+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Ven
Espíritu Santo y guíame en esta meditación para que yo pueda poner una absoluta
confianza en Jesús que viene a salvar, a liberar, a quitar cargas y pesos de
las personas y a dar anchura de miras, anchura de horizontes, de modo que el
encuentro con Dios no se realice con tristeza, con miedos, con angustia, sino
con alegría desbordante.
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
En
una ocasión, en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban,
algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué los
discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos
no?"
Jesús les contestó: "¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Mientras está con ellos el novio, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el novio les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie
le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y
rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres
viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a
perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy comprobamos cómo los judíos,
además del ayuno prescrito para el Día de la Expiación (cf. Lev 16,29-34)
observaban muchos otros ayunos, tanto públicos como privados. Eran expresión de
duelo, de penitencia, de purificación, de preparación para una fiesta o una
misión, de petición de gracia a Dios, etc. Los judíos piadosos apreciaban el
ayuno como un acto propio de la virtud de la religión y muy grato a Dios: el
que ayuna se dirige a Dios en actitud de humildad, le pide perdón privándose de
aquellas cosas que, satisfaciéndole, le hubieran apartado de Él.
Que
Jesús no inculque esta práctica a sus discípulos y a los que le escuchan, sorprende
a los discípulos de Juan y a los fariseos. Piensan que es una omisión
importante en sus enseñanzas. Y Jesús les da una razón fundamental: «¿Pueden
acaso ayunar los invitados a la boda mientras el novio está con ellos?». El
esposo, según la expresión de los profetas de Israel, indica al mismo Dios, y
es manifestación del amor divino hacia los hombres (Israel es la esposa, no
siempre fiel, objeto del amor fiel del esposo, Yahvé). Es decir, Jesús se
equipara a Yahvé. Está aquí declarando su divinidad: llama a sus discípulos
«los amigos del esposo», los que están con Él, y así no necesitan ayunar porque
no están separados de Él.
La
Iglesia ha permanecido fiel a esta enseñanza que, viniendo de los profetas e
incluso siendo una práctica natural y espontánea en muchas religiones,
Jesucristo la confirma y le da un sentido nuevo: ayuna en el desierto como
preparación a su vida pública, nos dice que la oración se fortalece con el
ayuno, etc.
Entre
los que escuchaban al Señor, la mayoría serían pobres y sabrían de remiendos en
vestidos; habría vendimiadores que sabrían lo que ocurre cuando el vino nuevo
se echa en odres viejos. Les recuerda Jesús que han de recibir su mensaje con
espíritu nuevo, que rompa el conformismo y la rutina de las almas avejentadas,
que lo que Él propone no es una interpretación más de la Ley, sino una vida
nueva.
Para la reflexión personal
a) ¿En qué situaciones hemos sentido que la novedad
de Jesús no encaja en viejas estructuras? ¿Cómo hemos reaccionado ante esas
situaciones?
b) ¿Qué novedad aporta Jesús a nuestra vida? ¿En qué
momentos la decisión de seguirle nos ha supuesto un cambio de mentalidad?
c) ¿Cómo podemos ofrecer a los demás el mensaje de
Jesús no como algo caduco, sino como un «vino nuevo» que hace posible una nueva
forma de ser?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre mía: tú quieres la renovación de mi alma sacerdotal.
Te pido que intercedas por mí ante tu Hijo como lo hiciste en las bodas de
Caná, para que mi alma se llene hasta los bordes, con la gracia del Espíritu
Santo, para servir bien a la Iglesia.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros
IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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