+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
en la lectura del evangelio de hoy, me hablas del Espíritu Santo. Lo necesito
todos los días antes de hacer mi oración. Yo no puedo conectar con la Palabra
inspirada de la Sagrada Escritura si antes no invoco al que la ha inspirado.
Por eso te pido que me des tu Espíritu para sintonizar con tu Palabra.
Del santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que a todo
aquel que me reconozca abiertamente ante los hombres, lo reconocerá
abiertamente el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios; pero a aquel que me
niegue ante los hombres, yo lo negaré ante los ángeles de Dios.
A todo aquel que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero a aquel que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará.
Cuando
los lleven a las sinagogas y ante los jueces y autoridades, no se preocupen de
cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará
en aquel momento lo que convenga decir".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, el Señor despierta nuestra
fe y esperanza en El. Jesús nos anticipa que tendremos que comparecer ante el
ejército celestial para ser examinados. Y aquel que se haya pronunciado a favor
de Jesús adhiriéndose a su misión «también el Hijo del hombre se declarará por
él». Dicha confesión pública se realiza en palabras, en actos y durante toda la
vida.
Esta
interpelación a la confesión es todavía más necesaria y urgente en nuestros
tiempos, en los que hay gente que no quiere escuchar la voz de Dios ni seguir
su camino de vida. Sin embargo, la confesión de nuestra fe tendrá un fuerte
seguimiento. Por tanto, no seamos confesores ni por miedo de un castigo —que
será más severo para los apóstatas— ni por la abundante recompensa reservada a
los fieles. Nuestro testimonio es necesario y urgente para la vida del mundo, y
Dios mismo nos lo pide, tal como dijo san Juan Crisóstomo: «Dios no se contenta
con la fe interior; Él pide la confesión exterior y pública, y nos mueve así a
una confianza y a un amor más grandes».
Nuestra
confesión es sostenida por la fuerza y la garantía de su Espíritu que está
activo dentro de nosotros y que nos defiende. El reconocimiento de Jesucristo
ante sus ángeles es de vital importancia ya que este hecho nos permitirá verle
cara a cara, vivir con Él y ser inundados de su luz. A la vez, lo contrario no
será otra cosa que sufrir y perder la vida, quedar privado de la luz y
desposeído de todos los bienes. Pidamos, pues, la gracia de evitar toda
negación ni que sea por miedo al suplicio o por ignorancia; por las herejías,
por la fe estéril y por la falta de responsabilidad; o porque queramos evitar
el martirio. Seamos fuertes; ¡el Espíritu Santo está con nosotros! Y «con el
Espíritu Santo está siempre María (…) y Ella ha hecho posible la explosión
misionera producida en Pentecostés» (Papa Francisco).
Para la reflexión personal
a)
¿Qué papel juega en nuestra vida el Espíritu Santo?
b)
¿En qué medida somos conscientes de que ser cristianos de un modo
auténtico nos puede llevar a afrontar dificultades y peligros?
c)
¿Cómo manifestamos nuestro ser cristianos públicamente?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: da
mucha seguridad saber que tú vas siempre a nuestro lado, sobre todo cuando
vienen las dificultades, las contrariedades. Nos cuidas y nos proteges todo el
tiempo, no sólo para evitarnos cualquier daño, sino para decirnos cuál es el
camino seguro.
Ayúdanos
a comprender bien cuáles son los designios divinos, aunque a veces nos cueste
aceptar que Dios permita que las cosas cuesten. Que tengamos en cuenta que todo
es para bien.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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