+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
hoy no vengo a pedirte que me hagas más fácil lo difícil; ni más dulce lo
amargo; ni más sabroso lo soso; te pido que me hagas posible lo imposible.
Porque amar al enemigo humanamente es imposible. Si, a pesar de todo, me lo
pides y me lo exiges, es para que caiga en la cuenta de la necesidad que tengo
de rezar. Ya nos habías dicho que “sin Ti no podemos hacer nada”. Y hoy vengo a
Ti convencido de que yo no puedo perdonar a mi enemigo. Si un día puedo, te
daré gracias por el milagro que has hecho en mí.
Del santo Evangelio según san Marcos 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, Jesús nos enseña que el
odio se supera en el perdón. La ley del talión era un progreso, pues limitaba
el derecho de venganza a una justa proporción: sólo puedes hacer al prójimo lo
que él te ha hecho a ti, de lo contrario cometerías una injusticia; esto es lo
que significa el aforismo de «ojo por ojo, diente por diente». Aun así, era un
progreso limitado, ya que Jesucristo en el Evangelio afirma la necesidad de
superar la venganza con el amor; así lo expresó Él mismo cuando, en la Cruz,
intercedió por sus verdugos: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen».
No
obstante, el perdón debe acompañarse con la verdad. No perdonamos tan sólo
porque nos vemos impotentes o acomplejados. A menudo se ha confundido la
expresión “poner la otra mejilla” con la idea de la renuncia a nuestros
derechos legítimos. No es eso. Poner la otra mejilla quiere decir denunciar e
interpelar a quien lo ha hecho, con un gesto pacífico pero decidido, la
injusticia que ha cometido; es como decirle: «Me has pegado en una mejilla,
¿qué, quieres pegarme también en la otra?, ¿te parece bien tu proceder?». Jesús
respondió con serenidad al criado insolente del sumo sacerdote: «Si he hablado
mal, demuéstrame en qué, pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?».
Vemos,
pues, cuál debe ser la conducta del cristiano: no buscar revancha, pero sí
mantenerse firme; estar abierto al perdón y decir las cosas claramente.
Ciertamente no es un arte fácil, pero es el único modo de frenar la violencia y
manifestar la gracia divina a un mundo a menudo carente de gracia. San Basilio nos
aconseja: «Hagan caso y olvidarán las injurias y agravios que les vengan del
prójimo. Podrán ver los nombres diversos que tendrán uno y otro; a él lo
llamarán colérico y violento, y a ustedes mansos y pacíficos. Él se arrepentirá
un día de su violencia, y ustedes no se arrepentirán nunca de su mansedumbre».
Para la reflexión personal
Esta «nueva justicia» que Jesús nos
invita a vivir solo la podemos llevar adelante desde una profunda convicción de
fe.
a)
¿En qué medida el sentimiento de venganza está presente en nuestra
sociedad?
b)
¿Qué ejemplos vienen a nuestra memoria?
c)
¿Cuál es el primer sentimiento que nos sugiere esta «nueva
justicia» que Jesús propone: perplejidad, asombro, admiración...?
d)
¿Qué experiencia tenemos de haber respondido a alguna ofensa tal
como nos pide Jesús?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
nuestra, Reina de la paz: tú eres el camino para ir a tu Hijo, y para volver a
Él cuando perdemos la paz por el pecado. Llévanos de la mano por camino seguro,
para tener siempre tu paz.
Madre
de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: déjame entrar a tu corazón, y modela mi
alma conforme a tu Hijo Jesucristo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
No hay comentarios.:
Publicar un comentario