrarias a lo que Tú quieres de mí. Te pido perdón, y te ruego que con tu fuerza sanes mi corazón y me ayudes a caminar siempre según tu Divino Plan para mí.

Del santo Evangelio según san Mateo 21, 23-27

En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: "¿Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les respondió: "Yo también les voy a hacer una pregunta, y si me la responden, les diré con qué autoridad hago lo que hago: ¿De dónde venía el bautismo de Juan, del cielo o de la tierra?"
Ellos, pensaron para sus adentros: "Si decimos que del cielo, Él nos va a decir: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’ Si decimos que de los hombres, se nos va a echar encima el pueblo, porque todos tienen a Juan por un profeta". Entonces respondieron: "No lo sabemos". Jesús les replicó: "Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago lo que hago".
Palabra del Señor.

Reflexión

Ante la pregunta de los sacerdotes y ancianos, Jesús responde con otra pregunta.
Si leemos con atención el Evangelio nos daremos cuenta de que a veces Jesús no responde las preguntas que le hacen. Normalmente Jesús no responde a las personas que no preguntar para saber, sino para atacar, para reírse.
Sin embargo, Jesús siempre responde a los que quieren saber.
Los sumos sacerdotes y los ancianos no están abiertos a la verdad de Jesús. No estaban abiertos a Dios. Creían que Dios estaba con ellos y bendecía todas sus acciones.
A veces nosotros tampoco estamos abiertos. Continuamente podemos encerrarnos en nuestras ideas, en nuestros errores.
Es necesario estar siempre abiertos para que el Señor nos conduzca cada día a una verdad más plena, a una vida más auténtica, a una fe más purificada.

Para la reflexión personal

a)   ¿Te has sentido alguna vez controlado/a u observado/a, indebidamente, por las autoridades, en casa, en el trabajo, en la Iglesia?

b)   ¿Cuál ha sido tu reacción?

c)   Todos y todas tenemos alguna autoridad. También en una simple conversación entre dos personas, cada una ejerce algún poder, alguna autoridad. ¿Cómo uso el poder, cómo ejerzo la autoridad: para servir y liberar o para dominar y controlar?

Medita la oración hecha canción.


ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Muchas gracias Jesús pues por medio de esta oración me permites acercarme a Ti y escuchar tu Palabra que con autoridad me invita a vivir en la verdad y en el amor. Te pido que me ayudes a estar siempre cerca de tu Sagrado Corazón.
Amén.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

¡Oh Señora y Madre
de aquel que fue, es y ha de venir,
el amanecer de la Nueva Jerusalén,
te pedimos ardientemente,
nos por su intercesión
para vivir en el amor
que la Iglesia, el Cuerpo de Cristo,
puede estar en este mundo oscuro
como icono de fuego de la Nueva Jerusalén.
Le pedimos que nos obtenga esta gracia
por medio de Jesucristo, tu Hijo y Señor,
que vive y reina
con el Padre en el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.



Padre José Luis Romero Landeros IJS

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