+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
la meditación de hoy no me deja tranquilo en mi casa, sino que me invita a
salir. Por eso te pido valor para entender el cristianismo como salida. Tú has
salido del Padre y has venido a este mundo para enseñarnos a salir. Saliste del
Padre, del corazón del Padre, de la ternura del Padre. Haz que yo salga al
mundo con el corazón lleno de amor, de solo amor y nada más que amor.
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 7-13
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió
de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos.
Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.
Y les dijo: "Cuando entren en una casa,
quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los
reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los
pies, como una advertencia para ellos".
Los discípulos se fueron a predicar la conversión.
Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, el Evangelio relata la
primera de las misiones apostólicas. Cristo envía a los Doce a predicar, a
curar todo tipo de enfermos y a preparar los caminos de la salvación
definitiva. Ésta es la misión de la Iglesia, y también la de cada cristiano. El
Concilio Vaticano II afirmó que «la vocación cristiana implica como tal la
vocación al apostolado. Ningún miembro tiene una función pasiva. Por tanto,
quien no se esforzara por el crecimiento del cuerpo sería, por ello mismo,
inútil para toda la Iglesia como también para sí mismo».
El
mundo actual necesita —como decía Gustave Thibon— un “suplemento de alma” para
poderlo regenerar. Sólo Cristo con su doctrina es medicina para las
enfermedades de todo el mundo. Éste tiene sus crisis. No se trata solamente de
una parcial crisis moral, o de valores humanos: es una crisis de todo el
conjunto. Y el término más preciso para definirla es el de una “crisis de
alma”.
Los
cristianos con la gracia y la doctrina de Jesús, nos encontramos en medio de
las estructuras temporales para vivificarlas y ordenarlas hacia el Creador:
«Que el mundo, por la predicación de la Iglesia, escuchando pueda creer,
creyendo pueda esperar, y esperando pueda amar» (san Agustín). El cristiano no
puede huir de este mundo.
Uno
de los secretos está en amar al mundo con toda el alma y vivir con amor la
misión encomendada por Cristo a los Apóstoles y a todos nosotros. Con palabras
de san Josemaría, «el apostolado es amor de Dios, que se desborda, con entrega
de uno mismo a los otros (...). Y el afán de apostolado es la manifestación
exacta, adecuada, necesaria, de la vida interior». Éste ha de ser nuestro
testimonio cotidiano en medio de los hombres y a lo largo de todas las épocas.
Para la reflexión personal
Jesús envía a los doce dándoles poder
sobre los espíritus inmundos. Además les da instrucciones acerca de lo que no
deben llevar y de cómo proceder cuando no sean recibidos.
a)
¿A quiénes somos enviados nosotros por Jesús? ¿Qué misión nos
encomienda?
b)
¿Cómo somos recibidos? ¿Cómo reaccionamos cuando no somos bien
aceptados?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: tú sabes que se necesitan muchas
vocaciones en la Iglesia, que sirvan a tu Hijo Jesús y a todas las almas.
Hay
mucha sed de Dios, y somos tus sacerdotes quienes debemos apagar esa sed a
través de nuestra entrega generosa, con nuestra renuncia, con nuestra humildad,
y con espíritu de servicio donde Él nos necesite.
Intercede,
Madre, para que vengan esas vocaciones, y para que los elegidos estemos bien
dispuestos a trabajar en la viña del Señor con generosidad y en pleno abandono
a su divina providencia.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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