+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
en este rato de oración, yo también quiero verte, estar contigo, gozar de tu
presencia y compañía. Pero no quiero verte como pretendía Herodes, desde la
curiosidad, desde la frivolidad. Quiero verte desde mi indigencia, desde mi
incapacidad para llenar de sentido mi vida si Tú no te haces presente.
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas. Pero Herodes decía: "A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?" Y tenía curiosidad de ver a Jesús.
Palabra del Señor.
Reflexión
Hoy
el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús. Ese deseo de
ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los
milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La
actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas:
Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no
trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor
impresión. Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a
responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús delata a Herodes como
corrupto y depravado.
Nosotros,
al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a
Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de
Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar
dos de ellas.
En
primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por
excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy
está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial
de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero
tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros»
(Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.
Para
el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con
nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos
hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que
“quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El
amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada
fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial».
Así
pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones.
¡Acércate!
Para la reflexión personal
a) ¿Qué imagen de Jesús tiene la gente en la actualidad?
b) ¿Qué nos gustaría a nosotros conocer más profundamente de la
persona de Jesús?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María su maternal ayuda.
Madre
mía: mi
configuración con Cristo me obliga a buscar parecerme cada vez más a Él. Debo
renovarme cada día caminando detrás del Señor.
Tú
eres modelo de todo. Durante la vida de Jesús estuviste todo el tiempo junto a
Él, aprendiendo y muy atenta a lo que Dios te pedía. Ayúdame a mí, para saber
qué pasos debo dar.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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