miércoles, 9 de diciembre de 2020

Vengan a mí.

 + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

 

Señor, gracias por ofrecerme tu consuelo, tu compañía, tu infinita misericordia. Te ofrezco humildemente mi corazón, mi vida entera. Ilumina mi oración porque quiero seguir el camino que me lleve a vivir en plenitud el amor. Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo.

 

Del santo Evangelio según san Mateo 11, 28-30


En aquel tiempo, Jesús dijo: "Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera".

Palabra del Señor.

 

Reflexión

h Hoy, Jesús nos conduce al reposo en Dios. Él es, ciertamente, un Padre exigente, porque nos ama y nos invita a darle todo, pero no es un verdugo. Cuando nos exige algo es para hacernos crecer en su amor. El único mandato es el de amar. Se puede sufrir por amor, pero también se puede gozar y descansar por amor…

La docilidad a Dios libera y ensancha el corazón. Por eso, Jesús, que nos invita a renunciar a nosotros mismos para tomar nuestra cruz y seguirle, nos dice: «Mi yugo es suave y mi carga ligera». Aunque en ocasiones nos cuesta obedecer la voluntad de Dios, cumplirla con amor acaba por llenarnos de gozo: «Haz que vaya por la senda de tus mandamientos, pues en ella me complazco».

Todo ello viene a decir que la voluntad de Dios está donde existe el máximo amor, pero no forzosamente donde esté el máximo sufrimiento… ¡Hay más amor en descansar gracias a la confianza que en angustiarse por la inquietud!

 

Para la reflexión personal

 

a)    ¿En qué momentos de la vida hemos sentido que Dios nos buscaba? ¿A través de quién o de qué gestos?

 

b)   ¿Cuáles son las ovejas descarriadas a las que podemos ayudar para que sean encontradas por el Señor?

 

c)   ¿Sentimos con fuerza la necesidad de que no se pierda ni uno solo? ¿En qué actitudes y comportamientos lo demostramos?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/zcr85

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre nuestra: tú le pediste a san Juan Diego una muestra de su fe, pidiéndole que subiera al cerrillo por las rosas. Como fruto de esa fe contamos con tu imagen bendita.

Yo me acojo a las palabras que le dirigiste a él en un momento de aflicción: “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. Reconozco mi pequeñez, y te pido: ¡muéstrate que eres madre!

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

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