martes, 10 de noviembre de 2020

Solo somos siervos inútiles.

 + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, hoy quiero convertir en materia de mi oración una de las últimas palabras del evangelio de este día: “Somos siervos inútiles”. Quiero afincarme en esta gran verdad: soy un inútil, no sirvo para nada. Y no es que esto sea una falsa humildad, es la pura verdad. ¿Qué hubiera sido de mi vida sin tu gracia, sin tu presencia? Lo dices Tú muy bien: “una casa edificada sobre arena”. Todo lo que hay en mí de sólido, de firme, de consistente, te lo debo a Ti.

 

Del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: `Entra enseguida y ponte a comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú?’. ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer’ ".

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h La clave para entender esta parábola se encuentra en esta frase de Jesús: «Cuando hayan hecho lo que se les mande». Está formulada en impersonal: ¿quién manda? Jesús se está refiriendo a Dios, por eso la parábola trata de la justa relación entre Dios y cada persona.

Del mismo modo que en el trato entre un amo y su criado las relaciones deben ser correctas (si bien Jesús habla desde las categorías sociales de su época), cada persona debe realizar su tarea. Es necesario servir a Dios sin olvidar que no somos imprescindibles.

La expresión «somos siervos inútiles» es fuerte, pero no debe entenderse en sentido literal. Hay que recordar el lenguaje parabólico en el que Jesús está hablando. De alguna forma, Jesús quiere decir que, cuando se ha cumplido lo que Dios pide, se puede estar satisfecho de haber desempeñado la tarea encomendada.

Otro detalle significativo de la parábola es que no se debe esperar ninguna recompensa o agradecimiento especial por parte de Dios cuando se realice la tarea. Jesús quiere evitar así la creencia que tenían algunos judíos por la cual, si se hacía el bien, Dios quedaba obligado a recompensar. Los dones de Dios no son un derecho que se le pueda exigir, sino un don gratuito que él distribuye a quien quiere.

 

Para la reflexión personal

 

No somos los esclavos de Dios, somos sus hijos. Y un padre siempre tiene un proyecto para su hijo.

 

a)    ¿Cuál es la misión que Dios nos ha encomendado a cada uno de nosotros?

 

b)   ¿Qué dificultades encontramos para vivir desde la gratuidad que Jesús nos pide?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/5ktfh

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

 

Madre mía, Esclava del Señor: tu reacción inmediata ante el anuncio del Ángel sobre la encarnación del Hijo de Dios fue llamarte tú misma esclava, poniéndote al servicio de Dios.

Es fácil imaginarte todo el tiempo pendiente de tu Hijo. Primero en Belén, en Egipto y Nazaret, pero después también, junto con las santas mujeres, sirviéndolo a Él y a sus discípulos.

Fue patente tu ejemplo aquel día de la fiesta de Bodas en Caná, cuando, muy servicial, te diste cuenta de que faltaba el vino.

Jesús niño aprendió muchas cosas de ti, también en lo que se refiere al servicio. Él lo vivió igual que tú, y lo enseñó a sus discípulos, sobre todo con su ejemplo. En la Última Cena les lavó los pies, y les dejó el mandamiento nuevo, de amarse unos a otros como Él los había amado.

Madre, ayúdanos a saber servir a los demás, siguiendo el ejemplo de tu Hijo, y cumpliendo bien el mandamiento del amor.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

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