+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Dame, Señor, la
gracia de acercarme hoy a ti con un corazón limpio, sin prejuicios ni
complejos. Quiero beber tu evangelio no en las aguas del río sino en el mismo
manantial. Haz que deje atrás las distintas interpretaciones de los hombres y
descubra tu evangelio con toda su frescura, con toda su pureza.
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?" Jesús les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, primer viernes de Cuaresma,
habiendo vivido el ayuno y la abstinencia del Miércoles de Ceniza, hemos
procurado ofrecer el ayuno y el rezo del Santo Rosario por la paz, que tanto
urge en nuestro mundo. Nosotros estamos dispuestos a tener cuidado de este
ejercicio cuaresmal que la Iglesia, Madre y Maestra, nos pide que observemos, y
a recordar que el mismo Señor dijo: «Días vendrán en que les será arrebatado el
novio; entonces ayunarán». Tenemos el deseo de vivirlo no sólo como el
cumplimiento de un precepto al que estamos obligados, sino —sobre todo—
procurando llegar a encontrar el espíritu que nos conduce a vivir esta práctica
cuaresmal y que nos ayudará en nuestro progreso espiritual.
Buscando
este sentido profundo, nos podemos preguntar: ¿cuál es el verdadero ayuno? Ya
el profeta Isaías, en la primera lectura de hoy, comenta cuál es el ayuno que
Dios aprecia: «Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin
techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces
surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti
marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor». A Dios le gusta y
espera de nosotros todo aquello que nos lleva al amor auténtico con nuestros
hermanos.
Para la reflexión personal
En el texto aparecen dos grupos de discípulos: los de Juan, unidos a
los fariseos, y los de Jesús. En este tiempo de Cuaresma, donde la práctica del
ayuno suele ser habitual, podemos preguntarnos qué nos mueve a ayunar.
a) ¿Lo hacemos desde una obligación, como los
fariseos, y cuestionamos a los que no ayunan, o desde la vigilancia en este
tiempo en que el novio no está físicamente con nosotros?
b) ¿Cuáles son nuestras motivaciones más profundas
para ayunar?
c) ¿A quién beneficia nuestro ayuno: a nosotros
mismos o a los demás?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía, Reina de la humildad: acabamos de
comenzar una vez más el tiempo de Cuaresma, ese tiempo fuerte que nos llama a
la conversión.
Quisiera
pedirte tu consejo para vivir bien estos días de oración, sacrificio y obras de
caridad y misericordia, y que me ayudes a revestirme de un buen traje de bodas,
para estar digno en la Cena del Cordero.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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