+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Te
pido, Señor, que me ayudes a poner toda mi mente y corazón en este momento de
oración. Sé que Tú siempre estás conmigo y que los frutos del encuentro contigo
son un don de tu amor que yo me esforzaré por atesorar y llevar a la práctica
en mi vida.
Del santo Evangelio según san Lucas: 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús
hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: "¡Dichosa
la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!" Pero
Jesús le respondió: "Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de
Dios y la ponen en práctica".
Palabra del Señor.
Reflexión
El evangelio de hoy es
bien breve, pero encierra un significado importante en el conjunto del
evangelio de Lucas. Nos da la clave para entender lo que Lucas enseña respecto
de María, la Madre de Jesús, en el así llamado Evangelio de la Infancia.
Para Lucas, María es la
hija de Sión, imagen del nuevo pueblo de Dios. Presenta a María como modelo
para la vida de las comunidades. En el Concilio Vaticano II, el documento
preparado sobre María, fue inserto como capítulo final en el documento Lumen
Gentium sobre la Iglesia. María es modelo para la Iglesia. Y sobre todo en la
manera de relacionarse con la Palabra de Dios Lucas ve en ella el ejemplo para
las comunidades. María nos enseña cómo acoger la Palabra de Dios, cómo
encarnarla, vivirla, profundizarla, rumiarla, hacerla nacer y crecer, dejarnos
plasmar por ella, aún cuando no la entendemos o cuando nos hace sufrir. Es ésta
la visión que subyace detrás del Evangelio de la Infancia (Lc 1 y 2). La llave
para entender estos dos capítulos nos es dada en el evangelio de hoy:
“Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la guardan”. Veamos cómo
en estos capítulos María se relaciona con la Palabra de Dios.
a) Lucas 1,26-38:
La Anunciación: “¡Hágase
en mí según tu palabra!"
Saber abrirse, para que
la Palabra de Dios sea acogida y se encarne.
b) Lucas 1,39-45:
La Visitación: “¡Dichosa
aquella que creyó! "
Saber reconocer la
Palabra de Dios en una visita y en tantos otros hechos de la vida.
c) Lucas 1,46-56:
El Magnificat: “¡El
Señor hizo en mí maravillas!”
Reconocer la Palabra en
la historia de la gente y producir un canto de resistencia y de esperanza.
d) Lucas 2,1-20:
El nacimiento: “Ella
meditaba todas estas cosas en su corazón."
No había sitio para
ellos. Los marginados acogen la Palabra.
e) Lucas 2,21-32:
La presentación: “¡Mis
ojos vieron tu salvación!"
Los muchos años de vida
purifican los ojos.
f) Lucas 2,33-38:
Simeón y Ana: “Una
espada atravesará su alma"
Acoger y encarnar la
palabra en la vida, ser señal de contradicción.
g) Lucas 2,39-52:
A los doce años en el
Templo: “Entonces, ¿no sabían que tengo que estar con el Padre?"
Ellos no comprendieron
las Palabras que les fueron dichas!
h) Lucas 11,27-28:
El elogio de la madre: “Dichoso
el vientre que te llevó!"
Dichoso aquel que escucha
y pone en práctica la Palabra.
Para la
reflexión personal
a) ¿Cómo
vives la devoción a María, la madre de Jesús?
b) ¿Rezas el Rosario?
Medita la siguiente canción dedicada a María.
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Reza un Padre Nuestro, un Ave
María y un Gloria
Pidámosle a María su maternal ayuda.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero Landeros IJS
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