+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Señor,
dame la gracia de seguirte con el entusiasmo y fervor de aquellas multitudes
que tan cerca querían estar de ti que prácticamente “te estrujaban”. Haz que te
siga de cerca, pero no por curiosidad, no por interés, sino por necesidad.
Tengo necesidad de ti, de ti solo y de nadie más.
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre de galileos. Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía, se trasladó a donde Él estaba. Entonces rogó Jesús a sus discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud, que estaba a punto de aplastarlo. En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los que padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban a sus pies y gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios". Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran.
Palabra del Señor.
Reflexión
h
En el
Evangelio de hoy vemos cómo «una gran muchedumbre de Galilea» y también otra
mucha gente procedente de otros lugares se acercan al Señor. Y Él acoge y
procura el bien para todos, sin excepción. Esto lo hemos de tener muy presente
durante el octavario de oración para la unidad de los cristianos.
Démonos cuenta de
cómo, a lo largo de los siglos, los cristianos nos hemos dividido en católicos,
ortodoxos, anglicanos, luteranos, y un largo etcétera de confesiones
cristianas. Pecado histórico contra una de las notas esenciales de la Iglesia:
la unidad.
Pero aterricemos en
nuestra realidad eclesial de hoy. La de nuestro obispado, la de nuestra
parroquia. La de nuestro grupo cristiano. ¿Somos realmente una sola cosa?
¿Realmente nuestra relación de unidad es motivo de conversión para los alejados
de la Iglesia? «Que todos sean uno, para que el mundo crea», ruega Jesús al
Padre. Éste es el reto. Que los paganos vean cómo se relaciona un grupo de
creyentes, que congregados por el Espíritu Santo en la Iglesia de Cristo tienen
un solo corazón y una sola alma.
Para la reflexión personal
a) ¿Qué necesidades personales o sociales queremos
presentar hoy a Jesús?
b) ¿Qué dolencias de nuestro mundo queremos que
toque Jesús?
c) Jesús pide ayuda a los discípulos para salir del
agobio de la gente: ¿cuáles son los «lagos» que nos permiten respirar cuando la
actividad misionera nos supera?
Medita la oración hecha canción.
ORACIÓN: ¿Qué le digo a Dios?
Orar,
es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su
Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y
es el momento de decirle algo al Señor.
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria
Pidámosle a Santa María, nuestra Madre, su ayuda.
Madre
mía: desde
el comienzo de su ministerio tu Hijo llamó a sus discípulos para que
aprendieran de Él, y poder así enviarlos a predicar el Evangelio. Pero también
quería que ellos fueran intercesores.
Sabía
que las multitudes lo iban a seguir, y necesitaba la ayuda de sus discípulos de
diversas maneras. Hoy les pide que le consigan una barca.
Me
recuerda el caso de Jonatán, cuando intercedió ante su padre el rey Saúl por la
vida de su amigo David, el ungido de Dios.
Madre,
Jesús sigue necesitando intercesores en la tierra, para llevarle almas. Me doy
cuenta de que mi tarea como sacerdote en buena parte se trata de eso: debo ser
un alma de oración para interceder por su pueblo. Y lo debo hacer, sobre todo,
a través de la adoración eucarística.
Yo
acudo a tu intercesión para que me protejas, y para que me ayudes y me enseñes
a cumplir muy bien con la misión que me ha encomendado tu Hijo.
Amén.
+ En el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Padre José Luis Romero
Landeros IJS
Referencias:
Espada de dos
filos.
Mi vida en Xto.
La oración
nuestra de cada día.
Jóvenes
católicos.
Ocarm.
Rezandovoy
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