sábado, 28 de diciembre de 2019

Sagrada Familia de Nazaret, ruega por nosotros.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Buen Jesús, puesto en tu presencia te pido que me ayudes a disponer mi mente y mi corazón para acoger tu Palabra y hacerla vida en mí.

Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-15. 19-23

Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban quitarle la vida al niño".
Se levantó José, tomó al niño y a su madre y regresó a tierra de Israel. Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población llamada Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los profetas: Se le llamará nazareno. 
Palabra del Señor.

Reflexión

Los relatos evangélicos no ofrecen duda alguna. Según Jesús, Dios tiene un gran proyecto: construir en el mundo una gran familia humana. Atraído por este proyecto, Jesús se dedica enteramente a que todos sientan a Dios como Padre y todos aprendan a vivir como hermanos. Este es el camino que conduce a la salvación del género humano.
Para algunos, la familia actual se está arruinando porque se ha perdido el ideal tradicional de “familia cristiana”. Para otros, cualquier novedad es un progreso hacia una sociedad nueva. Pero, ¿cómo es una familia abierta al proyecto humanizador de Dios?
¿Qué rasgos podríamos destacar?
                     i.        Amor entre los esposos. Es lo primero. El hogar está vivo cuando los padres saben quererse, apoyarse mutuamente, compartir penas y alegrías, perdonarse, dialogar y confiar el uno en el otro. La familia se empieza a deshumanizar cuando crece el egoísmo, las discusiones y malentendidos.
                    ii.        Relación entre padres e hijos. No basta el amor entre los esposos. Cuando padres e hijos viven enfrentados y sin apenas comunicación alguna, la vida familiar se hace imposible, la alegría desaparece, todos sufren. La familia necesita un clima de confianza mutua para pensar en el bien de todos.
                  iii.        Atención a los más frágiles. Todos han de encontrar en su hogar acogida, apoyo y comprensión. Pero la familia se hace más humana sobre todo, cuando en ella se cuida con amor y cariño a los más pequeños, cuando se quiere con respeto y paciencia a los mayores, cuando se atiende con solicitud a los enfermos o discapacitados, cuando no se abandona a quien lo está pasando mal.
                  iv.        Apertura a los necesitados. Una familia trabaja por un mundo más humano, cuando no se encierra en sus problemas e intereses, sino que vive abierta a las necesidades de otras familias: hogares rotos que viven situaciones conflictivas y dolorosas, y necesitan apoyo y comprensión; familias sin trabajo ni ingreso alguno, que necesitan ayuda material; familias de inmigrantes que piden acogida y amistad.
                    v.        Crecimiento de la fe. En la familia se aprende a vivir las cosas más importantes. Por eso, es el mejor lugar para aprender a creer en ese Dios bueno, Padre de todos; para conocer el estilo de vida de Jesús; para descubrir su Buena Noticia; para rezar juntos en torno a la mesa; para tomar parte en la vida de la comunidad de seguidores de Jesús. Estas familias cristianas contribuyen a construir ese mundo más justo, digno y dichoso querido por Dios. Son una bendición para la sociedad.


Para la reflexión personal

a)   ¿Cuál es el punto de este texto que más ha llamado tu atención?

b)   Hoy que hay tantos fracasos en los matrimonios. ¿Nos preocupa el equiparles mejor?

c)   ¿Todo se reduce a unos cursillos antes de la boda?

d)   Hoy en el mundo los abuelos tienen abundante comida, calefacción y medicinas. Y, sin embargo, se sienten solos. ¿A quién corresponde dar esa medicina que cure su amarga soledad?

e)   Hay muchas familias en el mundo que tienen necesidad de salir de su país con todo lo que esto conlleva de desarraigo y de sufrimiento. ¿Cuál es nuestra postura ante los inmigrantes?

f)     Como cristianos, ¿no podemos hacer más por ellos?

Medita la oración hecha canción.


ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias Señor por permitirme a vivir este tiempo de adviento, en el cual esperamos tu venida. Ya sabes cuánto necesito de tu presencia en mi vida, pero debo prepararme para recibirte. Ayúdame a comprender que significa convertirse, que quiere decir arrepentirse de los pecados y faltas que cometo.
Quiero prepararme lo mejor que pueda para que cuando tu vengas nuestro encuentro me transforme y me haga más fraterno y amable con los demás.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a san José su paternal ayuda.

José, María y Jesús,
un padre, una madre, un hijo.
Una Sagrada Familia,
un triple “amor” florecido.
La felicidad dormía
en aquel precioso “nido”.
Los tres vivían alegres
por el “amor” seducidos.
En aquel hogar bendito
Dios puso su domicilio.
Dios siempre se hace presente
donde hay “amor” y cariño
Su casa estaba asentada
sobre “roca” de granito.
No pueden con el “amor”
ni los vientos ni los ríos.
Su puerta quedaba abierta
al paso de los vecinos.
Donde hay “amor”, no hay extraños;
todos se sienten amigos.
Toda su vida giraba
alrededor del servicio.
Sin flores no hay primavera.
No hay “amor” sin sacrificio.
Señor, en nuestras familias,
Falta “amor” y hace frío.
Que en Jesús, José y María
encontremos nuestro abrigo.
Amén.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre José Luis Romero Landeros IJS

Referencias:

Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

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