+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor Jesús, al iniciar este
breve momento de oración quiero ponerme en tu presencia y ofrecerte toda mi
vida. Yo creo en Ti, Señor Jesús, pero ayúdame a aumentar cada vez más mi fe.
Ayúdame a que, escuchando con apertura de mente y corazón tu Palabra, pueda ir
viviéndola para seguir siempre el Plan que el Padre tiene para mí.
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 24-33
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "El discípulo no es más que el
maestro, ni el criado más que su señor. Le basta al discípulo ser como su
maestro y al criado ser como su señor. Si al señor de la casa lo han llamado
Satanás, ¡qué no dirán de sus servidores!
No teman a los hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día y lo que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas. No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo. ¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A
quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi
Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo
también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos".
Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de hoy nos abre los ojos
respecto al hecho ineludible de que el discípulo sea a veces incomprendido,
encuentre obstáculos o hasta sea perseguido por haberse declarado seguidor de
Cristo. La vida de Jesús fue un servicio ininterrumpido en defensa de la
verdad. Si a Él se le apodó como “Beelzebul”, no es extraño que en disputas, en
confrontaciones culturales o en los careos que vemos en televisión, nos tachen
de retrógrados. La fidelidad a Cristo Maestro es el máximo reconocimiento del
que podemos gloriarnos: «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres,
yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10,32).
Para la reflexión personal
-
¿Tengo miedo?
-
¿Miedo de qué?
-
¿Por qué?
-
¿Has sufrido o te han perseguido alguna vez por causa de tu compromiso
con el anuncio de la Buena Nueva que Jesús nos envía?
Medita
la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar, es responderle
al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra
Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el
momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre
Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a
María su maternal ayuda.
Madre
mía: bajo
tu manto me siento seguro, el demonio no podrá hacerme daño. Pero a veces me
falta fe, y veo las dificultades insuperables.
Tu
Hijo Jesús nos dio a los sacerdotes el poder de arrojar demonios en su nombre.
Y hoy consideramos la eficacia de un sacramental muy recomendado por la Iglesia
para vencer las tentaciones: la medalla de san Benito.
Ayúdame
a darme cuenta también de que rezando y trabajando me sentiré fuerte ante las
tentaciones, con la fortaleza de Cristo.
+ En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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