domingo, 4 de octubre de 2020

Domingo con Cristo: Éste es el heredero.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

La canción de la viña de Isaías insiste en una idea que a muchos cristianos todavía les resulta extraña: el amor de Dios se paga con amor al prójimo. Dios ha hecho mucho por los israelitas, pero lo que pide de ellos no son actos de culto sino la práctica de la justicia y el derecho. Jesús dirá que el segundo mandamiento (amar al prójimo) es tan importante como el primero (amar a Dios). Y la 1ª carta de Juan afirma: «Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amar… a nuestros hermanos»

 

Del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.


Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.

Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: ‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.

Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?" Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".

Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?

Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos".

Palabra del Señor.

 

Reflexión

 

Contemplamos hoy el misterio del rechazo de Dios en general, y de Cristo en particular. Sorprende la reiterada resistencia de los hombres ante el amor de Dios.

Pero la parábola hoy se refiere más específicamente al rechazo que los judíos tuvieron con Cristo: «Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron». No es fácil entender esto: es porque Cristo vino a redimir al mundo entero, y los judíos esperan a su “mesías” particular que les dé a ellos el dominio de todo el mundo…

En Tierra Santa dan un prospecto turístico de Israel donde están los judíos más famosos de la historia: desde Moisés, Gedeón y Josué hasta Ben Gurión, que fue el realizador del Estado de Israel. Sin embargo, en ese prospecto no está Jesucristo. Y Jesús ha sido el judío más conocido de la historia: hoy se le conoce en el mundo entero, y ya hace dos mil años que murió…

A los grandes personajes, al cabo del tiempo, se les admira, pero no se les ama. Hoy nadie ama a Cervantes o a Miguel Ángel. Sin embargo, Jesús es el más amado de la historia. Hombres y mujeres dan la vida por amor a Él. Unos de golpe en el martirio, y otros “gota a gota”, viviendo sólo para Él. Son miles y miles en el mundo entero.

Y Jesús es el que más ha influido en la historia. Valores hoy aceptados en todas partes, son de origen cristiano. No sólo eso, sino que además se constata que hoy hay un acercamiento a Jesucristo, también entre judíos (“nuestros hermanos mayores en la fe”, como dijera San Juan Pablo II). Pidamos a Dios particularmente por la conversión de los judíos, pues este pueblo, de grandes valores, convertido al catolicismo, puede ser un gran beneficio para la humanidad entera.

 

Para la reflexión personal

 

La parábola de los viñadores homicidas escenifica la esperanza que Dios tiene puesta en su pueblo. El dueño esperaba los frutos a su tiempo y un buen recibimiento a sus enviados, especialmente a su hijo, pero no fue así.

 

a)    ¿Cuáles son las expectativas de Dios sobre cada uno de nosotros? ¿Cómo está siendo nuestra respuesta?

 

b)   ¿Cómo recibimos en nuestra vida a los enviados que Dios sigue mandando en su nombre?

 

c)   «Se les quitará el reino de Dios y se entregará a un pueblo que dé a su tiempo los frutos que al reino corresponden». ¿Qué nos dice esta advertencia de Jesús?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/gl72

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

Pidámosle a María, nuestra Madre, su maternal ayuda.

 

Madre mía, mujer eucarística: no sé cuánto tiempo pudiste en esta tierra recibir a tu Hijo en la Sagrada Eucaristía, pero sí me imagino que no hay un ejemplo más grande de piedad y devoción a Jesús Sacramentado que el tuyo, porque tus misas y comuniones estarían llenas de amor, con un deseo muy intenso de recibirlo cada día en tu corazón.

Yo quisiera recibir al Señor con esa pureza, humildad y devoción con que tú lo recibiste.

Ayúdame también, Madre, a manifestar mi amor a tu Hijo cuando celebro el santo sacrificio del altar. No sólo quiero evitar la más mínima muestra de desprecio, sino que quiero tratarlo con delicadeza de enamorado.

Madre ¿cómo debe ser mi misa?, ¿cómo debo vivir la celebración eucarística?

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

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