+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
en este día vengo a pedirte que me concedas una vida auténtica, sin disfraces
ni trastiendas. No quiero aparentar lo que no soy. Yo no puedo asentar mi vida
sobre una gran mentira. No quiero vivir de apariencias. Quiero fundamentar mi vida
en la verdad; por eso no quiero que mis obras desmientan mis palabras. Yo
quiero que mis palabras, como te ocurría a Ti, sean una glosa de mi vida.
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuidado con los falsos
profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o
higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, se nos presenta ante
nuestra mirada un nuevo contraste evangélico, entre los árboles buenos y malos.
Las afirmaciones de Jesús al respecto son tan simples que parecen casi
simplistas. ¡Y justo es decir que no lo son en absoluto! No lo son, como no lo
es la vida real de cada día.
Ésta
nos enseña que hay buenos que degeneran y acaban dando frutos malos y que, al
revés, hay malos que cambian y acaban dando frutos buenos. ¿Qué significa,
pues, en definitiva, que «todo árbol bueno da frutos buenos»? Significa que el
que es bueno lo es en la medida en que no desfallece obrando el bien. Obra el
bien y no se cansa. Obra el bien y no cede ante la tentación de obrar el mal.
Obra el bien y persevera hasta el heroísmo. Obra el bien y, si acaso llega a
ceder ante el cansancio de actuar así, de caer en la tentación de obrar el mal,
o de asustarse ante la exigencia innegociable, lo reconoce sinceramente, lo
confiesa de veras, se arrepiente de corazón y... vuelve a empezar.
¡Ah!
Y lo hace, entre otras razones, porque sabe que si no da buen fruto será
cortado y echado al fuego (¡el santo temor de Dios guarda la viña de las buenas
vides!), y porque, conociendo la bondad de los demás a través de sus buenas
obras, sabe, no sólo por experiencia individual, sino también por experiencia
social, que él sólo es bueno y puede ser reconocido como tal a través de los hechos
y no de las solas palabras.
Para la reflexión personal
Si revisamos nuestra vida cristiana
detenidamente,
a)
¿Qué
frutos de amor se dan en ella?
b)
¿Qué
hay en nosotros de falsos profetas?
c)
¿Cómo
podemos parecernos más a los verdaderos profetas?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: bendito
es el fruto de tu vientre, Jesús, con quien estoy configurado. Reconozco que
junto con mi vocación sacerdotal he recibido muchas gracias para cumplir muy
bien con mi misión, y que Dios espera de mí fruto abundante. Ayúdame a
perseverar en el cumplimiento de su voluntad, imitando tu amor y tu entrega,
para dar fruto abundante.
Madre
de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: déjame entrar a tu corazón, y modela mi
alma conforme a tu Hijo Jesucristo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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