+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor, tu llamada,
el hecho tan sencillo e inmenso de que te hayas fijado en mí y me hayas
elegido, ha sido lo más bonito que ha ocurrido en mi vida. Hoy necesito
encontrarme contigo para darte gracias. No sólo acepto tu llamada, la agradezco
y la celebro cada día. Y con el salmista, te digo: “Me ha tocado un lote
hermoso. Me encanta mi heredad”. (Salmo 16) En este nuevo año no sólo quiero
escuchar tu Palabra sino hacerla vida en mí. Para eso necesito tu gracia.
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo,
Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo
seguía y Él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo,
sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se
levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: "¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publicanos y pecadores?"
Habiendo oído esto,
Jesús les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico,
sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los
pecadores".
Palabra del Señor.
Reflexión
h
Hoy, en la escena que relata san Marcos,
vemos cómo Jesús enseñaba y cómo todos venían a escucharle. Es manifiesto el
hambre de doctrina, entonces y también ahora, porque el peor enemigo es la
ignorancia. Tanto es así, que se ha hecho clásica la expresión: «Dejarán de
odiar cuando dejen de ignorar».
Pasando por allí,
Jesús vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado donde cobraban impuestos y, al decirle
«sígueme», dejándolo todo, se fue con Él. Con esta prontitud y generosidad hizo
el gran “negocio”. No solamente el “negocio del siglo”, sino también el de la
eternidad.
Hay que pensar
cuánto tiempo hace que el negocio de recoger impuestos para los romanos se ha
acabado y, en cambio, Mateo —hoy más conocido por su nuevo nombre que por el de
Leví— no deja de acumular beneficios con sus escritos, al ser una de las doce
columnas de la Iglesia. Así pasa cuando se sigue con prontitud al Señor. Él lo
dijo: «Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre,
hijos o campo por mi nombre, recibirá el ciento por uno y gozará de la vida
eterna».
Jesús aceptó el
banquete que Mateo le ofreció en su casa, juntamente con los otros cobradores
de impuestos y pecadores, y con sus apóstoles. Los fariseos —como espectadores
de los trabajos de los otros— hacen presente a los discípulos que su Maestro
come con gente que ellos tienen catalogados como pecadores. El Señor les oye, y
sale en defensa de su habitual manera de actuar con las almas: «No he venido a
llamar a justos, sino a pecadores». Toda la Humanidad necesita al Médico
divino. Todos somos pecadores y, como dirá san Pablo, «todos han pecado y se
han privado de la gloria de Dios» (Rm 3,23).
Para la reflexión personal
a) ¿Qué llamada recibimos de Jesús en nuestra mesa
de trabajo?
b) ¿Con quiénes compartimos mesa y comida?
c) ¿A quién más hemos de abrir nuestra casa, mesa y
corazón?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre mía, Refugio de los
pecadores:
ayúdame a cumplir siempre la voluntad de Dios.
Ayúdame a
convertirme cada día, para estar dispuesto a seguir el llamado de Jesús dejando
todas las cosas, echando las redes para pescar vocaciones, cumpliendo con lo
que tu Hijo quiere de mí en la construcción del Reino de los Cielos.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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