sábado, 29 de febrero de 2020

Domingo con el Señor, Las tentaciones y la victoria de Cristo.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Jesús, te agradezco por tener este momento de oración. Tú sales siempre a mi encuentro y buscas acercarme a tu Corazón. Ayúdame a que durante esta oración te abra mi mente y mi corazón, para que tu palabra me ayude a responder cada vez con más ardor y coherencia a tu amor.

Del santo Evangelio según san Mateo 4, 1-11

En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el tentador y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios, échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra alguna". Jesús le contestó: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le replicó: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él sólo servirás". Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los ángeles para servirle.
Palabra del Señor.

Reflexión

Jesús, después de la experiencia del Bautismo en el Jordán, lleno del Espíritu Santo, se deja guiar por Él. Y sorprendentemente, el Espíritu lo lleva al desierto, donde Jesús se encuentra consigo mismo, sin ningún privilegio, con la profundidad de su ser humano, y vive la tentación. El Espíritu no le hace esquivar las tentaciones, le da fuerza para superarlas.
Las tres tentaciones de Jesús, buscar soluciones mágicas a las necesidades básicas, el poder, y el éxito, sintetizan todas las tentaciones de la persona humana.
Las tentaciones no son algo que se pase una vez en la vida sino una realidad continua en nuestra existencia. Cristiano no es el que no tiene tentaciones, o vive como si no las tuviera, sino el que siguiendo el ejemplo de Jesús las descubre en toda su profundidad y las combate y supera cada día con la fuerza del Espíritu.

Para la reflexión personal

a)  ¿Cuáles son tus tentaciones?

b) ¿Las conoces?

c)  ¿Te conoces?

d) ¿Las aceptas?

e)  ¿Las rechazas?

f)   ¿Las evitas, o facilitas la ocasión para que la tentación se convierta para ti en pecado?

g)  ¿Reconoces tu debilidad y luchas, o pretendes ser tan fuerte y tu soberbia te vence?

Medita la oración hecha canción.


ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias porque nos invitas a reconocer las tentaciones y a no tener miedo a tus planes.
Gracias porque nos invitas a conocer tus planes, a tener tu Palabra para cada ocasión.
Gracias porque nos recuerdas que Tú también fuiste tentado, pero lo superaste.
Te pido que me des la gracia de que cada vez que yo sea tentado pueda encontrar en la Biblia la respuesta adecuada y tenga la valentía para cumplir lo que me pide.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María, nuestra Madre, su maternal ayuda.

Madre mía: yo sé que el demonio no puede nada contra ti. Bajo tu amparo nos acogemos.
A ti te escogió Dios para ser la Madre de su Hijo, no sólo para que lo engendraras y fuera el fruto bendito de tu vientre, sino para que cumplieras con Él el oficio de toda madre, para cuidarlo y protegerlo, y también para ayudarlo a vencer las tentaciones, a las que se sometió como verdadero hombre.
Y Jesús quiso que fueras también madre nuestra, sabiendo que íbamos a necesitar esa misma ayuda, y tu protección es omnipotente. Así podremos vencer todas las batallas, cumpliendo siempre y en todo la voluntad de Dios.
Consíguenos la humildad para reconocer nuestra fragilidad, y la valentía para huir con prontitud de las insidias del enemigo.
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Padre José Luis Romero Landeros IJS


viernes, 28 de febrero de 2020

Sígueme.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Hoy, Señor, quiero aprender de Leví a ser desprendido, humilde, generoso. Y, sobre todo, a vivir tu llamada con gozo. Leví debía renunciar al dinero, al puesto de trabajo muy rentable, a la familia y a la posición de sus colegas. Y todo lo hizo con garbo, con presteza, con gozo. Dame la gracia de “servirte a ti, Señor, con alegría.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Te pido perdón Señor porque sé que Tú me has amado hasta el extremo, pero aun así muchas veces desconfío de ti. Descubro que mi fe es débil y por eso me desvío del camino. Pero tengo la certeza que siempre me perdonas, porque tu misericordia es infinita. Ayúdame a ponerme de pie cada vez que tropiece.

Del santo Evangelio según san Lucas 5, 27-32

En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: "Sígueme". El, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Leví ofreció en su casa un gran banquete en honor de Jesús, y estaban a la mesa, con ellos, un gran número de publicanos y otras personas. Los fariseos y los escribas criticaban por eso a los discípulos, diciéndoles: "¿Por qué comen y beben con publicanos y pecadores?" Jesús les respondió: "No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
Palabra del Señor.

Reflexión

La figura del apóstol y evangelista Mateo es muy representativa de quienes podemos llegar a pensar que, por causa de nuestro historial, o por los pecados personales o situaciones complicadas, es difícil que el Señor se fije en nosotros para colaborar con Él.
Pues bien, Jesucristo, para sacarnos toda duda nos pone como primer evangelista el cobrador de impuestos Leví, a quien le dice sin más: «Sígueme» (Lc 5,27). Con él hace exactamente lo contrario de lo que una mentalidad “prudente” pudiera considerar si quisiéramos aparentar ser “políticamente correctos”. Leví —en cambio— venía de un mundo donde padecía el rechazo de todos sus compatriotas, ya que se le consideraba, sólo por el hecho de ser publicano, colaboracionista de los romanos y, posiblemente, defraudador por las “comisiones”, el que ahogaba a los pobres para cobrarles los impuestos, en fin, un pecador público.
A los que se consideraban perfectos no se les podía pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo, sino ni tan sólo a sentarse en la misma mesa.
Pero con esta actitud de escogerlo, Nuestro Señor Jesucristo nos dice que más bien es este tipo de gente de quien le gusta servirse para extender su Reino; ha escogido a los malvados, a los pecadores, a los que no se creen justos: «Para confundir a los fuertes, ha escogido a los que son débiles a los ojos del mundo» (1Cor 1,27). Son éstos los que necesitan al médico, y sobre todo, ellos son los que entenderán que los otros lo necesiten.
Hemos de huir, pues, de pensar que Dios quiere expedientes limpios e inmaculados para servirle. Este expediente sólo lo preparó para Nuestra Madre. Pero para nosotros, sujetos de la salvación de Dios y protagonistas de la Cuaresma, Dios quiere un corazón contrito y humillado. Precisamente, «Dios te ha escogido débil para darte su propio poder» (San Agustín). Éste es el tipo de gente que, como dice el salmista, Dios no menosprecia.

Para la reflexión personal

a)   Jesús acoge e incluye a las personas. ¿Cuál es mi actitud?

b)   • El gesto de Jesús revela la experiencia que tiene de Dios como Padre. ¿Cuál es la imagen de Dios que se irradia para los demás a través de mi comportamiento?

Medita la oración hecha canción.




ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias por tu bondad y por mostrarme el camino. Ayúdame a ser un servidor de tu reino. Fortalece mi debilidad, anima mi combate y ayúdame a confiar siempre en tu inmensa generosidad, para que así pueda servir humildemente a mis hermanos.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre mía: la conversión de Mateo fue radical, inmediata. En su caso se cumplió aquello de que “una sola palabra tuya bastará para sanar mi alma”. Tuvo esa fuerza la palabra de Jesús, aquel “sígueme”.
Nosotros, sacerdotes, también tenemos la fuerza de esa palabra, porque predicamos a Cristo. Pero debemos reconocer que también necesitamos conversión.
Cuesta mucho eso de dejarlo todo para seguir a Jesús, pero cuando se escucha tan clara la llamada, uno se da cuenta que vale la pena ese sacrificio.
¿Cómo puedo ser un verdadero apóstol, y que mi conversión sea ejemplo para que lo sigan otras almas?
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre José Luis Romero Landeros IJS


Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

jueves, 27 de febrero de 2020

Ya vendrán días sin el Novio.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te doy gracias por permitirme escuchar nuevamente tu Palabra de vida. Ayúdame a escucharla con reverencia y buena disposición, para me ayude a ser cada día un mejor hijo del Padre.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Te pido perdón Señor porque sé que Tú me has amado hasta el extremo, pero aun así muchas veces desconfío de ti. Descubro que mi fe es débil y por eso me desvío del camino. Pero tengo la certeza que siempre me perdonas, porque tu misericordia es infinita. Ayúdame a ponerme de pie cada vez que tropiece.

Del santo Evangelio según san Mateo 9, 14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?".
Jesús les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán".
Palabra del Señor.

Reflexión

El evangelio de hoy es una versión abreviada del evangelio que ya meditamos en enero, donde se nos proponía el mismo asunto del ayuno (Mc 2,18-22), pero con una pequeña diferencia. La liturgia de hoy omite todo lo relativo al remiendo nuevo en trapo viejo y sobre el vino nuevo en pellejos viejos (Mt 9,16-17), y concentra su atención en el ayuno.
Jesús no insiste en la práctica del ayuno. El ayuno es una costumbre muy antigua, practicada en casi todas las religiones. Jesús mismo lo practicó durante cuarenta días (Mt 4,2). Pero él no insiste con los discípulos para que hagan lo mismo. Les deja libertad. Por esto, los discípulos de Juan Bautista y de los fariseos, que eran obligados a ayudar, quieren saber por qué Jesús no insiste en el ayuno.
En cuanto al novio, cuando está con ellos no precisan ayunar. Jesús responde con una comparación. En cuanto el novio está con los amigos del novio, esto es, durante la fiesta de bodas, no precisan ayunar. Jesús se considera el novio. Los discípulos son los amigos del novio. Durante el tiempo en que él, Jesús, está con los discípulos, hay fiesta de bodas. Llegará el día en que el novio no estará. En ese tiempo, si ellos quieren, podrán ayunar. En esta frase Jesús alude a su muerte. Sabe y siente que, si continúa por este camino de libertad, las autoridades religiosas querrán matarlo.
El ayuno y la abstinencia de la carne son prácticas universales y bien actuales. Los musulmanes tienen el ayuno del mes de Ramadán, durante el cual no comen ni beben, desde el amanecer hasta el anochecer del sol. Cada vez más, las personas, por motivos diversos, se imponen a sí mismas alguna forma de ayuno. El ayuno es un medio importante para llegar a un dominio de sí mismo, a un autocontrol, como existe en casi todas las religiones y como es apreciado por todo los deportistas.
La Biblia hace mucha referencia al ayuno. Era una forma de hacer penitencia y provocar la conversión. A través de la práctica del ayuno, los cristianos imitaban a Jesús que ayunó cuarenta días. El ayuno apunta a alcanzar la libertad de mente, el control de sí, una visión crítica de la realidad. Es un instrumento para mantener libre la mente y para no dejarse llevar por cualquier viento. A través del ayuno, la claridad de mente aumenta. Y es, además, una forma para cuidar mejor la salud. El ayuno puede ser una forma de identificación con los pobres que están forzados el año entero y raramente comen carne. Existe el ayuno como protestación.
A pesar de que hoy no se practica el ayuno ni la abstinencia, el objetivo que estaba en la base de esta práctica continúa inalterada como fuerza que debe animar nuestra vida: participar en la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Dar la vida para poder poseerla en Dios. Tomar conciencia de que el compromiso con el Evangelio es una viaje sin retorno, que exige perder la vida para poderla poseer y reencontrar todo en total libertad.

Para la reflexión personal

a)   ¿Cuál es el verdadero ayuno que Jesús quiere que hagamos esta cuaresma?

b)   ¿Con qué actitudes viviré el encuentro con el Novio?

c)   ¿Qué estoy dispuesto a dar, para encontrar la felicidad plena?

Medita la oración hecha canción.




ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Gracias Buen Dios por esta oración. Te pido que me ayudes a que durante esta cuaresma pueda alejar todo lo que distrae mi espíritu, y también acoger con alegría todo aquello que me abra al amor a Ti y al prójimo.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre mía, Reina de la humildad: acabamos de comenzar una vez más el tiempo de Cuaresma, ese tiempo fuerte que nos llama a la conversión.
Quisiera pedirte tu consejo para vivir bien estos días de oración, sacrificio y obras de caridad y misericordia, y que me ayudes a revestirme de un buen traje de bodas, para estar digno en la Cena del Cordero.
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre José Luis Romero Landeros IJS


Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

Toma tu Cruz.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te reconozco como mi Maestro. Tú enseñas con autoridad porque eres todo amor y verdad. Ayúdame a saber escucharte en este momento de oración y a poner mi confianza en Ti.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Te pido perdón, Señor, por mis pecados. Ayúdame a confiar en tu amor misericordioso que siempre perdona a quien en verdad se arrepiente, y que así pueda renovarme en la lucha por alcanzar la santidad.

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 22-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día".
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo; "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga.
Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?"
Palabra del Señor.

Reflexión

El verbo triunfar no existe en el Evangelio. Jesús no recorre un camino de éxito humano, si no un camino de rechazo, de sufrimiento, de muerte. Y nos invita a seguirlo, a caminar a su lado: “en pos de mi”.
Jesús no es un masoquista, no busca el sufrimiento, no se fabrica la cruz ni se la pone encima. Jesús asume la cruz que le toca desde la experiencia del amor del Padre.
Jesús no nos invita a sufrir, nos invita a seguirlo, y para ello hay que cargar con nuestra cruz, no con la que me gustaría o la que masoquistamente me fabrico, sino con la que me toca. Ese camino de seguimiento pasa por el dolor pero lleva a la Vida que no se acaba, a la felicidad auténtica, profunda y verdadera; ese camino me lleva a ganarme a mí mismo a ser y a vivir como Hijo de Dios.

Para la reflexión personal

a)   ¿Cuál es en esta cuaresma mi verdadera cruz?
b)   ¿Con qué actitudes la asumo y la llevo?
c)   ¿Me siento acompañado y sostenido por Jesús y unido a las demás personas con sus cruces?

Medita la oración hecha canción.




ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Jesucristo, hoy he aprendido que debo llevar la cruz “cada día”. En este día que comienza quiero aceptar todo lo que tenga de negativo, de limitado o adverso. Es una manera de llevar la cruz. Y para que ésta no se me haga demasiado difícil, voy a recordar que Tú la llevaste primero, mucho más grande y pesada, y la llevaste por amor. Así quedaba todavía más claro el inmenso amor que nos tenías.  Gracias, Señor, por querernos tanto.

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre mía: cuesta mucho aceptar la cruz, y perseverar día con día en esa entrega, unidos a Jesús.
Tú me ayudas y me enseñas a estar firme al pie de la cruz.
¿Cómo la puedo llevar con alegría?
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre José Luis Romero Landeros IJS


Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

martes, 25 de febrero de 2020

Tú, en cambio.


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración inicial

Señor Jesús, te reconozco como mi Maestro. Tú enseñas con autoridad porque eres todo amor y verdad. Ayúdame a saber escucharte en este momento de oración y a poner mi confianza en Ti.

Hago en silencio un breve examen de conciencia.

Te pido perdón, Señor, por mis pecados. Ayúdame a confiar en tu amor misericordioso que siempre perdona a quien en verdad se arrepiente, y que así pueda renovarme en la lucha por alcanzar la santidad.

Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".
Palabra del Señor.

Reflexión

Hoy, miércoles de ceniza e inicio de cuaresma, Jesús nos habla en el Evangelio de tres obras de piedad: la limosna, la oración y el ayuno; con ello critica el hecho de que muchas veces se practicamos para ser vistos por los demás y sin transformarnos en un signo claro de amor, de fe y de conversión permanente.
Jesús me invita a entrar en mi corazón, a lo más íntimo. Necesitamos atrevernos a amar y a realizar de manera permanente y silenciosa un ejercicio práctico de caridad. Necesitamos tener coraje para encontrarnos con nuestro corazón, desde ese encuentro con lo que en verdad somos, podemos orar, ayunar y dar limosna de manera auténtica y ese padre amoroso que está en los cielos nos aguarda la más grande de las recompensas.

Para la reflexión personal

Jesús nos invita a:
a)   Compartir con los demás lo que somos y tenemos (Limosna).

b)   Estar en contacto con el que nos alimenta y nos da vida (Oración)

c)   Privarnos de lo que no es imprescindible (Ayuno), para poder compartir con los demás y para que en nuestro corazón tenga sitio el único que es necesario: Dios

Medita la oración hecha canción.




ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?

Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor.

ES TU MOMENTO CON DIOS. ¡ORA!

Señor, hoy día de la ceniza, quiero caer en la cuenta no de lo que tengo, ni de lo que valgo, ni de lo que puedo. Quiero caer en la cuenta de lo que “soy”. Y la esencia de lo que soy es “que no soy nada”. Un poco de ceniza. Eso es lo que nos entregan después de la incineración de un ser querido. Ésa es nuestra pequeñez. Pero esa poca cosa que yo soy “está hecha a imagen y semejanza de Dios”. Yo, con lo poco que soy, soy amado de Dios. Y ésa es nuestra grandeza. Como diría Teresa de Jesús: ¡Engrandeces nuestra nada!

Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria


Pidámosle a María su maternal ayuda.

Madre nuestra: tú eres Madre de Misericordia y Refugio de los pecadores. Comenzamos ahora en toda la Iglesia un tiempo especial de conversión, y será muy importante tu compañía para conseguir verdaderamente el cambio que Dios nos pide.
Sabemos que no se trata simplemente de hacer un propósito de enmienda, sino de lograr un verdadero cambio de vida, una metanoia, que nos ayude a decidirnos de verdad a ser santos, luchando contra todo lo que nos aparta de Dios.
Danos la humildad que necesitamos para convertirnos verdaderamente, para reconocer nuestros pecados y poner todos los medios posibles para evitarlos.
Ayúdanos, también, a mantenernos pequeños, permaneciendo en el amor, y buscando siempre y en todo la gloria de Dios.
Amén.

+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.


Padre José Luis Romero Landeros IJS


Referencias:
Mi vida en Xto.
La oración nuestra de cada día.
Jóvenes católicos.
Ocarm.

La vida pasa rápido

  Esta vida pasará rápido,  no pelees con la gente,  no critiques tanto tu cuerpo. No te quejes tanto. No pierdas el sueño por las facturas....