+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Ayúdame,
Señor Jesús, a disponer mi mente y corazón para este momento de encuentro contigo.
Ayúdame a hacer silencio en mi interior para poder escuchar tu Palabra,
interiorizarla y, con la fuerza del Espíritu Santo, hacerla vida en mí.
Hago en silencio un breve examen de conciencia.
Saber que tu
misericordia son siempre más grandes que mi pecado me llena de confianza para
acudir a Ti arrepentido y ponerme en tus manos amorosas.
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los
escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: "Este
hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa
fuera".
Jesús llamó entonces a
los escribas y les dijo en parábolas: "¿Cómo puede Satanás expulsar a
Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede
subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si
Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha
llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse
sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa. Yo les aseguro
que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias.
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de
un pecado eterno". Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído
por un espíritu inmundo.
Palabra del Señor.
Reflexión
Tienen
el corazón cerrado a cal y canto. No aceptan ni siquiera los milagros que
maravillan a las personas sin prejuicios. Lo llama príncipe de los demonios,
porque expulsa demonios. Jesús vuelve a explicarles con paciencia. Aunque
parece que no tienen remedio sus acusadores, Jesús con su palabra trata de
abrir un poco las mentes y los corazones de sus enemigos. No se da por vencido
fácilmente.
Jesús
advierte con claridad: “el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá
perdón nunca”. El fuego nunca podrá calentar al que se aleje de él, Un padre no
podrá alimentar a su hijo, si éste se marcha de casa. Dios no nos salvará a la
fuerza, pedirá nuestra colaboración, aunque sea pequeña. Pecar contra el
Espíritu es cerrarse a la acción de Dios.
Para la reflexión
personal
a) ¿Cómo
le llamarían si en vez de expulsar demonios los fuera multiplicando.
b) ¿Tienes
esta actitud cerrada ante alguna persona?
c) Piénsalo
despacio. Pide perdón y fuerza para superar la cerrazón.
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN:
¿Qué le digo a Dios?
Orar, es
responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!
Te
doy gracias, Señor, por este momento de oración, por la oportunidad que me das
de aprender de Ti, de conocerte más, y así poder amarte más. Sabiendo que somos
débiles, has querido que la fuerza de tu amor brille en nuestra debilidad. Te
pido Señor que me ayudes a avanzar con paso firme en el camino que Tú me
muestras para mi vida y deje actuar tu gracia en mí.
Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal
ayuda.
Oh,
Dios,
Tú
que nos diste a María por Madre,
haz
que, por su intercesión,
todas
las madres fomenten en sus hogares
el
amor y la paz.
Amén.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
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