lunes, 14 de junio de 2021

Se dijo: ojo por ojo.

 + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, hoy no vengo a pedirte que me hagas más fácil lo difícil; ni más dulce lo amargo; ni más sabroso lo soso; te pido que me hagas posible lo imposible. Porque amar al enemigo humanamente es imposible. Si, a pesar de todo, me lo pides y me lo exiges, es para que caiga en la cuenta de la necesidad que tengo de rezar. Ya nos habías dicho que “sin Ti no podemos hacer nada”. Y hoy vengo a Ti convencido de que yo no puedo perdonar a mi enemigo. Si un día puedo, te daré gracias por el milagro que has hecho en mí.

 

Del santo Evangelio según san Marcos 5, 38-42


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy, Jesús nos enseña que el odio se supera en el perdón. La ley del talión era un progreso, pues limitaba el derecho de venganza a una justa proporción: sólo puedes hacer al prójimo lo que él te ha hecho a ti, de lo contrario cometerías una injusticia; esto es lo que significa el aforismo de «ojo por ojo, diente por diente». Aun así, era un progreso limitado, ya que Jesucristo en el Evangelio afirma la necesidad de superar la venganza con el amor; así lo expresó Él mismo cuando, en la Cruz, intercedió por sus verdugos: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen».

No obstante, el perdón debe acompañarse con la verdad. No perdonamos tan sólo porque nos vemos impotentes o acomplejados. A menudo se ha confundido la expresión “poner la otra mejilla” con la idea de la renuncia a nuestros derechos legítimos. No es eso. Poner la otra mejilla quiere decir denunciar e interpelar a quien lo ha hecho, con un gesto pacífico pero decidido, la injusticia que ha cometido; es como decirle: «Me has pegado en una mejilla, ¿qué, quieres pegarme también en la otra?, ¿te parece bien tu proceder?». Jesús respondió con serenidad al criado insolente del sumo sacerdote: «Si he hablado mal, demuéstrame en qué, pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?».

Vemos, pues, cuál debe ser la conducta del cristiano: no buscar revancha, pero sí mantenerse firme; estar abierto al perdón y decir las cosas claramente. Ciertamente no es un arte fácil, pero es el único modo de frenar la violencia y manifestar la gracia divina a un mundo a menudo carente de gracia. San Basilio nos aconseja: «Hagan caso y olvidarán las injurias y agravios que les vengan del prójimo. Podrán ver los nombres diversos que tendrán uno y otro; a él lo llamarán colérico y violento, y a ustedes mansos y pacíficos. Él se arrepentirá un día de su violencia, y ustedes no se arrepentirán nunca de su mansedumbre».

 

Para la reflexión personal

Esta «nueva justicia» que Jesús nos invita a vivir solo la podemos llevar adelante desde una profunda convicción de fe.

 

a)    ¿En qué medida el sentimiento de venganza está presente en nuestra sociedad?

b)   ¿Qué ejemplos vienen a nuestra memoria?

c)   ¿Cuál es el primer sentimiento que nos sugiere esta «nueva justicia» que Jesús propone: perplejidad, asombro, admiración...?

d)   ¿Qué experiencia tenemos de haber respondido a alguna ofensa tal como nos pide Jesús?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/p16le

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.

Madre nuestra, Reina de la paz: tú eres el camino para ir a tu Hijo, y para volver a Él cuando perdemos la paz por el pecado. Llévanos de la mano por camino seguro, para tener siempre tu paz.

Madre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: déjame entrar a tu corazón, y modela mi alma conforme a tu Hijo Jesucristo.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

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