domingo, 31 de octubre de 2021

El primero es: Escucha, Israel.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, hoy quiero profundizar en la virtud de la gratuidad. Quiero dejar de ser un eterno pedigüeño y dedicarme a darte gracias por tantas gracias que inmerecidamente he recibido y sigo recibiendo de Ti. Dame también la gracia de ver a mis hermanos y hermanas como “un regalo” que tú me das y no como un obstáculo. Que me sienta siempre como un “don” tuyo y pueda hacer de mi vida “un don para los demás”.

 

 

Del santo Evangelio según san Marcos 12, 28-34

En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?". Jesús le respondió: "El primero es: Escucha, Israel: El Señor; nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor; tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos".


El escriba replicó: "Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios".

Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: "No estás lejos del Reino de Dios". Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h En realidad, estos dos mandamientos sobre el amor ya estaban en el A. T. Del amor a Dios se habla en Dt. 6,4. Es la famosa oración del Shemá que recita el judío todas las mañanas al levantarse: «Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu ser”.  Y en Lev. 19,18, se lee: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.  ¿Dónde está la novedad de Jesús?

1.– Jesús alivia, aligera, quita cargas pesadas. En tiempo de Jesús había que cumplir más de 6oo preceptos que obligaban en conciencia y que ya el sólo retener en la memoria, era una pesada carga. Jesús protesta: “Atan cargas pesadas y las echan a la espalda de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas”. Con Jesús todos esos preceptos quedan reducidos a dos: amar a Dios y amar al hermano. ¡Qué alivio! Por otra parte, como se trata de una ley “de amor” deja de ser pesada.   “El amor ni cansa ni se cansa” (San Juan de la Cruz).

2.– Jesús une dos mandamientos que estaban separados. Separados en dos libros distintos, y separados en la vida. Se podía amar a Dios y odiar al enemigo. Ahora van juntos y son como “vasos comunicantes”. ¿Sube el amor a Dios? Automáticamente sube el amor al hombre; y viceversa. “Y si alguien dice que ama a Dios y no ama al hermano, es un embustero”. Jesús no está de acuerdo con esas imágenes de Dios que aparecen en el A.T. y hablan de prepotencia, de venganza, de ira, de desquite. Y las sustituye por otras nuevas:  Pensad en Dios como en un campesino que siembra, en un médico que sana, en un pastor preocupado por su rebaño, en una mujer feliz de haber encontrado su moneda, en un padre que se vuelve loco de alegría al recuperar a su hijo … o mejor todavía, pensad en vuestra propia madre. Así de tierno, así de cariñoso es Dios.

3.– Jesús nos motiva, nos incentiva, desde dentro, a amar. Por el misterio de la Encarnación, Dios no sólo nos ama, sino que se instala en el corazón de cada uno de nosotros, se identifica con nosotros. “Tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, estaba desnudo y me cubrieron, en la cárcel y me visitaron”. Cuando caen las escamas de nuestros ojos y, como Pablo, descubrimos que todo lo que hacemos a uno de nuestros hermanos se lo hacemos a Jesús, ya no tenemos ninguna excusa para no amar. Por otra parte, nada nos hace crecer y madurar en la vida como el amor concreto y desinteresado al hermano. El amor nos “humaniza”.

 

 

Para la reflexión personal

 

a)   ¿Cómo se concreta en nuestra vida el amor a Dios con «todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas»?

 

b)  ¿Qué personas son para nosotros nuestros «prójimos»? ¿Cómo les manifestamos nuestro amor?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/e0qwv

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.

Madre mía: tu vida entera en la tierra fue una manifestación continua de amor a Dios y al prójimo: ¿cómo puedo amar con un corazón como el tuyo?

Madre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: déjame entrar a tu corazón, y modela mi alma conforme a tu Hijo Jesucristo.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

sábado, 30 de octubre de 2021

Déjale el lugar a éste.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, hoy quiero profundizar en la virtud de la gratuidad. Quiero dejar de ser un eterno pedigüeño y dedicarme a darte gracias por tantas gracias que inmerecidamente he recibido y sigo recibiendo de Ti. Dame también la gracia de ver a mis hermanos y hermanas como “un regalo” que tú me das y no como un obstáculo. Que me sienta siempre como un “don” tuyo y pueda hacer de mi vida “un don para los demás”.

 

 

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 1. 7-11


Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola: "Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’.

Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Jesús, a lo largo del evangelio, ha hablado de “bienaventuranzas”. Pero la del evangelio de hoy es sumamente significativa: “Dichoso tú, cuando no pueden pagarte”.

Nos habla de invitar a los que no pueden invitarnos ni recompensarnos. En este evangelio se nos invita a recorrer un camino poco conocido y menos frecuentado: el camino de la gratuidad.

En este mundo a todo le ponemos precio. Entramos en un comercio y, si algo nos gusta, decimos: Y esto ¿cuánto vale?  Incluso las cosas que no tienen precio, no las sabemos apreciar. No apreciamos la luz del sol, la lluvia, la brisa que nos acaricia. Como Dios nos las da gratis, no las valoramos.

La amistad, el cariño, la fraternidad, nos las da Dios gratis.  Más aún, Él se nos dio en la persona de su Hijo. Y está dispuesto a darse siempre que nosotros queramos. ¿Cuánto hemos pagado por creer? Ahora bien, si Dios se nos da gratis, ¿Por qué no hacemos de la gratuidad la virtud por excelencia? ¿Por qué no somos felices haciendo felices a los demás?

El amor interesado deja de ser verdadero amor.  Aquel que ama porque le aman, sirve porque le sirven, da porque le recompensan, no ha disfrutado del auténtico amor.

Hemos de aprender a ser dichosos sirviendo a las personas que no nos pueden pagar.  ¿Dónde está la paga? Precisamente en poder tener ese amor tan exquisito.

Una persona que es feliz dando sin pensar en recibir, es una riqueza allá donde se encuentre.  Estas son las personas que hacen grande a nuestro mundo.

 

 

Para la reflexión personal

 

a)   ¿Cómo entendemos cada uno la llamada de Jesús a ocupar los últimos puestos?

 

b)  «Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado». ¿En qué medida es esta sentencia de Jesús una Buena Noticia para los más pobres, para la gente sencilla y humilde?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/gs6re

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.

Madre mía: enséñame a humillarme haciéndome último, para vivir al servicio del Señor.

Enséñame a ver el mundo no desde mis ojos -sintiéndome grande, viendo la creación bajo mis pies-, sino desde los ojos de los santos, contemplando las maravillas de la creación, sintiéndome tan pequeño, tan poca cosa, en retrospectiva, del todo a la nada, del creador al creado, de la luz a la oscuridad, del cielo a la tierra, del Padre al hijo pequeño, que descubre el amor, la gracia, el don, la vida.

Enséñame, Madre, a ser como tú, esclavo del Señor, para que se haga en mí según su palabra.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

viernes, 29 de octubre de 2021

¿Está permitido curar en sábado?

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, de nuevo los testarudos fariseos a la carga. ¡Cuánta paciencia tuviste con ellos! Les dijiste una y otra vez que el amor es lo primero, que todo lo que se hace sin amor no sirve; que el obrar con amor nos llena de gozo y que el mero cumplimiento de la ley nos lleva a la tristeza. Se lo dijiste mil veces a ellos y también nos lo dices a nosotros. Y, sin embargo, todavía seguimos amarrados a las normas porque éstas nos dan seguridad. ¿Habrá más seguridad que vivir en el amor?  ¿Habrá más alegría que el sentirte en brazos de Dios, nuestro Padre? Hazme, Señor, cristiano, pero cristiano de verdad.

 

 

Del santo Evangelio según san Lucas 14, 1-6


Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Había allí, frente a Él, un enfermo de hidropesía, y Jesús, dirigiéndose a los escribas y fariseos, les preguntó: "¿Está permitido curar en sábado o no?" Ellos se quedaron callados. Entonces Jesús tocó con la mano al enfermo, lo curó y le dijo que se fuera. Y dirigiéndose a ellos les preguntó: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su burro o su buey, ¿no lo saca enseguida, aunque sea sábado?" Y ellos no supieron qué contestarle.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h La pregunta de Jesús y la respuesta de los fariseos es bien distinta. ¿Por qué pregunta Jesús? ¿Pregunta por el tiempo que hace? ¿Pregunta por el lugar donde vamos a pasar las vacaciones? ¿Pregunta cómo van las acciones en la Bolsa? Esas preguntas superficiales Jesús no las hace. Jesús pregunta por cosas serias.

¿Se puede hacer el bien? ¿Hay mucha gente que sólo piensa en hacer el mal; pero ¿hay alguien que se atreva a prohibir hacer el bien? ¿Para qué estamos en la vida si no es para eso? ¿En nombre de quien se puede prohibir hacer el bien a todas las personas?

A estas preguntas de profundidad, los fariseos dan la callada por respuesta.  ¿Por qué se callan? Porque tienen una ley que, según ellos viene de Dios y prohíbe trabajar en sábado, incluso si el trabajo consiste en hacer el bien.

Jesús no puede estar de acuerdo con esta manera de tergiversar la misma ley de Dios.

Precisamente el sábado, día en que dejan las labores de la semana, es el día dedicado a Dios y a los hermanos.

¿O es que se puede ofender a Dios haciendo el bien a sus hijos?

Cuando la religión se vive, vaciándola del contenido del amor, se pueden cometer verdaderos disparates. Sólo cuando el amor es el centro de la vida, podemos estar centrados en nuestra fe.

 

 

Para la reflexión personal

 

a)   Jesús no tiene miedo a entrar en cualquier casa y dialogar con quien sea. ¿En qué medida somos también capaces nosotros de ir más allá de los prejuicios sociales?

 

b)  ¿En qué momentos nuestras actuaciones están motivadas o influidas por lo que los demás puedan decir o pensar de nosotros?

 

c)   ¿Qué mensaje de esperanza descubrimos en el evangelio de hoy para aquellos que sufren por cualquier causa?

 

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/0kf5f

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.

Madre mía: tú eres Madre de misericordia porque eres la Madre de Jesús, y porque aprendiste de Él a entregar tu vida en servicio de Dios y de los hombres, de nosotros, tus hijos recibidos al pie de la Cruz de Cristo.

Meditando todas las cosas en tu corazón aprendiste que amor con amor se paga, y por eso tus pensamientos, tus miradas, tus afectos, toda tu vida se volcó en ayudar a tu Hijo a cumplir con su misión, y también a sus amigos, a quienes se nos pide seguir los pasos del Maestro.

Madre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: Ayúdame a vencer mis miserias, a olvidarme de mí mismo, y amar con obras a Dios y a los demás. Déjame entrar a tu corazón, y modela mi alma conforme a tu Hijo Jesucristo.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

jueves, 28 de octubre de 2021

Los llamó apóstoles.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, que bonita lección me das en este fragmento del evangelio. Antes de llamar a tus discípulos, te has pasado una noche rezando en la montaña. En el silencio de la noche, escuchabas mejor la palabra del Padre. A todos llamabas por su nombre. A todos los querías con un amor particular y a todos los presentabas ante el Padre para que quedaran envueltos en su ternura. Haz, Señor, que yo no haga absolutamente nada sin antes contar contigo.

 

 

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19

Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.


Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.

Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Estamos en unos tiempos en que se ha valorado tanto el hacer, el trabajar, el reunirse, que la oración al Padre ha quedado un tanto marginada. Incluso se ha buscado una salida airosa: «Toda la vida es oración».

¿Qué hacer en estos casos? Acudir al Evangelio y ver qué ha pasado con Jesús. La gente puede decir lo que quiera, pero lo que es evidente en el evangelio es que Jesús rezaba y rezaba mucho. Se nos habla de oración en el monte, de noches enteras en oración. La oración ha sido algo “esencial” en la vida de Jesús.

El que “toda la vida es oración” es una frase bien lograda. ¡Ojalá fuera así! Pero debajo de esta frase puede esconderse una gran mentira.

La experiencia nos dice que “es imposible hacer de la vida una oración cuando no se hace mucha oración en la vida”. Y es lo que hizo Jesús. Siempre que Jesús tenía que hacer algo importante, se retiraba a orar.

Es lo que aparece en este evangelio. La elección de los doce significa que Jesús piensa en perpetuar su obra a través de los doce que van a ser los continuadores de las doce tribus de Israel. Jesús les llama por su nombre. Esos nombres los ha llevado antes a la oración.

La oración nos prepara para la vida. Al final del relato se nos dice que “todos querían tocar a Jesús”. En la oración Jesús sacaba fuerza para curar las heridas de la humanidad.

¡Qué fuerza tienen para hacer el bien unas manos que, antes de tocar a nadie, han sido tocadas por Dios!

 

 

Para la reflexión personal

 

Jesús pasó la noche entera en oración para saber qué escoger, y escogió a estos doce.

 

¿Cuál es la lección que sacas de aquí?

 

Los primeros cristianos recordaban los nombres de los doce apóstoles que estaban en el origen de sus comunidades. Y tú ¿recuerdas los nombres de las personas que están en el origen de la comunidad a la que perteneces?

Recuerda el nombre de algún/a catequista o profesor/a que fue significativa para tu formación cristiana.

¿Qué es lo que más recuerdas de ellas: el contenido de lo que te enseñaron o el testimonio que dieron?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/hvn5d

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.

Madre nuestra: tú trataste mucho a los Apóstoles durante la vida pública de Jesús, acompañada de las santas mujeres. Me imagino que los tratabas como hijos, incluso llamándoles así. Y ellos te trataban como madre. Para ti eran unos niños, y los mirabas con ternura y con mucho cariño, y les ayudabas y confortabas para que cumplieran bien con su ministerio.

Madre de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote: yo también soy tu hijo, y siento esa misma compañía. Ayúdame a ser como niño. Déjame entrar a tu corazón, y modela mi alma conforme a tu Hijo Jesucristo.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

martes, 26 de octubre de 2021

¿A qué se parece el reino de Dios?

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Señor, leyendo hoy el evangelio, me dan ganas de decirte: hazme pequeño, como ese granito de mostaza. No quiero presumir de saber mucho, de tener mucho, de valer mucho. Quiero presumir de mi pequeñez. Y eso es lo que te ofrezco: “eso poquito que hay en mí”. Tú, Dios Padre, sabrás que vas a edificar “con lo poco que soy”.

 

 

Del santo Evangelio según san Lucas 13, 18-21


En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo? Se parece a la semilla de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció y se convirtió en un arbusto grande y los pájaros anidaron en sus ramas".

Y dijo de nuevo: "¿Con qué podré comparar al Reino de Dios? Con la levadura que una mujer mezcla con tres medidas de harina y que hace fermentar toda la masa".

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión

h Hoy, los textos de la liturgia, mediante dos parábolas, ponen ante nuestros ojos una de las características propias del Reino de Dios: es algo que crece lentamente —como un grano de mostaza— pero que llega a hacerse grande hasta el punto de ofrecer cobijo a las aves del cielo. Así lo manifestaba Tertuliano: «¡Somos de ayer y lo llenamos todo!». Con esta parábola, Nuestro Señor exhorta a la paciencia, a la fortaleza y a la esperanza. Estas virtudes son particularmente necesarias a quienes se dedican a la propagación del Reino de Dios. Es necesario saber esperar a que la semilla sembrada, con la gracia de Dios y con la cooperación humana, vaya creciendo, ahondando sus raíces en la buena tierra y elevándose poco a poco hasta convertirse en árbol. Hace falta, en primer lugar, tener fe en la virtualidad —fecundidad— contenida en la semilla del Reino de Dios. Esa semilla es la Palabra; es también la Eucaristía, que se siembra en nosotros mediante la comunión. Nuestro Señor Jesucristo se comparó a sí mismo con el «grano de trigo [que cuando] cae en tierra y muere (...) da mucho fruto».

El Reino de Dios, prosigue Nuestro Señor, es semejante «a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo». También aquí se habla de la capacidad que tiene la levadura de hacer fermentar toda la masa. Así sucede con “el resto de Israel” de que se habla en el Antiguo Testamento: el “resto” habrá de salvar y fermentar a todo el pueblo. Siguiendo con la parábola, sólo es necesario que el fermento esté dentro de la masa, que llegue al pueblo, que sea como la sal capaz de preservar de la corrupción y de dar buen sabor a todo el alimento. También es necesario dar tiempo para que la levadura realice su labor.

Parábolas que animan a la paciencia y la segura esperanza; parábolas que se refieren al Reino de Dios y a la Iglesia, y que se aplican también al crecimiento de este mismo Reino en cada uno de nosotros.

 

 

Para la reflexión personal

 

a)   ¿En qué se nota que somos levadura en medio del mundo?

 

b)  ¿Qué cosas nos permiten tomar conciencia de que el Reino de Dios está presente en medio de nosotros y que crece de manera misteriosa en la historia de cada persona y de la Iglesia?

 

Medita la oración hecha canción.

 

https://n9.cl/uv3sn

 

 

ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

 

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

 

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria

 

 

Pidámosle a Santa María, Madre de Jesús y Madre nuestra, su ayuda.

Madre nuestra: la semilla de mostaza tiene que morir para convertirse en árbol frondoso, y la levadura tiene que desaparecer para fermentar toda la masa. Pero a mí me cuesta subir a la cruz de tu Hijo, y me doy cuenta de que, si no lo hago, no puedo identificarme plenamente con Él.

Mi vocación de sacerdote, configurado con Cristo, me exige seguir sus pasos, vivir su vida, hacerme una sola cosa con Él.

Te pido tu intercesión para que no sólo lo tenga presente, sino para que tenga la valentía de decir que sí a la cruz, aunque me cueste.

Amén.

 

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Padre José Luis Romero Landeros IJS

 

 

Referencias:

Espada de dos filos.

Mi vida en Xto.

La oración nuestra de cada día.

Jóvenes católicos.

Ocarm.

Rezandovoy

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....